Imposible quedarse sentado en un concierto de Juan Luis Guerra

Mientras Juan Luis canta, sobre el escenario no hay momento de quietud. Él baila recorriendo la tarima de lado a lado sin parar, y el público ama acompañarlo.
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Una cabina telefónica de color azul adornaba el escenario del concierto del cantautor dominicano Juan Luis Guerra. Tras ella, arriba, tres pantallas mostraban estampas tropicales vinculadas a las letras de sus canciones, a su país. Y a cada lado, la gran orquesta 4.40, que junto a él puso a bailar a miles en el American Airlines Arena de Miami el pasado sábado 12 de septiembre.

Se trata del tour de "Todo tiene su hora", su duodécimo disco, que al igual que los anteriores, cuenta con variedad de géneros, y con letras y música tan reales y pegajosas que solamente pueden ser compuestas por él. Juan Luis Guerra es solo comparable con él mismo.

todo tiene su hora

De esa cabina salió Juan Luis Guerra y sorprendió al público para iniciar el espectáculo con "Cookies and Cream", de su más reciente producción. En cuanto sonó la música, no quedó un alma sentada.

Pero el público quería que sonaran más de sus éxitos, y Juan Luis nunca los defrauda, así que prosiguió con "La Travesía".

Su tercer tema fue "Ojalá que llueva café" (1989), y más allá de bailarla por ser una de las canciones más emblemáticas de 4.40, por aquí resultó imposible contener las lágrimas. Un hermoso recuerdo se pintó en mi mente. Tendría unos 11 años, íbamos mi familia y yo en un Toyota Tercel color vino, por la tierra alta, la montaña en Puerto Rico, y sonaba esa música en la radio del auto, un cassette tan bueno, que se acababa y se volvía a poner una y otra vez. Recuerdos del campo, olor a tierra mojada, a mi casa, a mi papá agricultor, al cultivo de plátanos y de café. Seguro muchos más se identificaron.

El dominicano continuó con el exitoso mambo "La llave de mi corazón", para luego saludar a detalle al público.

"¡Muchas gracias, Miami! ¿Cómo la están pasando? Gran placer estar con ustedes. Estoy viendo una bandera dominicana, déjame saludar a mis hermanos dominicanos que están aquí". Y entonces, pasó lista de países para saludarlos individualmente. "Sean bienvenidos todos", añadió.

Si hay alguien a quien el cantante siempre menciona tanto en sus giras como en sus entrevistas es a su esposa Nora, con quien ya tiene tres décadas de relación, y quien ha sido la inspiración de varios de sus temas. Esta vez no fue la excepción. Para anunciar su próximo número, la bachata "Mi bendición", dejó saber que es un eterno enamorado de su pareja, y que ella ha sido y sigue siendo su primer amor.

"Esta canción se la dediqué a mi esposa Nora... tengo 31 años con ella... El amor es paciente, es bondadoso, todo lo puede, todo lo soporta. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo".

Para los amantes de la salsa Juan Luis llegó con un medley que incluía versiones breves de "Dime Nora mía", de su nuevo disco, "Razones" (1989), y "Carta de Amor" (1990). Continuó luego con el merengue "Como yo".

Mientras Juan Luis canta, sobre el escenario no hay momento de quietud. Él baila recorriendo la tarima de lado a lado sin parar, y el público ama acompañarlo. Pero de vez en cuando hay que tomarse un respiro, y para eso él aprovecha sus canciones más lentas.

"Vamos a descansar un chin", dijo, para sentarse con su guitarra y continuar con "Muchachita linda", bachata que es parte de "Todo tiene su hora", y "Para que sepas", al ritmo del son, del mismo disco.

Con ese descanso fue suficiente, y regresó a la cabina telefónica a hacer "una llamada". De ahí salió cantando "El costo de la vida", auricular en mano con el cable colgando, lo que hizo que todos se pusieran de pie a bailar otra vez.

"Para ti" y "Tus besos" antecedieron al merengue "Todo tiene su hora", que da nombre a su más reciente disco y a su gira.

También hubo una divertida coreografía por parte de sus músicos: "Quiero enseñarles un baile que se llama el pasito del capitán". A este baile, le siguió una descarga musical. Era el momento de presentar a su talentosa orquesta.

Le siguieron "Visa para un sueño", himno de muchos que llegan a otro país en busca de un mundo mejor, "La Guagua", y no podía faltar el "Niágara en Bicicleta".

"Voy a hacer una llamada a Santo Domingo que tengo a un pana que me está esperando", dijo Juan Luis antes de irse a la cabina nuevamente. Fue entonces cuando apareció en pantalla bailando y cantando al compás Johnny Ventura, quien lo acompañó virtualmente con "De Moca a París".

Con "La bilirrubina" se despidieron Juan Luis Guerra y 4.40 por primera vez, pero ante los gritos del público, regresaron con "A pedir su mano", y con una avalancha de temas románticos que pusieron a las parejas a demostrarse su amor bailando "apretaditos": "Viviré", "La hormiguita", "Bachata en Fukuoka", "Que me des tu cariño", "Bachata rosa", "Frío, frío" y "Burbujas de amor".

La noche terminó con un merengue en honor a Dios, "Las avispas" y con la frase: "Gracias por ser un público tan maravilloso, gracias". Gracias a ti, Juan Luis. Gracias a ti.

Llenos de alegría por una noche inolvidable! Gracias Miami!

Posted by Juan Luis Guerra on Saturday, September 12, 2015

Federico Wood / © CMN 2015
Federico Wood / © CMN 2015
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Marinés Arroyo
Juan Luis Guerra, interpretando "Mi muchachita".
Marinés Arroyo
Marinés Arroyo
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Al momento de despedirse, rindieron homenaje a su compañero de orquesta Rafael Martínez Germán ("Yapo"), quien falleció el pasado mes de agosto.

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