Cada vez se parece más este polo turístico al Miami de los años ochenta. Sol, turismo, drogas, violencia; hasta cubanos y militarización encontramos en el escenario. Al gobernador Roberto Borge Angulo se le está escapando la seguridad de las manos por no tener buenos asesores, ni escuchar a las personas que tratan de aconsejarle con sentido común. Mientras, éste se desplaza a platicar con el gobernador de Texas o al consulado de Estados Unidos en Mérida (Yucatán) para asegurar que el destino turístico es seguro para los visitantes.
El general Anastasio García Rodríguez, jefe del ejército en Quintana Roo ha señalado que la policía de Cancún y Playa del Carmen están infiltrados en un noventa por ciento de sus elementos por el narcotráfico. Hace unos días un interno de la cárcel de Playa fue asesinado, y el director está en fuga, mientras seis custodios han sido detenidos y pagan los platos rotos. Por su parte el alcalde de Cancún Julián Ricalde Magaña ha pasado de señalar que el general García "chocheaba", debido a sus comentarios, a precisar que si era necesario el ejército podía asumir la responsabilidad de garantizar la seguridad en el municipio. ¿Nos imaginamos que pensará el mundo si encuentra tanques en la zona hotelera de Cancún, o en la quinta avenida de Playa del Carmen?
En seguridad pública el secretario del estado de Quintana Roo Bibiano Villa, un ex-militar que se hizo famoso por señalar en medios nacionales que si encontraba a un "Zeta", lo mataba primero, y que luego éste "le contara a San Pedro lo que había hecho", calificó recientemente a los representantes del pueblo como "pinches diputados" cuando tuvo que rendir cuentas -como si no fuera un funcionario público-. Villa, famoso por su falta de "sofisticación" y "sutileza" y no precisamente por su "inteligencia", no ha logrado mejorar en nada los asuntos de seguridad desde que asumió el cargo hace aproximadamente un par de años. A pesar de ello el joven gobernador de 31 años sigue confiando en él y lo renueva sistemáticamente ante los constantes rumores de cambio en la dirección de la Secretaría.
En Cancún ex militares han ocupado la dirección de la policía desde hace varios años; en la mayoría de los Centros de Reinserción Social (CERESOS) también han sido militares los que han ocupado la posición de directores. A pesar de la falta de resultados de profesionales que fueron entrenados para otro tipo de funciones, y que asumen de forma improvisada estas responsabilidades, el sustituto del director fugado como responsable de la cárcel vuelve a ser un militar, el mayor retirado Santiago Flores Vargas.
El Municipio de Benito Juárez (Cancún) tiene una población de 661,176 personas y el de Solidaridad (Playa del Carmen) de 159.310. Hay una movilidad creciente hacia las zonas económicas turísticas localizadas en Benito Juárez y la Rivera Maya que presentan altas cotas de urbanización tanto residencial como turística, haciendo que estos municipios tiendan a crear una zona conurbana que representa el 88% de la población del Estado de Quintana Roo.
Por la actividad turística en este espacio hay un fenómeno creciente de recepción de inmigrantes extranjeros, representando el tercer lugar de México en recibirlos (después del Distrito Federal y Jalisco). En 2009 había 10,755 migrantes documentados, de los cuales el 23 % eran cubanos, dominicanos o centroamericanos; en el 2011 esta cifra asciende a 14,315 inmigrantes documentados, el 43 % son del mismo origen, mostrándose un incremento casi del 50% de inmigrantes de esta región en sólo dos años; sin tenerse en cuenta los que se han naturalizado, ni los que se encuentran indocumentados trabajando de forma oculta en la economía informal.
A diferencia de la Florida y a pesar de su dinamismo, Quintana Roo es un estado poco poblado que cuenta con 1,325,578 personas y por ello quizás impactan en menor medida los números de asesinatos que en otras zonas de la República mexicana. Sin embargo en el año 2011 se reportaron 650 homicidios en todo el Estado caribeño, lo que corresponde a una tasa de 49,03 por cien mil. Cancún y Playa del Carmen con una población de 820,486 habitantes representan una proporción de ultimados del 75% sobre el total estatal. Sólo en el 2011, 478 personas fueron asesinadas por cuestiones de narcotráfico o de delincuencia común lo que eleva la tasa en estas dos ciudades a 58,2 por cien mil, y sitúa a éste polo turístico como uno de los más violentos tanto de México, como del mundo.
Ciertamente no entiendo como Roberto Borge Angulo sigue ocultando información, tratando de convencer a los que sí están informados de la grave situación de este destino turístico, señalando que no está sucediendo nada en la costa caribeña mexicana. Posiblemente estamos, salvando las distancias demográficas, en peores condiciones que el Miami del vicio de los años ochenta, pero las autoridades tratan de tapar el sol con un dedo.
Todavía entiendo menos cómo no es posible "convencer" a un político "obstinado" que en su estado se ha demostrado que con viejos militares retirados no se ha logrado mejorar la seguridad, ni de los habitantes del estado, ni de los turistas que se acercan a descansar al "paraíso mexicano". Si el gobernante local no fomenta la inteligencia policial y cuenta con estrategias y personas capaces al frente de la seguridad pública de este estado, sin duda, a pesar de sus esfuerzos propagandísticos Cancún y la Riviera Maya pasarán muy pronto a ser un nuevo Acapulco, que genera desconfianzas y miedos entres los potenciales visitantes.
Debería aprender de Miami y de las medidas que sus gobernantes tuvieron que tomar en su momento para controlar la situación. Hoy Miami sigue siendo una de los destinos más apetecidos en los Estados Unidos; ojalá Quintana Roo y sus políticos escuchen, y entiendan antes que sea demasiado tarde; aprendiendo y actuando de forma inteligente.
Una última reflexión que debería tomar en cuenta la clase política mexicana es que en las democracias occidentales no se acepta la presencia de militares en cuestiones de orden público, porque también en esas sociedades hace tiempo que se mostraron ineficientes. El turismo de Cancún y la Riviera Maya proviene de esas sociedades; por lo tanto es urgente que si quieren mantener su cuota de mercado, y su éxito como polo de atracción turístico, se adapten a las soluciones que en el mundo avanzado han dado resultados.
El turista quiere descansar y sentirse seguro; la presencia militar asusta y genera inseguridad. Si además está mostrado que no ofrece resultados positivos, ninguna campaña de imagen podrá hacer superar el miedo del potencial visitante, y el destino tendrá grandes posibilidades de entrar en una grave crisis de confianza.
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