Venimos a hacer Shakespeare en español

Nos dedicamos a la profesión más difícil pero más maravillosa del mundo. Si no vives el día a día de una compañía, es muy complejo comprender el esfuerzo que supone navegar en medio de la inmensidad del océano en permanente tormenta.
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siglo de oro

Explicar qué significa estrenar nuestro Enrique VIII en el Broad Stage de Santa Mónica (California) es casi tan complejo como explicar por qué un día decidimos que el teatro fuera nuestra forma de vivir. El cúmulo de emociones es tan grande y los sentimientos son tan diferentes, que se convierte en algo prácticamente inexplicable a lo que no terminas de encontrar una definición precisa.

Los Ángeles es un enorme decorado que conocemos desde siempre porque desde siempre lo hemos visto en las salas de cine o dentro de nuestro televisor, en nuestras casas... Y ahora estamos aquí, preparándonos para mostrar nuestro Enrique VIII en castellano...

Creo que realmente no somos del todo conscientes de lo que esto significa... Todo es tan grande y tan rápido que abruma.

Los edificios que hace dos días veías en una película, ahora te rodean. La playa con el parque de atracciones que recuerdas de aquella serie, es la que ves desde la ventana de tu habitación en el hotel... Y no terminas de creerte que estás aquí, en Los Ángeles, en Santa Mónica, para presentar a La Corte de Enrique VIII a cientos de americanos que sabemos que ya tienen sus entradas y que llenarán el teatro en los cuatro días de exhibición.

Pero al mismo tiempo, hay un sentimiento de responsabilidad que te aprieta el corazón y que es enorme.
Venimos a hacer Shakespeare en español.

Venimos a mostrar nuestra forma de entender el teatro clásico, a contar por qué creemos que es necesario hacer Shakespeare, pero también por qué volvemos a poner en escena a nuestro Lope. El sentido que tiene para nosotros cuidar de nuestro patrimonio artístico y cultural desde el escenario y también desde todo lo que rodea a una puesta en escena. Y venimos también a mostrar un trabajo que significa el esfuerzo de muchas personas, entidades e instituciones que nos han ayudado a estar hoy aquí y sin los cuales no sería posible estrenar hoy en el Broad Stage.

Por eso decía que algo que a priori se podría describir rápidamente, de repente no lo es, porque es la suma de multitud de factores, muy diferentes entre sí, que generan una emoción tan intensa y tan indescriptible, que hace que sea extremadamente complicado concretar nuestra experiencia en el Broad Stage de Santa Mónica en unas cuantas palabras por escrito.

Nos dedicamos a la profesión más difícil pero más maravillosa del mundo. Si no vives el día a día de una compañía, es muy complejo comprender el esfuerzo que supone navegar en medio de la inmensidad del océano en permanente tormenta.

Pero es cierto que, cuando logras atracar en un pequeño puerto, cuando estás por fin ahí, en tierra, tienes muy claro que todo el trabajo que ha supuesto esta parte del viaje ha merecido la pena.

Y sabes que continuarás navegando, hacia el siguiente puerto, contra viento y marea, en plena tempestad. Porque cuando tienes dentro el teatro, cuando te late, hay algo imparable que está en la sangre y que genera esa energía que hace que el jet lag importe poco, que el cansancio que produce el intentar comunicarte en otro idioma sea pasajero o que los cambios de humor que te producen los nervios y todas estas emociones, se queden en pura anécdota...

Hay algo tan hermoso en la realidad de estar aquí, en Los Ángeles, haciendo teatro en nuestro lengua, que todo se convierte en una especie de pequeño libro de aventuras que contarás y que te parecerá increíble haber vivido.

Quizá deberíamos describir nuestra experiencia con el Enrique VIII en el Broad Stage días después de haberla vivido. Cuando el avión haya aterrizado ya en Barajas y los sentimientos hayan podido colocarse, cada uno en su espacio. Cuando entendamos qué significa que una compañía de teatro privada como RAKATá haya dado el salto y se haya atrevido a conquistar las Américas. Cuando toda esta inmensidad sea más concreta. Cuando podamos ver las fotos y sentir los recuerdos con distancia, para que el que lee, o escucha lo entienda.

No lo sé... El caso es que la realidad es esta... Estamos aquí, ahora, intentando hacer nuestro trabajo de la mejor forma que sabemos, ilusionados, muy emocionados e inmensamente felices.

Eso es estar con Enrique VIII en el Broad Stage: toda una aventura que hace que nos brillen los ojos y que no podamos parar de sonreír.

María San Miguel es Actriz. Licenciada en Periodismo y Máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid.

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