Sara tiene casi mi edad. Pero en vez de nacer en Buenos Aires, ella nació en Riverside. Las dos nacimos en el mes de enero. Mi madre, es historiadora y mi padre, era abogado. La mamá de Sara era adicta a la cocaína y sufría de graves trastornos emocionales. Su papá, era ex convicto y adicto a la heroína.
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Sara tiene casi mi edad. Pero en vez de nacer en Buenos Aires, ella nació en Riverside. Las dos nacimos en el mes de enero.

Mi madre, es historiadora y mi padre, era abogado. La mamá de Sara era adicta a la cocaína y sufría de graves trastornos emocionales. Su papá, era ex convicto y adicto a la heroína.

Me imagino que tanto como a mí, a ella le gustaba jugar con sus amigas y mirar los dibujitos animados en la televisión. Quizá le gustaba el helado de chocolate y tenía miedo a los perros grandes. No lo sé.

Recuerdo mi vida cuando era sólo una niña y sólo tengo momentos de alegría y regocijo. Por eso me cuesta mucho entender lo que pudo haber pasado, sentido y sufrido Sara siendo tan pequeña, porque su vida se fue transformando en una ciénaga, de la cual le fue muy difícil huir.

Sara Kruzan estuvo expuesta desde la edad de 5 años a abusos por parte de las parejas - ocasionales o no- de su madre. También vio a su mamá drogarse en varias oportunidades, y no era extraño tampoco verla teniendo sexo. Como tampoco lo eran los golpes y el maltrato físico y psicológico que le propinaba. Eso conllevó que con sólo 11 años, Sara comenzara a huir de su casa e intente suicidarse. A esa misma edad, conoce a un tal George, persona en quien la niña vio un refugio pero que, por el contario escondía las más oscuras intenciones.

George abusó sexualmente de ella y luego, con los años, se convirtió en su proxeneta.
Pero antes de que George se convirtiera en su explotador, Sara fue expuesta por su propia madre a ser violada por hombres mayores de edad, incluso, a ser violada por varios hombres a la vez.

Con la edad de 13 años, George comenzó a explotar sexualmente a Sara. Esta pesadilla duró 3 años, durante los cuales ella estuvo expuesta a situaciones muy peligrosas, además de los riesgos propios de la prostitución. Este hombre la obligó a ejercer la prostitución, trabajando 12 horas por día, de 6 de la tarde a 6 de la mañana, desde los 13 hasta los 16.

Pero esta situación no iba más. Sara, sintió en alguna parte de su corazón, que necesitaba algo nuevo y por eso un día decidió escapar. En su huida, trató de llegar a Ontario, pero no pudo y en la desesperación, decidió tejer una alianza con un vendedor de drogas. Pero esta alianza fracasó y resultó presa de éste último, quien la obligó a robar y asesinar si quería sobrevivir. En 1994, Sara - por orden del vendedor de drogas- asesinó a George luego de tener relaciones sexuales con éste último en un pequeño hotel de ruta. Fue arrestada unos días después.

Del arresto, pasó a juicio por asesinato en primer grado y con sólo 16 años fue condenada a prisión perpetua, más cuatro años sin la posibilidad de libertad condicional. El hecho de que Sara fuera condenada siendo una menor a pasar el resto de su vida en la cárcel fue criticado por muchas organizaciones de derechos humanos, entre ellas, Human Rights Watch (HRW)

Mas allá de no estar de acuerdo con que menores de edad puedan ser condenados a prisión perpetua, creo que el tema principal es entender que Sara, ante todo, es una víctima. Víctima de abuso, de violación sexual, de explotación sexual, de esclavitud sexual y de un sistema que no pudo o no supo protegerla de su propia madre ni de las mafias que azotan en nuestro mundo.

Pero Sara, sin embargo, pudo más. De ser una niña vulnerable, se superó a si misma y ha pasado a ser una mujer valiente. En la cárcel, estudió y recibió un titulo universitario. Fue nombrada Woman of the Year por funcionarios del servicio penitenciario. En 2010 el entonces-gobernador de California, Señor Schwarzenegger conmutó su pena a 25 años de prisión con posibilidad de libertad condicional. Sara y varias organizaciones en los Estados Unidos, continúan luchando por su libertad y apelando su condena.

En este camino, ella se ha convertido en la voz de los niños que son víctimas de proxenetas, de redes de prostitución y de explotación sexual infantil.

"Yo sé que moriré aquí", decía Sara en un video disponible en el site de Human Rights Watch http://www.hrw.org/video/2010/05/20/when-i-die-theyll-send-me-home-youth-behind-bars que recorrió el mundo "Yo tengo mucho bueno para ofrecer, ahora. Creo que puedo ser un buen ejemplo. [...] Siempre puedes cambiar".

Espero que Sara recupere su libertad antes de lo previsto. Y que desde su libertad, nos ayude a comprender un poco más sobre cómo funcionan estas mafias que capturan a nuestros niños y nos ayude a comprometernos con nuestras sociedades para que no existan más casos como el de ella.

Sara Kruzan Sentenced to Life Without Parole at Age 16:

¿Justo o injusto el caso de Sara?

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