El secreto de Selena está de regreso

Recuerdo haber dado vuelta y ver a un ejército de personas pegadas al teléfono, buscando frenéticamente todos los detalles sobre lo que estaba pasando con Selena. Había una gran tensión. Estábamos corriendo contra el reloj, tratando de salir con la noticia antes que nadie. La meta era incluir la mayor cantidad de información posible en ese primer boletín.
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Han pasado veinte años y parece que fue ayer cuando me tocó anunciarle al mundo que Selena Quintanilla Pérez había muerto. Fue así como todo comenzó aquel 31 de marzo del 1995.
Recuerdo haber dado vuelta y ver a un ejército de personas pegadas al teléfono, buscando frenéticamente todos los detalles sobre lo que estaba pasando con Selena. Había una gran tensión. Estábamos corriendo contra el reloj, tratando de salir con la noticia antes que nadie. La meta era incluir la mayor cantidad de información posible en ese primer boletín. Sabíamos que Selena había sido baleada en un motel de Texas y que luego la habían llevado al hospital, donde estaba siendo operada de emergencia. Aparte de eso, todo era un misterio.

maria celeste

No habían pasado ni diez minutos desde que primero escuché la noticia, hasta que salí al aire en vivo, para anunciar lo que habíamos confirmado hasta el momento: "Buenas tardes, les habla María Celeste Arrarás. Interrumpimos el programa que están viendo para informarles que Selena Quintanilla Pérez, la cantante del grupo Los Dinos, ha recibido un balazo y se encuentra en condición crítica en el Memorial Medical Center de Corpus Christi. En este preciso momento está siendo intervenida quirúrgicamente. Selena fue víctima del disparo en el motel Days Inn de esa ciudad, aún se desconocen los detalles del incidente. La información está entrando por cuentagotas. Tan pronto sepamos más sobre lo que pasó en el hospedaje y sobre el estado de salud de la cantante, regresamos con ustedes".

Lo logramos; fuimos los primeros. Normalmente, eso es motivo de celebración y orgullo, pues en el mundo de las noticias, tener credibilidad es lo más importante y eso sólo se consigue estando a la vanguardia, con la información más precisa. Pero en esta ocasión la victoria era agridulce porque la noticia no podía ser más triste, ni tocarnos más de cerca.

Terminado el boletín informativo, fui a mi computadora. Ni siquiera las agencias noticiosas, que le dan servicio a todos los medios, se habían enterado, pues todavía no había nada en los cables de prensa sobre lo que estaba pasando en Texas. Eso quería decir que le llevábamos una gran delantera a todo el mundo.

Los teléfonos en la sala de redacción no dejaban de sonar. La gente llamaba incrédula, con la esperanza de que le dijéramos que habíamos cometido un error. A estas alturas, no imaginábamos que estábamos ante la noticia más importante del año para los hispanos.

Los miembros de nuestro equipo no daban abasto buscando videos de Selena, llamando al motel Days Inn, al hospital, a la casa de la cantante, a su boutique, a sus amigos, a sus parientes. Las informaciones eran contradictorias.

Volví a sentarme en el escritorio del Noticiero. Otra vez me conecté a todos los aparatos de comunicación. Me puse a hacer apuntes sobre lo que sabía de la carrera musical de Selena. Quería estar preparada en caso de que hubiese algún desarrollo importante, y gracias a esa iniciativa, lo que vino a continuación no me tomó desprevenida.

Pasaron un par de minutos, cuando la productora a cargo del programa ese día me informó: "Hay malas noticias, del hospital nos dicen que Selena está peor". La vicepresidenta de noticias, Alina Falcón, dio órdenes para que interrumpiéramos nuevamente la programación regular. Fue una decisión trágicamente acertada. En el momento preciso en que abrí la boca para hablar sobre esta "noticia de último momento", la productora me confirmó al oído, justo a tiempo, lo que todos temíamos: "Está muerta".

Esas dos palabras me dejaron fría, como si me hubiesen tirado encima un cubo de agua helada. Muchos sentimientos y pensamientos pasaron por mi mente en un milésimo de segundo. Aún así, ni mi cara, ni mis palabras me traicionaron. Me escuché a mí misma anunciar que Selena había fallecido

Como siempre pasa, una vez terminadas las transmisiones, todavía estábamos un poco agitados. Toma tiempo bajar de ese viaje de adrenalina. Pero cuando todo volvió a la normalidad,
tuve tiempo de meditar. No podía borrar de mi mente aquella imagen de Selena y Yolanda, hablándose en privado y riendo como mejores amigas. Me repetía preguntaba una y otra vez: ¿Quién era esa misteriosa mujer y por qué le había disparado a una muchacha tan dulce y carismática? ¿Qué pasó dentro de la habitación 158 del motel Days Inn? ¿Cuál fue el factor que provocó esta tragedia? En ese momento me propuse dar con las respuestas sin imaginar que me tomaría tanto tiempo encontrarlas.

Pasadas las diez de la noche hora del este, escuché un grito tan penetrante como el que por la tarde anunció que a Selena le habían disparado. "¡Ya se entregó!". Me di vuelta a la pared de nuestra redacción donde hay unos veinte televisores y vi a Yolanda multiplicada en todas las pantallas. La policía le tiró una chaqueta encima para protegerla de las cámaras y de la lluvia. John Morales había acertado. Estaba diluviando.

Aunque los oficiales la subieron a toda velocidad en una patrulla y se la llevaron, cada segundo pareció una eternidad.

En ese instante, presentí que éste no era el fin, sino el comienzo de la historia.

Extracto del primer capítulo de la reedición de El Secreto de Selena, la reveladora historia detrás de su trágica muerte, libro de María Celeste Arrarás ya a la venta en:

La reedición de "El Secreto de Selena" de María Celeste Arrarás

María Celeste

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