La mente, al igual que una moneda, tiene dos caras. Tiene su lado hermoso y poderoso que nos ayuda a visualizar nuestro futuro, a crear y hacer realidad nuestras metas, y a ayudarnos a encontrar soluciones a los problemas; y tiene el lado menos bonito, que nos llena de inseguridades, miedos y sufrimientos convenciéndonos a través de suposiciones, expectativas e ilusiones falsas que no vamos a ser capaces de salir victoriosos de los retos y obstáculos que recibimos de la vida, y que es mejor conformarse con lo que tenemos que arriesgarse al cambio. Ha llegado el momento de aprender cómo desactivar este lado negativo de nuestra mente, para dar prioridad al lado positivo, y así dejar de sufrir y conquistar con éxito nuestras metas personales y profesionales.
Tienes que tener en cuenta que la mente por naturaleza no es disfuncional, sino una maravillosa herramienta que está a tu servicio. Fíjate como instintivamente la mente permite a tu cuerpo hacer todas sus funciones sin que tu pongas ningún esfuerzo de tu parte. Ahora imagínate de lo que serías capaz de hacer si usaras conscientemente toda tu inteligencia y la pusieras al servicio de tus sueños.
Sólo tu mente puede convertirse en un instrumento disfuncional cuando tú mismo terminas le das permiso al identificarte y dar validez a tus propios pensamientos negativos (la otra cara más oscura de la mente), y cometes el grave error de creer todo aquello que estás pensando. Esta ha sido una de mis grandes lecciones personales en los últimos años, descubrir y diferenciar si quien me hablaba en la cabeza eran pensamientos buenos y positivos, o pensamientos destructivos y negativos.
Un ejercicio que te reto a que hagas durante el día para descubrir el verdadero poder de tu mente. Ten presente que cada vez que te crees tus propios pensamientos al 100% sin ponerlos en dudas, dejas de tener la mente a tu servicio, para convertirte en un instrumento de tu propio ego, recibiendo a cambio una buena dosis de inseguridades, sufrimientos y miedos en tu vida que en realidad no necesitas.
Pero, si por el contrario, eres capaz de separarte y cuestionar cada uno de tus pensamientos, entonces tu mente se convierte en la computadora más poderosa que tienes a tu disposición para enseñarte el camino de cómo lograr aquello que tanto deseas conseguir.
Hoy vamos a aprender cómo dejar de responsabilizar a Dios, a la vida, al mundo y a los demás por cada uno de nuestros sufrimientos, y cómo responsabilizarnos de nuestro dolor convirtiéndolos en instrumentos para transformar nuestras vidas y descubrir nuestro verdadero potencial.
Usemos como ejemplo cuatro tipos de sufrimientos que mucha gente puede experimentar en sus vidas y cómo reciclar esa energía negativa en energía positiva para nuestro propio bienestar:
1. Si el sufrimiento aparece como resultado a una causa externa que está fuera de tu control, por ejemplo, ser víctima de un accidente de tráfico, puedes optar con el tiempo, cuando pase la ira y la frustración por el accidente, a cambiar de actitud y tomar la decisión de no seguir sufriendo para eliminar el conflicto que estás alimentando en tu interior y cuyo impacto no es beneficioso para tu salud física o emocional. Una manera de hacer esta transformación es usando la experiencia que has vivido como una oportunidad para por ejemplo ayudar a otras personas a tener más cuidado al conducir, empezar a promover la importancia de conducir con más seguridad entre tus amigos y familiares, puedes ayudar a las personas involucradas en accidentes a recuperarse más rápidamente, y definitivamente, tener más precaución cada vez que te sientes frente al volante. Puedes sufrir sin hacer nada al respecto, o utilizar tu experiencia como tu oportunidad de aprendizaje para hacer algo positivo para ti y en los demás, y saber que lo que te ha sucedido tuvo un propósito.
2. Si el sufrimiento es debido a algo que tú mismo has causado, por ejemplo, faltaste el respeto a una persona mayor, o estás sufriendo porque fuiste infiel a tu pareja, entonces tienes que tomar la decisión de aprender de tu error y no volverlo a repetir. Puedes confesar tu error, puedes pedir perdón, y definitivamente puedes tratar de ser una mejor persona cada día. Lo que está claro es que si sigues con el sentimiento de culpa y sufrimiento, y no aprendes la lección, no vas a llegar a ninguna parte y puedes terminar con una seria depresión y con más problemas de los que necesitas en estos momentos. Practicar con honestidad el poder del perdón hacia ti mismo, y la otra persona, será tu mejor herramienta para liberarte del sufrimiento y sanar. Recuerda que nadie nace maestro, y los errores y los fracasos son lecciones inevitables para lograr el éxito y ser feliz.
3. Si el sufrimiento es debido a cosas en tu vida que te hacen infeliz, entonces la única opción que tienes para dejar de ser una víctima, es limpiando y eliminando de tu vida todo aquello que te hace sufrir. Parece una solución fácil de llevar a cabo, pero no lo es, pues estamos muy apegados a las cosas y las personas, y nos resulta muy difícil imaginar cómo sería nuestra vida sin ellas. Preferimos lo conocido aunque duela, que enfrentarnos a nuestra realidad y a un futuro incierto. El problema es que si no actúas a tiempo, Dios, el universo, y la vida misma, finalmente tomarán cartas en el asunto y pondrán todo en su propio lugar para que termines aprendiendo una importante lección (y te aseguro que ese camino es más doloroso qué enfrentarte en estos momentos a tus miedos). Por ejemplo, si estás en una relación enfermiza o en un trabajo que abusan de ti, tienes que tomar el valor para dejar ir esa relación o ese trabajo, o tomar seriamente responsabilidad para que esa persona o ese trabajo dejen de tener un efecto negativo sobre ti.
4. Otras muchas veces nuestro sufrimiento no es creado por causas externas, sino por nosotros mismos, por el conflicto interno que existe entre nuestro propio 'ego' y nuestro 'yo' verdadero. Si la causa de tu sufrimiento eres tú mismo porque no puedes tomar las decisiones que sabes son necesarias en tu vida por tu propio bienestar, o te has convertido en tu peor enemigo con excusas y pensamientos muy negativos en contra de ti, o tienes la autoestima muy baja, tienes que tomar el valor y la determinación de usar tu dolor como tu oportunidad para dar un giro completo a tu vida.
Por ejemplo, si estás sufriendo porque estás de sobrepeso, tienes problemas de salud, y tu autoestima es baja, puedes tomar la decisión de cambiar tu estilo de vida y empezar a comer mejor y hacer deporte por tu propia salud y felicidad. Pero para ello vas a tener que descubrir tus verdaderas motivaciones, tener un compromiso personal y serio, crear un plan realista de acuerdo a tu estilo de vida, y pasar a la acción cueste lo que cueste. Tienes que poner todo de tu parte para descubrir la luz en la oscuridad y así convertir tu sufrimiento en tu oportunidad de cambio.
Estos son algunos simples ejemplos de cómo tu dolor puede ser al mismo tiempo tu solución para empezar una nueva etapa en tu vida. Hoy te reto a que cuestiones cada uno de tus propios pensamientos para ponerlos a prueba. Recuerda que tu eres mucho más que tu mente. Utiliza las difíciles experiencias que estás viviendo como el camino para descubrir tu verdadero potencial, y verás como tus sufrimientos se convertirán en tus aliados para finalmente responsabilizarte de tu vida y convertirte en la persona que siempre deseaste ser.
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