Sue Austin, la mujer que bucea en silla de ruedas

Sue Austin es un mujer inglesa de 46 años. Tiene larga experiencia en arte multimedia y performances. Ha llamado la atención tanto por sus extensos estudios como por sus trabajos, exposiciones y proyectos que van desde pintar líneas blancas en la Ciudad de Plymouth, en el condado de Devon al sudeste de Inglaterra, hasta la misión de cambiar los estereotipos de las personas.
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Sue Austin es un mujer inglesa de 46 años. Tiene larga experiencia en arte multimedia y performances. Ha llamado la atención tanto por sus extensos estudios como por sus trabajos, exposiciones y proyectos que van desde pintar líneas blancas en la Ciudad de Plymouth, en el condado de Devon al sudeste de Inglaterra, hasta la misión de cambiar los estereotipos de las personas.

Siempre apoyada por asociaciones de artistas o universidades de prestigio, Sue (Licenciada en Psicología por la Universidad de Gales y con Maestría en Artes Finas por la Universidad de Plymouth) decidió tomar como filosofía de vida la libertad. ¿Por qué? Porque desde los 30 años de edad Sue está en una silla de ruedas por una enfermedad cerebral.

Desde que Sue quedó postrada en la silla de ruedas (que es su aliada en la realización de sus obras de arte), se convenció del poder terapeútico del arte.Y desde entonces empezó no solo a investigar, sino a desarrollar teorías y trabajos de investigación científica y artística para reforzar sus conceptos. Sus investigaciones se valen de conceptos del filósofo francés Jacques Derrida, pasando por la semiótica hasta las implicaciones de la silla de ruedas en el espacio... Toda una intelectual del arte que lucha porque sus similares cambien la forma en que perciben la discapacidad.

Recién que hizo el trabajo en Plymouth (con su silla de ruedas pintó líneas blancas en calles, baquetas y avenidas), en conjunto con Jack Morris, un alumno de ella, constantemente la cuestionaban los resultados de su exposición. "Generalmente la gente me decía "eso pudo haberlo hecho cualquier niño". Y yo les respondo: "Me tomó cinco años adecuar mi silla de ruedas para pintar las rayas y cuatro años y medio para hacer la pintura"

¿Por qué se inició Sue en al arte con su silla de ruedas? Ella misma lo explica: "Casi todos con los que he hablado me dicen que cuando empezaron a utilizar la silla de ruedas desaparecieron como personas. Cuando caí en la enfermedad y terminé en la silla de ruedas, empecé a usar el arte para reconstruirme hacia la sociedad. Sentí que me hice invisible. El proceso artístico me permitió descubrirme y explorarme a mí misma otra vez", explica Sue.

Uno de sus proyectos más llamativos es el que ella misma llamó Freewheeling. Para llevarlo a cabo se acercó con grupos y asociaciones especializadas en buceo. Su plan era adecuar una silla de ruedas para poder bucear y transportarse bajo el agua. ¿Ambicioso? Sí. ¿Imposible? No. Al menos para Sue fue una iniciativa que le ocupó mucho tiempo y con la que se sintió muy satisfecha.

"Búsqueda de Libertad", es la frase con la que define Freewheeling. Pero el "sentirse libre" no es la premisa principal de Sue. Ella quiere llevar el concepto además de a la sociedad en general, a quienes utilizan sillas de ruedas.

"El objeto de la silla de ruedas es la mirada pública, es decir lo que significa que las personas puedan ver las sillas de ruedas en una nueva forma, que crea asociaciones positivas de la libertad y el juego", algo que Sue ha dejado en claro haciendo del objeto de cuatro ruedas un elemento lúdico para su creación artística.

Basta ver las fotografías de sus instalaciones o los videos de Freewheeling y parece que una vez más estamos ante una grande y talentosa artista que reinventa su mundo y el de las personas que la rodean.

Para Sue la experiencia bajo el agua inició apenas en el 2005, cuando empezó a aprender a bucear. Luego vino el segundo reto, el diseño de la silla de ruedas acuática. "Al principio los ingenieron nos decían que no era posible, que la silla no estaba diseñada para eso", pero su empeño y dedicación rindieron frutos.

Los soportes para los pies fueron modificados para sostener una placa de acrílico que funcionara como aleta, debajo de la placa dos propulsores le dan el empuje bajo el agua; los cinturones para las piernas y la cintura también fueron modificados.

Esta historia de trabajo y estudio tiene un final muy agradable, y ella misma lo explica con sentido del humor: "Fue mucho más acrobático de lo que esperaba". Su silla aún tiene pendientes algunas patentes, así como buscar algún metal que no se oxide al contacto con el agua.

Freewheeling impactó muy fuerte en el mundo del buceo e incluso en la Universidad de Playmouth. La Asociación Profesional de Instructores de Buceo, organización mundial de especialistas en ese deporte, está interesada en seguir colaborando con Sue. Y por su parte, el Departamento de Oceanografía de la Universidad de Plymouth tiene planes de hacer cursos accesibles a estudiantes con discapacidad.

Te dejamos este video para que veas que lo artístico es una forma de reinventar los retos:

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Miguel Colunga es articulista de La Ciudad Deportiva.

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