Reforma Migratoria: ¿se podrá esta vez? .... Obama asegura que sí

El presidente Barack Obama aseguró hoy que espera que el proceso legislativo hacia la discusión de un plan de reforma migratoria integral en el Congreso se produzca "muy pronto tras mi inauguración" el 20 de enero de 2013. Y esa propuesta contendría una vía de legalización para los indocumentados así como aspectos de seguridad fronteriza y el lenguaje de legalización que contempla el proyecto DREAM Act para jóvenes indocumentados.
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Members of immigration rights organizations, including Casa in Action and Maryland Dream Act, demonstrate in front of the White House in Washington, Thursday, Nov. 8, 2012, calling on President Barack Obama to fulfill his promise of passing comprehensive immigration reform. (AP Photo/Cliff Owen)
Members of immigration rights organizations, including Casa in Action and Maryland Dream Act, demonstrate in front of the White House in Washington, Thursday, Nov. 8, 2012, calling on President Barack Obama to fulfill his promise of passing comprehensive immigration reform. (AP Photo/Cliff Owen)

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Washington, DC - El presidente Barack Obama aseguró hoy que espera que el proceso legislativo hacia la discusión de un plan de reforma migratoria integral en el Congreso se produzca "muy pronto tras mi inauguración" el 20 de enero de 2013. Y esa propuesta contendría una vía de legalización para los indocumentados así como aspectos de seguridad fronteriza y el lenguaje de legalización que contempla el proyecto DREAM Act para jóvenes indocumentados.

"Confío en que podemos lograr la reforma migratoria", declaró Obama en rueda de prensa en la Casa Blanca. Antes de la elección Obama pronosticó que si los latinos votaban en grandes cifras enviarían una clara señal a los políticos de que el tema debe abordarse y que esto haría reflexionar a los republicanos en su oposición al tema. "Ya comenzamos a verlo y es una señal positiva...Hay que aprovechar el momento... Espero que tengamos un proyecto presentado (en el Congreso) y comenzaremos el proceso en el Congreso muy pronto tras mi inauguración", indicó Obama.

El problema hispano del Partido Republicano y el papel de la inmigración en este asunto han quedado más que manifiestos en los resultados de esta elección y son confirmados a diario con la oleada de declaraciones de políticos republicanos y comentaristas y analistas conservadores sobre la necesidad de apechar este asunto no tanto quizá por la convicción de que sea lo mejor para el país, sino por su propia supervivencia política, y para removerlo como asunto de disputa política en futuras contiendas.

Pero ante tanto ruido y pocas nueces en pasadas legislaturas la interrogante es qué tipo de legislación que aborde la reforma migratoria tendría verdaderas posibilidades de avance en el Congreso. Si el presidente Barack Obama esta vez da el primer paso para que los demócratas presenten un proyecto de ley a tales fines, ¿qué harán los líderes demócratas y republicanos de ambas cámaras? ¿serán los republicanos capaces de enfrentar a sus elementos antiinmigrantes que pelearán con uñas y dientes contra cualquier medida que sometan o no les quedará más remedio que neutralizar a esos sectores para arribar a algún consenso con los demócratas?
El papel de los latinos en definir elecciones fue algo así como el cuento del lobo, ahora viene, ahora viene y nunca llegaba.

Y los republicanos y la campaña de Mitt Romney calcularon mal en la pasada elección. Pensaron que al ser uno de los sectores más golpeados por la crisis económica, el tema del desempleo entre los hispanos sería más que suficiente para arrebatarle votos latinos a Obama. Pero el mensaje económico de Romney y su promesa de crear 12 millones de empleos no calaron entre los votantes latinos.

Sus cifras de apoyo nunca superaron el 30% pero ni así sus estrategas y emisarios hispanos intentaron cambiar de sintonía su mensaje migratorio que espantó a los hispanos. El concepto de autodeportación, su promesa de vetar el DREAM Act o decir que la SB 1070 de Arizona era un modelo para el país pesaron más en la psiquis del votante latino. Esto, junto a otras declaraciones, como la del 47% que se consideran víctimas y buscan ser mantenidos, o las propuestas fiscales republicanas que apuntaban a reducir el déficit a expensas de recortes en programas médicos, sociales y educativos.

Pero como dicen por ahí, ya ni llorar es bueno y los republicanos encaran una cruda realidad que han venido ignorando ciclo electoral tras ciclo electoral: si quieres ganar la Casa Blanca y recuperar tu viabilidad como partido nacional no puedes ignorar al sector demográfico y electoral de mayor crecimiento. Y aunque la inmigración no figure como primer asunto de importancia para los electores hispanos, sí es un tema que define la percepción que tengan los votantes hispanos sobre candidatos y partidos, y determina cómo y por quién votan esos electores hispanos.

