Nunca ha dejado de sorprenderme la facilidad que tienen muchos para adjudicar palabras a Dios para defender sus ideales, en una especie de interpretación libre y cuanto más interesada, que los convierte en representantes "oficiales" del Santísimo en la tierra . A quienes profesan la religión musulmana y lo hacen en nombre de Alá, los llamamos fundamentalistas o extremistas religiosos.
Aquellos que convocan a una Jihad o Guerra Santa y que obligan a mujeres y niñas a asomarse al mundo a través de las rejillas de un burka. Para quienes la vida de una mujer vale menos que nada y quienes amparan la violación de sus derechos mas fundamentales en una maquiavélica y distorsionada tergiversación del Corán...
Pero en Estados Unidos, en uno de los sistemas democráticos mas sólidos del mundo, defensor a ultranza de los derechos humanos, me cuesta trabajo encontrar un apelativo para quien adjudica públicamente a Dios, la barbaridad de declarar que:
"los embarazos resultado de una violación o incesto son algo que Dios quiere que suceda. Un regalo de Dios".
Habría que preguntar al candidato republicano al Senado por Indiana, Richard Murdock bajo los efectos de que antidepresivo se encontraba cuando Dios le hizo tales afirmaciones que han convulsionado no solo las filas demócratas sino la propia cantera republicana. El propio Mitt Romney, candidato a la presidencia tuvo que salir inmediatamente al paso afirmando que:
"no estamos de acuerdo con su política sobre el aborto y el incesto pero lo apoyamos".
Y yo me sigo preguntando como se puede apoyar al que olvida el dolor, el terror, el sufrimiento, la degradación y el mayor atentado contra la identidad y la dignidad de millones de mujeres que son sometidas y violadas brutalmente en el mundo. Mucho más, cuando resultado de esos actos barbaricos quedan embarazadas.
Pero si sólo fuese justificar este desliz de la realidad no seria tan preocupante como advertir que esta especie de pseudo-portavoces de Dios en la tierra se multiplican como los panes en el desierto. Hace tan solo unos días, otro candidato republicano al Senado por Pensilvania, Tom Smith, comparaba la decisión de tener un hijo fuera del matrimonio con un embarazo fruto de una violación. Su alucinación llegó al punto que cuestionado sobre como se sentiría si una hija o una nieta quedara embarazada fruto de una violación, no dudó en contestar a los periodistas que el "había pasado por una situación similar cuando una familiar cercana tuvo un hijo fuera del matrimonio" y para cerrar con broche de oro lapidaba diciendo: "Pónganse en lugar del padre.... la situación es similar". Vamos, que ni el propio Almodóvar hubiese encontrado un monólogo tan surrealista para alguna de sus tragicomedias, aunque hoy seamos millones de mujeres los que estemos al borde de un ataque de nervios.
Y si "el embarazo resultado de una violación es un regalo de Dios" y "similar a tener un hijo fuera del matrimonio", Todd Akin el también aspirante republicano por Missouri, coronaba con laureles asegurando que " ese tipo de embarazos son muy improbables porque el cuerpo de la mujer tiene formas de impedir el embarazo en caso de "violación legitima" . ¿Puede alguien definir la expresión violación legitima? ¿Existen violaciones legitimas ? Pero, ¿qué se han fumado estos señores? ¿Alguno de ellos se ha sentado frente a una sola de esas mujeres? Yo si lo he hecho, en muchas ocasiones...
En Bosnia, cuando estuve frente a una religiosa que fue violada por 15 soldados serbios que me contaba inconsolable como ahora era una de esas mujeres anónimas con el cuerpo destrozado y el alma saqueada que se aferraba a unos versos cuando la desesperación y el dolor físico querían ahogarla mientras la violaban repetidamente.
"Tú no debes morir porque has escogido estar de parte del día"
O en Sudáfrica cuando entrevisté a un grupo de misioneras del Congo que fueron atacadas salvajemente por miembros de la milicia Mai-Mai y aquienes además de violar, dejaron mutiladas y embarazadas.
En sus ojos, solo en sus ojos se vislumbra el horror que vivieron ... Creen ustedes, politicuchos de salón, que el Dios al que servían quería este regalo para ellas?
Aterricen en la realidad y pregúntenles si mientras un soldado terminaba y otro comenzaba el horror, las matemáticas daban para legitimizar esa barbarie. Hablen como yo lo hice con Gulsoma o Tiba o Nayara en Afganistán y traten de justificar lo injustificable cuando vean sus rostros infantiles quemados, sus cicatrices en sus cuerpos y en sus almas cuando intentaron inmolarse para acabar con la pesadilla de las violaciones casi diarias y embarazos no deseados.
Salgan de sus cómodas madrigueras y asómense al mundo de tantas hispanas que hoy viven en EE.UU. que fueron violadas y torturadas por las guerrillas en sus aldeas en Nicaragua, en el Salvador o en Guatemala o a la adolescente que también lleva su apellido Smith o Murdock y que fue abusada impunemente por un miembro de su propia familia a dos calles de sus casas.
Es fácil hablar por otros pero ninguna mujer se lo ha pedido. Es una ofensa para esas víctimas y para cualquier fémina que tiene el derecho de decidir lo que entra y lo que sale de su cuerpo y en que condiciones. Con respeto y responsabilidad, la misma que cualquier ser humano sin distinción de ser hombre o mujer les piden a ustedes.
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