Carlos Slim y las curules del futbol

El poder en unos cuantos. La política como el juego nos han llevado a ser testigos de espectáculos abominables, pero que debemos consumir porque no queda de otra. O eso u olvidarse del futbol de casa e irse a vivir a otro país, aunque ello sólo implique alejarse del problema en vez de enfrentarlo.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.
Germany's Luisa Wensing (5) fights for the ball with Japan's Shiori Kinoshita during their semifinal soccer match of the under-20 women's World Cup in Tokyo Tuesday, Sept. 4, 2012. Germany won 3-0. (AP Photo/Shizuo Kambayashi)
Germany's Luisa Wensing (5) fights for the ball with Japan's Shiori Kinoshita during their semifinal soccer match of the under-20 women's World Cup in Tokyo Tuesday, Sept. 4, 2012. Germany won 3-0. (AP Photo/Shizuo Kambayashi)

balon de futbol

Mauricio Cabrera es periodista digital especializado en deportes. Director General de La Ciudad Deportiva.

El poder en unos cuantos. La política como el juego nos han llevado a ser testigos de espectáculos abominables, pero que debemos consumir porque no queda de otra. O eso u olvidarse del futbol de casa e irse a vivir a otro país, aunque ello sólo implique alejarse del problema en vez de enfrentarlo.

La llegada de Carlos Slim al Grupo Pachuca no es sino la conformación de la tercera fuerza política en calzoncillos, la integración de un nuevo rompecabezas en el que el éxito se mide en millones de dólares y no en trofeos que sirven para poco más que para entretener a los ilusos aficionados que anteponen el sentimiento a la razón.

México es malabarista por naturaleza. Siempre al borde del colapso pero con una tensión controlada difícil de explicar. En la cancha y en las plazas públicas hay gritos y nervios, mas rara vez una auténtica revuelta. La Liga MX es una pequeña réplica del país. Llena de inconformes y revoltosos que acaban atados de manos ante los movimientos de un tablero que no les pertenece. Como en los estadios, en la cotidianidad del juego la afición mira desde la tribuna sin poder saltar a la cancha y sin más remedio que consumir lo que le pongan enfrente.

La maquinaría nos ha doblegado. Hemos asumido como aceptable lo inaceptable. Tan pocas cartas tenemos a la mano que aplaudimos el combate al monopolio con otro monopolio. Slim llega al tablero en forma de cancha con el beneplácito de casi todos. Se le ve como un salvador sin darnos cuenta que no es más que un nuevo conquistador. Otra vez somos espectadores pasivos de una lucha entre particulares, no de un acontecimiento con el objetivo máximo de beneficiar al deporte. Y mientras tanto, en la tierra donde las reglas se hacen a la medida del cliente, la multipropiedad asume el trono mientras despedaza los románticos papeles de la competencia.

Hemos llegado a tal extremo que percibimos a la multipropiedad como un mal necesario. El aficionado se siente cobijado por el dinero de los magnates aunque éste haya sido obtenido a costa de él. Sabe que si su equipo no es manejado por las grandes empresas a las que cada mes paga un porcentaje de su sueldo para poder hablar por teléfono, ver algo más que telenovelas y conectarse a Internet, puede acabar en manos de prestanombres, estafadores o delincuentes. En el país de los monopolios, Azcárraga, Slim y Salinas son vistos como el menor de los males en el sentir de los aficionados respecto a las instituciones a las que éstos apoyan.

Da temor enfrentarse a las fuerzas políticas del futbol. Quien lo hace acaba desterrado. León se atrevió sabiendo que estaba por llegar el tercer peleador, pero si no hubiera sucumbido como Monterrey, Atlante y tantos más. La afición ha terminado asumiendo que más vale vivir en la cómoda certeza de los monopolios que combatirlos y correr el riesgo de que nuestro futbol naufrague como muchos países latinoamericanos que no cuentan con el apoyo de empresas tan poderosas como para mover una Liga o a un país.

No podemos escapar a la realidad. Estaremos atentos al juego aunque las reglas no cambien. Los monopolios y las casas de apuestas como dueñas de equipos traen certidumbre a las instituciones aunque violen por completo la esencia de competir. Hemos aprendido a vivir así y más vale hacerlo de este modo que escuchando los cañones de la revolución.

Los demás equipos harán su juego. Como en la política, a la hora de votar en los cónclaves balompédicos, los demás dueños serán como el Partido Verde o como la Maestra Elba Esther, tripulantes que vayan hacia donde les convenga.A veces con Televisa, otras con Azteca (aunque ya casi siempre funcionan como alianza) y unas más con Slim. Todo con tal de tener garantizados sus lugares en las curules del futbol.

También en HuffPost Voces:

FBL-MEXICO-CRUZ AZUL-MONTERREY

Fotos de la Liga MX Apertura 2012

¿Te gustó este artículo?

Mira qué opinan otros y deja tu comentario aquí

Popular in the Community

Close

What's Hot