Del registro a la votación: <em>"Millenial Hispanos"</em>

Esta semana el Centro Hispanodio a conocer nuevas cifras sobre las proyecciones de participación política de la comunidad hispana en los Estados Unidos. Los registros indican que hay un aproximado de 23.7 millones -4 millones más que en el 2008- de hispanos elegibles para votar este próximo 6 de noviembre. No obstante, analistas pronostican que sólo la mitad de estos participaría en las votaciones equivalente a unos 12 millones.
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Diana Pérez escucha a los oradores durante una protesta frente a un edificio de Inmigración y Aduanas en Phoenix, el miércoles 19 de septiembre de 2012, un día después de que entrara en vigencia una polémica disposición de la ley de inmigración de Arizona. La pancarta al fondo dice "no la acataremos". (Foto AP/Ross D. Franklin)
Diana Pérez escucha a los oradores durante una protesta frente a un edificio de Inmigración y Aduanas en Phoenix, el miércoles 19 de septiembre de 2012, un día después de que entrara en vigencia una polémica disposición de la ley de inmigración de Arizona. La pancarta al fondo dice "no la acataremos". (Foto AP/Ross D. Franklin)

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Esta semana el Centro Hispano Pew dio a conocer nuevas cifras sobre las proyecciones de participación política de la comunidad hispana en los Estados Unidos. Los registros indican que hay un aproximado de 23.7 millones -4 millones más que en el 2008- de hispanos elegibles para votar este próximo 6 de noviembre. No obstante, analistas pronostican que sólo la mitad de estos participaría en las votaciones equivalente a unos 12 millones.

El 2008 fue un año histórico para los hispanos en Estados Unidos. Alrededor de 9.7 millones concurrieron a las urnas. Si bien el número de votantes latinos fue el más alto en la historia, ese logro se empaña cuando los números se analizan en términos comparativos. Si en lugar de votantes, tomamos el porcentaje de participación, es decir el número de votantes registrados que salió a votar, pasa de un logro a un problema. Para que tengamos una idea del porqué, tomemos dos porcentajes: 65% y 66%. Ambos promedios representan el nivel de participación de la comunidad afro-americana y blanca respectivamente en el 2008. Los hispanos están 15 y 16 puntos porcentuales detrás.

Demográficamente, hay varios factores además del migratorio que pueden ayudar a explicar el desfase. Quizá el más importante es la edad. De acuerdo a las cifras del Censo 2010, los hispanos cuentan con una edad promedio de 27 años, casi 10 años menos que la edad promedio nacional que se ubica en 36.9 años. Resultados electorales, encuestas y estudios demuestran que las poblaciones jóvenes tradicionalmente votan en menor proporción que personas con edad arriba de los 35 años.

De acuerdo a estudios por la organización Center for Information & Research on Civic Learning and Engagement (CIRCLE), la generación Millenials cuyas edades oscilan entre los 18 y 29 años son aproximadamente el 24% del número total de votantes y a pesar de tener una participación histórica en el 2008, los números bajaron considerablemente en el 2010. Más importante aún para el análisis de los hispanos en Estados Unidos cabe destacar que de acuerdo al reporte de Pew, 32% de los votantes hispanos son categorizados como Millenials. Por sí sólo, este grupo es el más numeroso en el desglose de edad de los hispanos.

Los partidos entonces se enfrentan a un reto sin precedentes. ¿Cómo persuadir a un grupo étnico de votantes que tradicionalmente no participa masivamente y a esto hay que sumarle que por su edad pierden el interés fácilmente? Este grupo además representa un 11% del voto general, un número nada despreciable.

Naturalmente, las estrategias históricas de campaña no pueden seguir siendo las mismas. Además de tomar en cuenta la edad, la perspectiva cultural con la que se manejan los mensajes debe evolucionar. No basta con traducir literalmente un comunicado de prensa ni con decir un par de palabras en español. Si bien los votantes hispanos son jóvenes pero como también indica el estudio de CIRCLE, la generación Millenials tienden a un mayor involucramiento social y político -que no necesariamente se traduce en votos- pero si a un nivel más profundo de entendimiento de los asuntos. Entonces, ¿cómo se lleva a los centros de votaciones a estos potenciales votantes mejores informados?

Mensajes de diversidad e inclusión son abrumadoramente apoyados por los grupos de jóvenes. El racismo implícito manifestado en mensajes políticos en temas como la red social, mal llamados "entitlements", son puntos de contención con poco apoyo en este grupo. Obviamente, el tema de cambio del partido demócrata en el 2008 encontró eco. Los votantes jóvenes son menos renuentes al cambio pero corren el peligro de desilusionarse de no "recibir" gratificación instantánea.

Otro asunto importante, de acuerdo a un estudio del Instituto Brookings, es la brecha generacional con respecto a asuntos sociales como aborto y bodas del mismo sexo. Si bien los hispanos de mayor edad pueden percibir estos asunto negativamente, la generación Millenials ven estos temas más favorablemente. Hasta 60% del grupo de los Millenials quienes conforman el mayor bloque de los votantes hispanos (32%), apoyan las medidas.

He ahí un par asuntos para iniciar la persuasión. Interesante será el análisis de los resultados del 2012.

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