Doble vida: habla el fotógrafo espía de la DEA

Nunca imaginé que después de haber entrevistado a tantas personalidades, bandidos, criminales de guerra y héroes anónimos, sería en una tarde apacible de Miami Beach, donde conocería a uno de los hombres que más incitarían mi curiosidad por adentrarme a fondo en su insólita historia. Una historia personal escrita con la tinta del éxito como uno de los más cotizados fotógrafos de moda a nivél mundial, y con el color de la sangre como operativo secreto de la DEA el FBI y la CIA sirviendo de enlace entre los narcotraficantes más violentos y notorios de Colombia y el propio gobierno estadounidense.
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buruch vega

Nunca imaginé que después de haber entrevistado a tantas personalidades, bandidos, criminales de guerra y héroes anónimos, sería en una tarde apacible de Miami Beach, donde conocería a uno de los hombres que más incitarían mi curiosidad por adentrarme a fondo en su insólita historia. Una historia personal escrita con la tinta del éxito como uno de los más cotizados fotógrafos de moda a nivél mundial, y con el color de la sangre como operativo secreto de la DEA el FBI y la CIA sirviendo de enlace entre los narcotraficantes más violentos y notorios de Colombia y el propio gobierno estadounidense.

De voz afable, culto y refinados modales, la personalidad de Baruch Vega es la antítesis completa de la clásica imagen del espía que vemos en la ficción. Su apariencia es la de un hombre común. Su historia, sin embargo, le convierte en un ser extraordinario. Un James Bond de carne y hueso que ha tenido que sufrir en carne propia las consecuencias de su peligroso trabajo como infiltrado durante más de veinte años.

Por más horas que conversemos, siempre hay algo que contar y algo por descubrir. Qué y quién se esconde tras este camaleónico hombre de dos rostros tan perfectos. Cuál es la carta que guarda en la manga para seguir aun con vida y haber resistido, hasta hoy, el peso de su demoledora verdad.

Porque su alucinante historia como superagente y además apadrinado por las propias autoridades de los Estados Unidos, comienza a tener más verdades que mentiras. Verdades tan sólidas, que le permitieron denunciar públicamente importantes redes de corrupción entre oficiales del gobierno y miembros de elite de la policía colombiana que facilitaban el tráfico de drogas, que supuestamente debían combatir.

Argumentos tan exactos que le permiten mirar atrás y ver como el resultado de su trabajo encubierto, con el visto bueno de la fiscalía estadounidense, ha sentado en el banquillo de una Corte Federal de la Florida a los mayores pesos pesados del narcotráfico Colombiano.

Afirmaciones tan rotundas, que le permiten señalar con el dedo a varios expresidentes colombianos a quienes asegura financiaban los carteles a través de sus campañas politicas. Pruebas tan exactas, que le permitieron desafiar al gobierno de los EEUU y ganarle la partida.

De cada tema sale otro, de cada idea... una nueva, no hay preguntas sin respuesta aunque sean comprometidas, aunque cueste llegar hasta ella. Nuestra primera cita se convierte en una segunda, una tercera... poco a poco voy conociendo al hombre de las dos caras y una sola palabra.

Le pido pruebas de su apasionante relato y así comienzo a descubrir los cimientos que sujetan su historia y lo mantienen con vida. La primera prueba está en su ordenador. La respuesta a una de mis preguntas, la obtengo del extinto jefe máximo de las FARC, Raúl Reyes, en una conversación grabada desde uno de los campamentos clandestinos de la guerrilla.

Baruch tiene pruebas, pruebas tan irrefutables que cuando las autoridades de este país fueron conociéndolas, tuvieron que archivar uno por uno los cargos por los que fue detenido y encarcelado en una celda de la Florida, al quedar al descubierto toda la operación clandéstina para atraer narcos al mágico mundo de Mickey.

De una segura cadena perpetua por conspiración con narcotraficantes, paso a cuatro meses de prisión domiciliaria para arreglar sus cuentas con el fisco. Su verdad le permite incluso, demandar al gobierno de los EEUU por varios cientos de millones de dólares.

Me resulta impactante que al abordar ciertos temas, nunca pierda las formas, que no se exalte. Solo hay algo que hace que sus ojos se inunden de lagrimas y su voz se quiebre: es al mencionar a sus hijas. Las pequeñas que perdió cuando su madre, cansada de silencios, intentó alejarlas del peligroso mundo en el que se movía su padre y que ahora, como una jugada maestra del destino, regresan de nuevo a su vida.

Las mismas pequeñas, que en una historia paralela y para hacerla aún mas intensa e irónica, son cotizadas actrices de Hollywood gracias a su primera película: Spy Kids.

Y es que la vida de este hombre que se codeaba con la Jet Set internacional, que cobraba 90,000 dólares por una sesión de fotos con las modelos más cotizadas del momento, fotógrafo de Gucci, Dior, Victoria Secret y amigo íntimo de Versacce, entre otros, es la misma del que surcaba las aguas del Egeo en un yate con los grandes narcos o cruzaba el cielo en su avión privado para infiltrarse en las entrañas de la mafia.

Una vida rica, intensa, que le llevó a participar en operaciones para derrocar a regímenes izquierdistas en América Latina, a asesorar en política internacional a varias agencias de EEUU y a meter en cárceles de Estados Unidos a narcotraficantes tan importantes como Los hermanos Rodríguez Orejuela , Helmer Herrera o Fabio Ochoa. Una vida que lo condena a muerte en su propio país ,donde según denuncia, está amenazado no por los narcos sino por algunos miembros de la élite de la policía colombiana, que temen que pueda "irse de la lengua" y apuntar hacia ellos.

Una vida de misterios, mentiras y verdades. Donde los que deberían ser "los buenos" a pesar de sus condecoraciones, a veces no lo son tanto. Donde "los malos" ponen de manifiesto a través de sus acciones que hay un sistema permisivo e hipócrita que se beneficia con su comportamiento y en el que las grandes sumas que mueve el narcotráfico se convierten en el credo, la palabra y el perdón de los pecados.

Escucharle contar cada página de su historia personal, es asistir a un ejercicio de memoria colectiva. La que incomoda, la que denuncia, la que sigue escondiendo su as en la manga para seguir con vida.

Su celular suena cada cierto tiempo, he descubierto que es una clave para saber si está bien. Varios agentes encubierto lo protegen. Se que lo acompañan pero no puedo verlos. Nuestras citas cambian continuamente de escenarios. Tiene muchas cosas que contar y demasiado por lo que callar.

Sin embargo está dispuesto a hablar aunque su verdad incomode o le sentencie. Este es Baruch, esta es su vida y yo he tenido la fortuna de escucharla en su propia voz. Ahora, ya es tiempo de que también ustedes la conozcan a través de un documental que estamos desarrollando y que nos arroja sin permiso a una especie de purgatorio, entre el cielo y el infierno. Dicen que siempre hay varias versiones para una misma historia dependiendo de quien la cuente.

Esta es su versión.... Su verdad y su historia. Y muy pronto.......ustedes sabrán todo de ella.

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