Imagen y palabra en la libertad de ser

Ninguna obra de comunicación: ni imagen ni palabra, ni de carácter informativo o estético, que realmente sea de un genuino talento creativo, o siquiera publicable, tiene por qué ser censurada. Ello es derecho natural de vida.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

Escribir acerca de los conceptos de imagen visual y palabra podría parecer una redundancia, pero no lo es si esta vez sus significados implican la consustancialidad humana que va de la comunicación oral a la escritura literaria y al arte, y también a la búsqueda de fraguar la más profunda distinción de los seres humanos como racional-imaginativos (que es como además debemos llamarnos).

El individuo es tal porque tiene el poder del lenguaje y de la imaginación para comunicarse, y por añadidura incrementa su poder con la imagen visual y la palabra literaria. Porque la persona no es sólo comunicación hablada y escrita, sino es, por encima de todo, comunicación de sentimientos. Y los sentimientos, las emociones, los estados de ánimo, además de la lógica del raciocinio, se expresan no sólo por la sonoridad musical, sino además mediante los discursos orales y los símbolos plásticos y gráficos. Lo que hace que la imagen visual y la palabra, en sus connotaciones simbólicas, encierren asimismo las más válidas perspectivas de la comunicación.

Toda estética, sea plástica o escrita, reproduce las ansias --a veces incontenibles-- del ser inteligente como partícipe de un universo en movimiento en una constante dimensión de cambios. Es así que el sujeto creativo es representante de un cosmos infinito y de una particularidad que lo hace un ser en sí para los demás. El arte y la literatura son entonces el hecho y la posibilidad de entregar y recibir las más profundas y bellas cualidades de la creación.

Pero para que esta ecuación de la entrega creativa (del autor) al otro, que es el lector (o receptor visual); y viceversa, que es la resonancia de la receptividad de ese receptor hacia el creador, se realicen en su reciprocidad, es indispensable --por naturaleza misma-- la libertad de existir para crear; es decir, la apertura a toda tentativa de invención que bulle en el misterio sensible del artista y del escritor, y su derecho a expresarla. La libertad entonces es naturaleza, sentimiento y necesidad vital de todo creador.

Ninguna obra de comunicación: ni imagen ni palabra, ni de carácter informativo o estético, que realmente sea de un genuino talento creativo, o siquiera publicable, tiene por qué ser censurada. Ello es derecho natural de vida. Desde el periodismo, la literatura y el arte, y hasta el discurso político cualquiera sea, ninguno debe sufrir la prohibición de los intereses contrarios. Pero, desafortunadamente, sabemos que esto es así, y en el mundo --de muchas maneras: sutil, directa y represivamente-- se establecen censuras, condenas, diatribas, purgas, cárceles y muerte contra la imagen, la palabra y la información, que es lo mismo que decir contra la integridad y la vida del ser humano.

De modo que uno de los objetivos de Palabra Abierta (www.palabrabierta.com), como lo puede ser ahora el de HuffPostVoces, es el de proporcionar el espacio para la libertad total de la imagen visual y la palabra creativas, en el que la agudeza, la penetración, la lucidez y las dotes de los autores sienten pautas de derecho y legitimidad. También agradecemos así --con el mismo nivel de importancia-- la libertad del receptor, dándole la posibilidad de diferir o expresar su disconformidad con una obra. Y ello puede expresarse mediante un comentario armónico --aun cuando fuera amargo o agridulce-- pero siempre consecuente al contenido y la forma del contexto cultural que intentamos proyectar.

La libertad de expresión y movimiento caracteriza a toda persona inteligente, aun más cuando se trata de un artista y de un escritor. El verdadero hacedor de creaciones no puede dar lo que el público, lector o receptor, espera que le den, sino lo que él tiene de sí para ese otro, que también sin saberlo busca lo nuevo. El arte y las letras es asimismo eso: lo novedoso, lo distinto. Es la emoción de algo que estremece. Al mismo tiempo, el autor se entrega y se realiza, y es aquí, en su recibimiento y asimilación, cuando el mundo de la ficción alcanza su verdad.

Palabra Abierta (y HuffPostVoces) pretenden re-crear así la libertad del quehacer y decir estéticos con la variedad de sus proposiciones, puesto que sabemos que es en esta perspectiva de libertad de creación, en la que el ser hispanoamericano logra realizarse con verdadero empeño, y cuando mejor ha de manifestar su potencialidad cultural centrada por la imaginación y la palabra.

Popular in the Community

Close

What's Hot