Kevin Spacey como Frank Underwood, y Robin Wright como Claire Underwood, en una escena de la serie original de Netflix, "House of Cards".
Pocos éxitos de televisión han causado un impacto tan grande en la Argentina como "House of Cards". Acaso el suceso de la serie original de Netflix sea comparable a contadas grandes producciones internacionales -"Lost", por ejemplo- y a un puñado de novelas costumbristas filmadas en Buenos Aires.
La trama de ambición y traición que envuelve a "House of Cards", con política, lobby y periodismo, define en buena parte el ser argentino. Se trata de elementos que hacen al día a día de la cultura nacional. Si además tuviera fútbol, se debería haber producido alrededor del Obelisco.
Es por eso que mucho se escribió acerca de quién es el Frank Underwood argentino. Quién es, en definitiva, el dirigente que representa el ascenso a cualquier precio, los movimientos camaleónicos en su exclusivo beneficio y el cinismo como medio y como fin en sí mismo.
El senador Miguel Ángel Pichetto -oficialista de cinco de los últimos seis gobiernos democráticos-, el ex presidente Eduardo Duhalde y el propio Néstor Kirchner fueron mencionados en distintos análisis sobre el protagonista de "House of Cards", interpretado por un extraordinario Kevin Spacey.
Sin embargo, nada o casi nada se ha dicho sobre la Claire Underwood argentina. Compañera leal, brillante estratega, sexy y con mano de hierro, su presencia es crucial para la carrera de su marido, un político con aspiraciones presidenciales.
La descripción le cabe perfectamente a Karina Rabolini, esposa del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, uno de los máximos candidatos a ganar las elecciones generales del 2015.
Ex modelo, empresaria y actual presidenta de la Fundación Banco Provincia, Rabolini juega un papel central en el recorrido que imagina Scioli hacia la presidencia. En las últimas semanas incluso ha abandonado su distrito original para empezar a encontrarse con gobernadores de otras provincias, hasta donde llega en un rol institucional, pero evidentemente político.
El nombre de Rabolini se mencionó el año pasado en ocasión de los comicios legislativos como parte de un acuerdo entre Scioli y Sergio Massa, que finalmente no se concretó. En esa lista que tejieron de uno y otro lado, la Claire Underwood argentina hubiera ocupado nada más y nada menos que el segundo lugar, detrás de Massa.
"¿Cómo va a ser un invento de los medios? La inseguridad existe", lanzó Rabolini hace pocos días, abandonando su habitual perfil social, y abordando así el tema que más inquieta a la opinión pública, y que ha sido negado por el gobierno nacional a lo largo de los últimos diez años.
Como Claire Underwood, Rabolini ha sido una compañera inseparable de Scioli. Estuvo con él en 1989, luego del accidente motonáutico que le provocara la amputación del brazo derecho. Estuvo cuando fue elegido vicepresidente y cuando le tocó ser gobernador.
Celosa de su intimidad, no tiene problemas en enfrentar a los medios para hablar de los distintos tratamientos a los que se somete para cumplir su deseo de ser madre, generando empatía con cientos de miles de mujeres que pasan por lo mismo.
Como Claire Underwood, es hermosa. Referente de la moda y portada permanente de semanarios sobre estilo y celebridades.
Es, de nuevo, una pieza clave en el entramado político de su marido, armando una red de contención para alcaldes y -ahora- gobernadores.
Como Claire Underwood, tiene modales suaves y conducción firme.
Sueña con ser primera dama.
El broche de oro para su castillo de naipes.
El Papa Francisco conversa con el gobernador de Buenos Aires, Argentina, Daniel Scioli y su esposa Karina Rabolini, durante una audiencia privada en el Vaticano, el 4 de julio de 2013.