Hoy, mas que nunca

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, quiero tomarme unos minutos para hacer una breve reflexión sobre la importancia de proteger a las mujeres especialmente, en tiempos de guerra.
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En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, quiero tomarme unos minutos para hacer una breve reflexión sobre la importancia de proteger a las mujeres especialmente, en tiempos de guerra.

"Una manera de poder avanzar en la protección de la mujer es por medio de la ratificación del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) y poniendo en práctica las regulaciones de género a nivel nacional," dijo desde Nueva York, Jelena Pia-Comella, Directora de Programa de la Coalición por la Corte Penal Internacional. Y su afirmación es totalmente correcta: la ratificación del Estatuto de Roma de la CPI es una forma más de proteger a las mujeres y de poner un freno a la impunidad de los crímenes más serios de la conciencia humana.

A lo largo de la historia- y también, lo vivimos a diario, con sólo leer las noticias en Siria, Darfur y otras partes del mundo- las mujeres y los niños, constituyen un grupo vulnerable en los conflictos armados, internos e internacionales. Al ser parte del Estatuto de Roma, los Estados se comprometen a incorporar a sus sistemas penales nacionales los nuevos estándares que establece la Corte Penal Internacional, así como las normas que faciliten la asistencia y la cooperación entre el Tribunal y el Estado.

Pero en particular, el Estatuto de Roma innova en cuanto a la cuestión de género porque lo define conceptualmente. Si bien es una definición incompleta, es el primer instrumento internacional en hacerlo. Asimismo, identifica crímenes en contra de las mujeres como crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y, en algunas instancias, genocidio. También, crea las condiciones para que se modifiquen las legislaciones nacionales y para que incorporen los nuevos estándares jurídicos internacionales relacionados con violencia sexual y de género, creando nuevas formas de procedimiento y prueba para las víctimas de violencia sexual, asegurándoles la debida protección y reparación.

Si bien tanto los hombres como las mujeres pueden ser víctimas de la mayoría de de los delitos tipificados en el Estatuto de Roma, algunos de ellos, como el embarazo forzado, sólo se pueden cometer contra las mujeres, y las violaciones y las agresiones sexuales se cometen contra ellas de manera desproporcionada.

El sistema del Estatuto de Roma logró que la cuestión de género sea tratada con la seriedad merecida, puesto que la temática de género es transversal en sistema de la Corte Penal Internacional: en su estructura, en los crímenes que trata y en su gestión. Sería ideal que todos nuestros países se unan a este instrumento y que repliquen a nivel nacional los estándares allí delineados.

Aún restan países por ratificar estes instrumento en nuestra región, y la mayoría aún no ha llevado a nivel local las reformas necesarias. Hoy, más que nunca, les pido me ayuden a pedirles a los gobiernos de nuestra región a que se unan al Estatuto de Roma.

Es una forma también de conformar un frente indestructible contra la impunidad.

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