ANÁLISIS: La agenda del segundo gobierno de Obama

La comunidad inmigrante estará pendiente de cualquier pronunciamiento que Obama pueda hacer sobre la tan ansiada reforma migratoria integral. Si bien los republicanos insisten en partir los diferentes puntos de la agenda migratoria y discutirlos individualmente, los demócratas y grupos pro-inmigrantes están claros que los números están a su favor y el voto de noviembre les ha dado un mandato para aprobar la medida de una vez por todas.
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US Democratic presidential candidate Illinois Senator Barack Obama speaks during a town hall meeting at Troy High School in Troy, Michigan, on June 02 2008. AFP PHOTO/Emmanuel DUNAND (Photo credit should read EMMANUEL DUNAND/AFP/Getty Images)
US Democratic presidential candidate Illinois Senator Barack Obama speaks during a town hall meeting at Troy High School in Troy, Michigan, on June 02 2008. AFP PHOTO/Emmanuel DUNAND (Photo credit should read EMMANUEL DUNAND/AFP/Getty Images)

El domingo a las 12 del mediodía dio inició oficialmente el segundo período del presidente Barack Obama.

Como dato histórico, con el tercer juramento (ya que el primero debió ser repetido) del primer mandatario afroamericano se cumplen 224 años ininterrumpidos de transferencias de poder por la vía democrática pacífica en los Estados Unidos. Si bien el número de asistente a las festividades de juramentación del presidente este año será de un millón menos en comparación a las del 2008, las expectativas para ciertos segmentos de la nación son aún más altas.

Analistas y académicos concuerdan que el presidente no dará a conocer detalles de sus prioridades legislativas en el discurso del lunes. De hecho, se espera un discurso más abstracto pero esperanzador donde enumere los grandes asuntos domésticos e internacionales que marcarán sus segundos cuatro años como presidente. Los detalles se conocerán más a fondo durante su discurso frente al Congreso del Estado de la Nación a principios de febrero.

La comunidad inmigrante estará pendiente de cualquier pronunciamiento que Obama pueda hacer sobre la tan ansiada reforma migratoria integral. Si bien los republicanos insisten en partir los diferentes puntos de la agenda migratoria y discutirlos individualmente, los demócratas y grupos pro-inmigrantes están claros que los números están a su favor y el voto de noviembre les ha dado un mandato para aprobar la medida de una vez por todas.

Lo menos que la base puede esperar del presidente Obama en su discurso de inauguración es un reconocimiento público de que él ha llegado a la máxima posición política del país por el apoyo incondicional de la comunidad hispana e inmigrante en general. Quizá les recordará a los republicanos que él ha cumplido con la ley, ha protegido la frontera y que el segundo período espera que ellos hagan su parte y aprueben una reforma que incluya un camino a la ciudadanía para los más de 11 millones de indocumentados.

Además de la reforma migratoria, Obama tendrá que negociar los detalles del techo de la deuda así como buscar la aprobación del primer presupuesto federal en su presidencia ya que llevamos 3 años sin uno. Este tema será el principal punto legislativo en los primeros tres meses de su período.

El otro tema de agenda que seguramente recibirá atención será la regulación de las ventas de rifles de asalto y otras armas. La tragedia de Sandy Hook está presente en las mentes de toda la nación y según las encuestas más del 50% de ciudadanos esperan una pronta y decisiva respuesta del gobierno federal, específicamente la prohibición de ventas de armas de alto calibre, automáticas y de cargadores de alto poder.

Internacionalmente, las circunstancias dictarán en gran medida su agenda. La presunta selección como jefe de su gabinete de Denis McDonough, el segundo al mando en su equipo asesor de seguridad nacional, indica que Obama pueda buscar un mayor protagonismo en el área internacional. No obstante, Latinoamérica no vislumbra como prioridad y será siendo relegada a una nota de pie en la agenda de la Casa Blanca.

Si bien los segundos períodos de los presidentes recientes han sido marcados por escándalos, el presidente Obama llega en un momento histórico favorable. Todos recordamos a Richard Nixon y Watergate; Ronald Reagan y el caso Irán-Contras; Bill Clinton y Monica Lewinski; y George W. Bush con Irak, torturas y la catástrofe económica. Obama, como el 21º presidente que gana reelección, busca romper la mala racha. La cambiante demografía puede ser la clave para mover su agenda en el Congreso.

Ese elemento por sí solo puede ser la llave que permita antes de noviembre del 2014 aprobar los puntos en agenda más importante y solidificar su legado. Eso es algo que los demás presidentes que ganaron la oportunidad para cumplir un segundo término, no tenían.

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