Tijuana Blues: Enrique, Salvador, Gaviota

Una campaña perversa, sin duda, es la que ha decidido emprender el equipo de Peña Nieto, apoyado al menos por una de las Televisoras, la más importante.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

Nunca cómo hoy en México, la máxima "la televisión es el opio del pueblo" ha cobrado un sentido más perverso.

En medio de campañas electorales que dan escozor y vergüenza, y una menguante guerra contra las drogas, el efecto narcotizante de la televisión ha sumergido a un sector de la población en una profunda narcolepsia dónde el próximo Presidente ¡por fin! será un galán de telenovelas capaz de convertir a millones en Gaviota por un Día.

Si Josefina Vázquez Mota se ha comprometido a lavar los trastes y cuidar a sus hijos tras interminables horas de trabajo tratando de resolver los graves problemas del país, retomando los roles con los que la libertad de la mujer ha sido empeñada en pro del "bienestar de la familia", promoviendo de nuevo la percepción de que el hombre queda exento de cualquier responsabilidad en la ecuación familiar; Enrique Peña Nieto, por su parte, ha optado por manipular el complejo de cenicienta en las psiques femeninas.

Una campaña perversa, sin duda, es la que ha decidido emprender el equipo de Peña Nieto, apoyado al menos por una de las empresas Televisoras: la más importante.

Puedo imaginarme a sus asesores de imagen, a los consultores de mercadotecnia, a sus genios de la publicidad, presentando gráficas dónde: "podemos observar claramente que "Los [mercados de] niveles bajos tienen un valor muy importante en las ventas de una gran cantidad de productos", "más del 50% de la población mexicana pertenece al nivel medio-bajo", "87 % de los personas ven televisión entre 7 y 9 de la noche". ¡Bingo! horario telenovelero. "¡Vamos a llevar las telenovelas a la calle!", ha dicho un entusiasta mercádologo vecino de Polanco.

Me supongo que la reunión estaría plagada de expresiones indescifrables y acrónimos de más de cinco letras, como acostumbran los mercadólogos hacer para darle mayor efecto y facturación a sus consultorías; sin embargo, lo que resulta evidente es que Enrique Peña Nieto se ha empeñado en acaparar el mismo mercado que los dentífricos y los champús orgásmicos.

Las redes sociales se han inundado con fotografías y videos que muestran a algunas mujeres que por decir lo menos, saldrían muy mal paradas en un conteo neuronal.

Las Gaviotas con Peña Nieto, se llaman estas mujeres a las que el PRI les han dicho que "estos son tiempos de las mujeres", pero..."qué lástima que aún no estemos preparadas para gobernar al país".

Mujeres que no se enteran ni del pasado ni del presente de Peña Nieto. De un pasado dónde se encuentra Atenco, y los casos de mujeres que fueron violadas por la policía que Peña Nieto utilizó para reprimir a los "revoltosos".

En el presente, los más de 900 casos de feminicidios que se presentaron en el estado de México, mientras él gobernaba, y que han quedado sin resolver, gracias al desdén de la Procuraduría y todo el aparato de Justicia, y a la pericia de sus colaboradores en negar la evidencia.

Y en medio de todo esto, un Carlos Salinas salivando el poder que se le fue de las manos, esperando esta oportunidad de oro para a través de su muñequito, recuperar el mando de México, S.A., antes de que el PAN termine mandando el resto del botín a España.

Es tan evidente la manipulación de la mujer en la campaña del Priista, que resulta inconcebible que alguien pueda considerar dignificante de ninguna forma posible, incluirse en un grupo que se autodefina como Gaviota de Peña Nieto.

Sin embargo, un sector de mujeres ha caído en el embuste, porque sus aspiraciones con Peña Nieto no van más allá que la fotografía con el galán, aunque no tenga propuestas concretas, aunque el grupo con el que se encuentra afiliado sea uno de los más corruptos que ha conocido este país, aunque no le dé importancia a la educación y a la cultura, pese a que ése ha sido el talón de Aquiles mexicano por excelencia desde que falleció José Vasconcelos.

Aunque se gaste en Imagen y en tiendas en Beverly Hills los miles de millones que tendrían que haberse invertido en escuelas y hospitales que seguramente harán mucha falta en más de alguno de los pueblos dónde se ven a entusiastas Gaviotas ondeando la petulante fotografía de "su galán-candidato".

Peña Nieto no apela al voto de los ciudadanos, Peña Nieto llama a sus Clubs de Fans a las casillas. Los Fans no cuestionan a su ídolo. No le exigen otra cosa que ser él mismo, que suba al escenario y brinde el mismo espectáculo de siempre.

Enrique Peña Nieto, el "Salvador de México", al servicio de las cámaras y el teleprompter. Cambiar para seguir igual, ese sería un slogan honesto.

Resulta paradójico que después de la sangría de seis años que le hemos soportado al PAN, al PRI se le ocurre traernos "un show" como antídoto, como en el Medievo: muerte y espectáculo, la estrategia perfecta para mantener al pueblo dormido.

El poder, cambia de color pero nunca de manos. Más de lo mismo, el show debe continuar, mientras las mexicanas y los mexicanos seguimos arrullados por el opio entre 7 y 9 de la noche.

Popular in the Community

Close

What's Hot