- Por Lourdes Ruiz-Toledo, Lourdes Sin Límites
Los sueños recurrentes son normales, usualmente son el resultado de sentirnos consternados por una situación que estamos viviendo o algún problema sin resolverse del pasado que nos sigue azotando. Estas manifestaciones son producto del subconsciente que está rindiendo la función de alarma de despertador avisándonos que es hora de abrir los ojos, levantarnos y emprender nuestro día... Una forma de hacernos ver nuestras inseguridades, temores o inhabilidad para enfrentar ciertas cosas en la vida, pasadas o presentes.
Mi experiencia con este tipo de sueño recurrente comenzó a los 9 años cuando salí de Cuba rumbo a España dejando a mi madre atrás y sin saber si alguna vez la volvería a ver (nunca tuve la dicha de poder vivir a su lado). Durante mi niñez me iba a dormir con miedo que esa pesadilla nuevamente me despertaría a media noche en llantos, una sombra que me persiguió por gran parte de mi vida.
Siempre empezaba igual. Abría una puerta, la entrada a un sótano muy oscuro que para llegar a él tenía que bajar por una escalerita estrechísima de concreto con un pasamanos de tubo al que yo me agarraba con todas mis fuerzas porque la oscuridad era absoluta. Cuidadosamente iba tanteando con la punta del pie, escalón por escalón, pero cuando ya estaba llegando al final de la escalera siempre tropezaba en el penúltimo, y caí. El impacto del golpe me despertaba.
Por 20 años este sueño recurrente corría a la par de los acontecimientos en mi día a día. Empezando por mi niñez, donde me tocó vivir demasiados cambios intensos, repentinos que no pude asimilar adecuadamente por falta de madurez emocional y edad para poder cambiarlo. Capítulos que se fueron complicando con la marcha del tiempo, responsabilidades crecientes, metas profesionales, falta de familia, amores y desamores. ¡Formando en un colorido bagaje vintage!
Finalmente cuando pude hacer un alto en mi vida, me dediqué a examinar TODO lo que había guardado en aquel equipaje vintage.
¡Adiós vintage!, ¡Hello minimalismo! Mi liberacion llegó el día que al abrí la puerta de mi "closet interno", respiré frescura, sentí cómo el amor de mi hijo trajo luz a mi vida, escuché el clic-clac de las perchas mientras yo contemplaba las experiencias bellas que colgaban de ellas, y a las dolorosas les quité el amarguito poniéndole una pizquita de Splenda (¡hay que conservar la línea!).
Así fue como un día volví a tener mi sueño recurrente, con la diferencia que esta vez pisé el último escalón victoriosa, sin tropezar o caerme. El sótano ya no estaba oscuro, yo en el sueño encendí la bombilla y su resplandor me despertó.
Significado de las diferentes caídas en los sueños
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