Abismo fiscal: Enseñanza parlamentaria para El Salvador

El nuevo año trajo buenas noticias para las familias de clase media en Estados Unidos. Después de más de 2 meses de negociación, el Congreso aprobó la medida que entre los puntos más importantes: extiende los actuales niveles de tributación para las familias que ganan hasta $450,000 al año, incrementa la participación del pago de los trabajadores al Seguro Social en dos puntos, extiende los beneficios para millones de desempleados y congela los aumentos de salarios para los miembros del Congreso. Tanto republicanos como demócratas votaron por la medida y nadie pone en tela de juicio la motivación del voto de los legisladores. ¿Por qué es diferente en la Asamblea Legislativa de El Salvador?
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El nuevo año trajo buenas noticias para las familias de clase media en Estados Unidos. Después de más de 2 meses de negociación, el Congreso aprobó la medida que entre los puntos más importantes: extiende los actuales niveles de tributación para las familias que ganan hasta $450,000 al año, incrementa la participación del pago de los trabajadores al Seguro Social en dos puntos, extiende los beneficios para millones de desempleados y congela los aumentos de salarios para los miembros del Congreso. Tanto republicanos como demócratas votaron por la medida y nadie pone en tela de juicio la motivación del voto de los legisladores. ¿Por qué es diferente en la Asamblea Legislativa de El Salvador?

La aprobación se dio con el voto de 45 senadores republicanos y más de 80 representantes del mismo partido en la cámara baja del Congreso. El segundo al mando de la bancada republicana en la cámara, Eric Cantor, votó diferente al Portavoz y máximo líder republicano, John Boehner. (Dato curioso ya que el Portavoz de la Casa de Representantes rara vez vota a menos que desee enviar un mensaje inequívoco a la bancada). Influyentes cabilderos como Grover Norquist "dejaron en libertad" a los miembros del partido para apoyar la medida. Norquist es famoso por hacer firmar a los candidatos una "promesa" de votar en contra de cualquier incremento tributario. En el folklore salvadoreño sería similar a aquel "pagaré" del que se escucha hablar entre los diputados areneros.

En la mayoría de cámaras legislativas en Estados Unidos y en países con democracias maduras, votos disidentes son comunes y no asustan a nadie. Mucho tiene que ver con la manera que los representantes son elegidos. Si bien corren bajo bandera partidaria, los candidatos representan distritos específicos, se encargan de recaudar sus propios fondos (donde es legal) y corren en gran medida campañas independientes. Nada de pantomimas como el voto por cara en El Salvador. Si bien ese esfuerzo fue bueno en principio, los resultados demuestran que no han sido suficientes para cortar el verticalismo partidario y la dependencia, mejor dicho sumisión, a las dirigencias partidarias.

El caso más reciente sobre ese tipo de situaciones se dio con la aprobación del presupuesto general del 2013 del país centroamericano. 4 diputados del partido opositor ARENA decidieron votar a favor del presupuesto en franca oposición a línea ordenada por la dirigencia conocida como el COENA. Inmediatamente, se empezaron a escuchar voces acusatorias que interpelaban las intenciones y motivos de los legisladores. Las historias urbanas no se hicieron esperar: la de un hombre cargando un maletín negro, promesas de demandas ante fiscalía y alegatos de compra de voluntades fueron la comidilla del día por varias semanas. A casi tres meses de la votación, todo quedó en tinta de noticia y lo único que cambió fue la composición de la bancada arenera; de 33 bajaron a 29.

Al preguntarle a varios representantes republicanos si la votación ponía en peligro el liderazgo de Boehner ya que 150 miembros, alrededor del 65% la bancada de su partido, votaron en contra de la medida que apoyó tan sólo dos días antes de su propia reelección de líder de la cámara baja, inmediata y enfáticamente respondieron que NO y explicaron que parte del liderazgo del Portavoz se basa en la libertad que Boehner da a sus miembros para votar por los intereses de sus representados y sus distritos y no por los intereses de la dirección partidaria o la línea doctrinaria de su partido.

Razones doctrinarias sobraban. Los analistas de la Oficina de Revisión de Presupuesto calculan que la medida costará alrededor de $330 mil millones en el 2013 y cerca de $ 4 billones en la próxima década pero el riesgo de recesión económica era aún mayor y con ello el costo político que acarrearían los republicanos. Ojalá la gerontocracia, mal llamados máxima dirigencia política salvadoreña, despierte y tome nota del pragmatismo político de Boehner quien a pesar de su virulenta retórica, ayer le ganó una partida al ala más radical de su partido y sobre todo al Tea Party.

Para mayor información sobre el autor, puede seguirle en twitter @LuisMontes

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