Pasada la elección y la primera prueba, ahora comienza el trabajo duro entre la administración, el Congreso y los grupos de presión e interés para definir el lenguaje de una potencial medida que reforme el sistema de inmigración legal y provea una vía de regularización para 11 millones de indocumentados en el país.

POSIBLES ESCENARIOS
A juzgar por las señales enviadas, un sector republicano del Congreso parece estar más que dispuesto a atender este asunto más temprano que tarde. Es improbable que ocurra en medio de la sesión lame duck, pero sí en el próximo Congreso cuando se elijan nuevos líderes y se designen los presidentes de comités.

Las interrogantes son muchas y el proceso fluido.
¿Presentará la administración su propia propuesta con guías específicas o dejará que sean los líderes demócratas del Senado quienes den el pistoletazo con su propia propuesta? Se puede hacer de manera concertada. Igualmente, aquí la pregunta es si los demócratas someterán su propuesta y luego la discutirán con los republicanos; si los republicanos presentarán su propia versión, o si desde el comienzo el producto se negociará entre demócratas y republicanos. Los senadores Chuck Schumer, demócrata de Nueva York, y Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, habían sometido un marco de trabajo en el 2010, pero en el Senado hay otras figuras claves en este proceso. Por ejemplo, el líder demócrata, Harry Reid, los senadores Dick Durbin (D), Robert Menéndez (D), Orrin Hatch (R), el propio John McCain (R). Otra figura central será el senador republicano de Florida, Marco Rubio, quien vio frustrados sus planes de presentar un DREAM Act light, luego de que no lograra apoyo del liderazgo republicano y de que Obama le diera jaque mate al anunciar el alivio temporal de la deportación, Acción Diferida, para los Soñadores.

Si emerge un proyecto del Senado, cuando llegue a la Cámara Baja el proceso es más complicado por su mayoría republicana y el caucus republicano ampliamente dividido en este asunto. La Cámara Baja cuenta con algunos de los elementos más recalcitrantes en contra de la reforma migratoria, por ejemplo, el actual presidente del comité Judicial, Lamar Smith. La disposición del líder de la mayoría republicana, John Boehner, de abordar el tema, podría rendir frutos. Pero, ¿permitirá Boehner que el proyecto STEM de Smith llegue al pleno? La medida concedería visados a estudiantes extranjeros graduados de universidades estadounidenses pero contiene un detalle: elimina el sistema de lotería de visas por diversidad. Muchos consideran que si esta medida avanzara, es señal de que Boehner no quiere negociar de buena fe un proyecto amplio de reforma migratoria. Pero, ¿presionarán los republicanos razonables sobre la necesidad de abordar la reforma?

Otro potencial escenario es que los esfuerzos legislativos no progresan y la pelota vuelve a Barack Obama quien podría contemplar la concesión de otro alivio administrativo similar a la Acción Diferida para amparar de la deportación a ciertos sectores de indocumentados, por ejemplo, los padres de niños ciudadanos.

Sea cual sea caso, la inmigración se ha solidificado como tema que influye el rumbo de las elecciones y ninguno de los dos partidos puede ignorarla. Los demócratas tienen que actuar porque la reforma migratoria fue una promesa incumplida de la primera elección de 2008 y dejarla de lado por segunda ocasión podría tener consecuencias para los demócratas en las urnas. Es de su interés además como legado del presidente Obama y de vincular ese legado a un demócrata tal y como ocurrió con Ronald Reagan con la amnistía de 1986. ¿Cuántos latinos no se registraron como republicanos o votaron republicano como agradecimiento tras esa amnistía?

A los republicanos les conviene abordar el tema para reparar su imagen con los latinos y por ende sus probabilidades de recuperar la Casa Blanca.

Pero, ¿querrán los republicanos permitir que Obama termine su presidencia con la reforma migratoria como logro? A primera vista uno pensaría que no. Pero el desastre electoral republicano de 2012 manifiesta que quizá no puedan darse el lujo de esperar otros cuatro años para aguardar por un presidente republicano en Casa Blanca porque de no cambiar sus modos y sus propuestas, eso no ocurriría en mucho tiempo. Un logro migratorio, así sea compartido, es su mejor carta para reparar su maltrecha imagen con los votantes hispanos.

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Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America's Voice

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