Con la trata, no se trata

No es un crimen nuevo. Se lo denominaba "trata de blancas"- un término por demás xenófobo. Luego, simplemente "trata" o "tráfico de personas". Y tampoco es nuevo lo difícil que resulta adoptar medidas efectivas para su prevención y erradicación. Parece que nunca aprendemos de nuestros propios errores, ni de nuestras propias luchas.
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trata de personas

No es un crimen nuevo. Se lo denominaba "trata de blancas"- un término por demás xenófobo. Luego, simplemente "trata" o "tráfico de personas". Y tampoco es nuevo lo difícil que resulta adoptar medidas efectivas para su prevención y erradicación. Parece que nunca aprendemos de nuestros propios errores, ni de nuestras propias luchas.

Es más, en los últimos años (http://www.acnur.org/t3/que-hace/proteccion/trata-y-trafico-de-personas/), pese a los esfuerzos de la comunidad internacional, la trata ha sido uno de los crímenes que más se ha incrementado en cantidad de víctimas, pero también de lucro para los delincuentes. Este mal-llamado negocio, les reditúa a las mafias casi lo mismo- o apenas detrás del negocio de la venta de armas y de drogas. Se dictaron leyes, acuerdos, se adoptaron Tratados y alcanzaron consensos comunes, pero esto no puede detener el hecho que este crimen es imparable.

¿Por dónde empezamos?

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (http://www.unodc.org/unodc/en/human-trafficking/what-is-human-trafficking.html?ref=menuside) la trata de personas es la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación (http://www2.ohchr.org/spanish/law/pdf/protocoltraffic_sp.pdf).

Esta explotación puede ser prostitución o alguna forma análoga de reducción a la esclavitud sexual, trabajos forzados, servidumbres y hasta la tan temida extracción de órganos.

No es un crimen lineal, ni previsible, va tomando formas y cruza fronteras. Las víctimas de la trata pueden ser niños o adultos, el secuestro o la captación puede suceder en ciudades o en el campo. Si bien la mayor cantidad de víctimas son las mujeres y los niños- especialmente provenientes comunidades vulnerables- también lo pueden ser hombres.

Algunas víctimas serán usadas como esclavos laborales, otros como esclavos sexuales. Pero todas desaparecen. Es como si se las tragara la tierra. Existen víctimas que nunca aparecen, que no sobreviven. Son pocos los que logran escapar de sus captores o los que son rescatados.

La lucha no es sólo prevenir que las personas sean víctimas de las redes de trata, sino que también es ayudar a las víctimas a reinsertarse en la sociedad. ¿Podemos dejar nuestra indiferencia de lado y ayudarlos con esta tarea tan difícil?

Hace unos días, la actriz y activista fundadora de Dont Sell Bodies (http://dontsellbodies.org/) Jada Pinkett Smith (http://www.jadapinkettsmith.com/) contó el caso de Mónica, una chica que cuando tenía 15 años fue secuestrada por siete hombres mientras caminaba por la calle. Fue golpeada, violada y, finalmente, entregada a otro hombre quien la vendió a un máximo de 20 hombres cada día. Mónica con los años, pudo recuperar su vida y hoy ayuda a otras víctimas, como ella, que fueron abusados durante años por extraños y también un sistema que falló en su protección.

Mónica simboliza un caso esperanzador en esta lucha y una razón más para no ser indiferentes ante este crimen. Es por esto que saludo el anuncio hecho por el Presidente Obama en Nueva York esta semana. Creo que es necesario adoptar medidas adicionales y comprometidas contra la trata de personas en los Estados Unidos y quizá, desde allí dar un ejemplo para que más gobiernos en el mundo se unan a esta lucha.

Parafraseando a Pinkett Smith, culmino diciendo que la lucha contra la esclavitud moderna (o trata de personas) no cuesta mucho dinero, pero los costos de no comprometerse y de permitir que la trata exista, son incalculables.

Es hora de que nosotros, desde donde estemos, también hagamos algo para acabar con esto. Las víctimas de la trata pueden ser nuestros hijos, hermanos, amigos y hasta nosotros mismos.

Trata de personas (tráfico de personas)

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