Recientemente, Gallup publicó el reporte de su estudio anual sobre el bienestar nacional. Según los resultados, los habitantes de Estados Unidos en las zonas del Pacífico (California, Oregon, Washington, Hawaii y Alaska) y de la Montaña (Montana, Arizona, Colorado, Idaho, Wyoming, Utah, Nevada y Nuevo Mexico) alcanzan los niveles más altos en uno de los trece indicadores estudiados.
¿Qué es lo que eleva su nivel? Bueno, algo que está al alcance de todos los ciudadanos estadounidenses y de los de cualquier lugar del mundo: aprender algo nuevo e interesante cada día. El reporte de Gallup señala, "... es una necesidad psicológica importante y uno de los atributos que las personas en las comunidades con alto nivel de bienestar tienen en común."
Y es que aprender cosas nuevas nos provoca la sensación de pertenecer, de apropiarnos del mundo y ayuda a extender nuestras capacidades.
No hay pretexto que valga, que si ya a mi edad para qué, que si no tengo tiempo, que si no tengo dinero o por qué si yo no tengo cabeza para los estudios.
El asunto no es forzosamente embarcarse en estudiar un posgrado en MIT (tampoco es mala idea), sino aprender algo que nos parezca interesante, desafiante o novedoso.
Para los muy formales y estructurados, ¿qué tal inscribirse a un curso en algún centro comunitario o universitario? Sea que termines tus estudios básicos o te aventures a tomar una clase de repostería.
Aprovecha Internet. Grandes universidades como Harvard ofrecen clases y cursos abiertos y gratuitos.
¿Algo más rápido? Date vuelo en Youtube. Basta con qué escribas las palabras mágicas, "How to...", y encontrarás cientos de videos sobre cómo hacer "algo". Alguna vez aprendí a doblar mis T-shirts como en las tiendas departamentales y mi armario se vio divino por unos días.
También puedes abrir un diccionario en una página al azar. Apréndete la definición de una palabra que hasta hoy desconocías.
Está bien, lo tuyo es ver la TV. ¿Algo despierta tu curiosidad? Por ejemplo, ¿Qué sabes de San Miguel de Allende, el lugar donde se desarrolla Rosa Diamante? ¿Qué te parece buscar información sobre ese lugar en la biblioteca pública?
Haz memoria, todos tenemos algún amigo, pariente, compañero de trabajo, hijo o pareja que sepa hacer algo que nos gustaría también aprender. Sea picar finamente una cebolla, un paso de baile o un atajo en el procesador de textos.
Inténtalo sin miedo, con entusiasmo, con curiosidad y con humildad.
Aquí algunos consejos para que el aprendizaje diario realmente contribuya a tu bienestar:
- Presta atención con todos tus sentidos y tu corazón.
- Pregunta. Deja la timidez y pregunta cualquier cosa sobre la que tengas duda.
- Busca varias fuentes de información. No importa de qué se trate, no te quedes con sólo una respuesta u opinión. Eso te ayuda a verificar o completar la información y a formar tu opinión.
- No te aferres a la idea u opinión inicial que tenías. A lo mejor descubres que después de treinta años de pensar lo mismo sobre un tema, hoy tienes información y experiencia para entenderlo de una manera más adecuada.
- Explica y practica. Si no lo haces, no lograrás incorporarlo a tu vida y hacer que realmente sea útil para enriquecerla. Explícatelo con tus propias palabras, practica sólo por el gusto de mejorar tus habilidades.
- Comparte. No guardes tus aprendizajes para ti nada más. Cuando compartes, se desatan muchos beneficios para todos. Refuerzas tu conocimiento, te vuelves consciente de tus fortalezas y dificultades al aprender, probablemente ayudes a que alguien más aprenda nuevas cosas y seguramente serás una inspiración para los demás.
MÁS CONSEJOS PARA UN MAYOR NIVEL DE BIENESTAR:
¡Adiós a la mujer perfecta y bienvenida la mujer libre!
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