Hispanos y religión: Erradicando mitos; estableciendo nuevos paradigmas

El Centro Hispano Pew dio a conocer esta semana nuevos datos sobre la relación de las preferencias políticas hispanas y la afiliación religiosa que profesan. La nueva información indudablemente pone en entredicho muchos de los mitos urbanos y sobretodo esperanzas de algunos políticos para lograr mayor porcentaje del pastel electoral hispano.
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A police officer patrols as people wait in line to vote in municipal elections in the Complexo da Mare slum in Rio de Janeiro, Brazil, Sunday, Oct. 7, 2012. Voters across Latin America's biggest country are electing mayors and municipal council members. (AP Photo/Silvia Izquierdo)
A police officer patrols as people wait in line to vote in municipal elections in the Complexo da Mare slum in Rio de Janeiro, Brazil, Sunday, Oct. 7, 2012. Voters across Latin America's biggest country are electing mayors and municipal council members. (AP Photo/Silvia Izquierdo)

gente latina

El Centro Hispano Pew dio a conocer esta semana nuevos datos sobre la relación de las preferencias políticas hispanas y la afiliación religiosa que profesan. La nueva información indudablemente pone en entredicho muchos de los mitos urbanos y sobretodo esperanzas de algunos políticos para lograr mayor porcentaje del pastel electoral hispano.

Iniciemos con las cifras publicadas por Pew está semana: Los encuestados son divididos en 3 grandes grupos: católicos, evangélicos protestantes y no afiliados. Por su parte, los hispanos que se identifican como católicos y quienes de acuerdo al sondeo son 57% y por lo consiguiente la mayoría, prefieren al presidente Barack Obama abrumadoramente. Siete de cada de 10 (73%) de hispanos que se congregan en la iglesia católica dicen ser partidarios o que darán su voto para la reelección del actual ocupante de la Casa Blanca. Sólo el 19% de este grupo apoyan al candidato republicano, el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney.

En el grupo denominado como evangélicos protestantes los cuales de acuerdo al sondeo sólo alcanzan el 16% del electorado hispano, la historia varía un poco. El candidato republicano alcanza el 39% de apoyo. El presidente y actual candidato demócrata alcanza 50%. Aunque la ventaja se acorta considerablemente, la diferencia es todavía de doble dígitos.

El poco terreno ganado por los republicanos en el grupo evangélico protestante se desvanece cuando se analiza el tercer grupo: el de los no afiliados. El tamaño del grupo es básicamente el mismo que el de los evangélicos. Los no afiliados hacen 15% del voto hispano, un punto porcentual menos que los protestantes. No obstante, la diferencia en las preferencias es abismal. 82% de los hispanos no afiliados religiosamente apoyan a Obama y sólo 7% de este grupo dicen preferir a Romney.

Los números traen muy malas noticias para los republicanos. El último candidato republicano que ganó una elección presidencial fue George W. Bush en el 2004. De manera astuta, los asesores de Bush lograron utilizar su ferviente religiosidad para conectar con votantes hispanos en base a asuntos sociales y religiosos, a tal punto que lograron llevarse 44% del total de votos hispanos. La más reciente encuesta muestra que esos temas ya no son tan persuasivos ni importantes como el 2004. Como explicamos en una columna anterior, el voto hispano actual es más joven y ve esos temas sociales con mayor apertura y menos dogma.

Por lo que aquellas creencias de muchos asesores republicanos que su partido puede contar a los hispanos como base natural se cae con los nuevos datos de Pew. Si bien el voto hispano fluctúa más que el voto afroamericano, no es precisamente por los asuntos sociales como muchos predican. Una explicación es la misma diversidad de la comunidad hispana. Se dice hasta la saciedad que la comunidad hispana no es monolítica. Otro factor que ayuda a explicar la disminución en la correlación entre religión y afinidad política es el tiempo de residencia en el país que los hispanos lleven en el país.

Tomemos el caso de la cuarta población hispana más numerosa en Estados Unidos: la salvadoreña. Después de los mexicanos, puertorriqueños y cubanos, los casi 1.7 millones de salvadoreños (contabilizados por el censo) conforman 3.3% de la población total hispana. Para cualquiera que haya visitado el país centroamericano y haya tenido acceso a cualquiera de los dos periódicos de mayor circulación, le parecerá insólito que la homilía del arzobispo de la capital y hasta la de su asistente en su ausencia sea reportada "religiosamente" en las primeras páginas del tiraje de todos los lunes. En ese caso, los salvadoreños recién mudados a Estados Unidos pudiesen por costumbre seguir los consejos políticos de su líder religioso. Esa influencia o dependencia indudablemente disminuye a medida el tiempo de residencia incrementa. Lo mismo es cierto para los miembros de generaciones subsecuentes como lo demuestra lo publicado por Pew.

Irónicamente, lo interesante de toda esta discusión es que el verdadero valor del voto hispano recae naturalmente en el crecimiento exponencial de la masa votante pero sobretodo en esa precisa inclinación de la comunidad hispana a fluctuar o indecisión al votar. Los hispanos seguirán estando de moda media y vez cuando los partidos políticos, candidatos, asesores y operativos políticos sigan percibiéndoles como persuasibles.

43%

Hispanos en Estados Unidos

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