La revolución que no aparece en televisión

A primera vista, la electricidad no parece ser materia de revolución. Silenciosamente hace funcionar nuestros iPhones, luces LED y cepillos de dientes.
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En el verano de 1969 el río Cuyahoga ardió en llamas. Un cóctel tóxico de petróleo y otros contaminantes se prendió en fuego en un tramo de este río que serpentea a través del corazón de Cleveland. Ese incendio en una mañana de domingo, uno de los muchos que afectaron a éste y otros ríos durante muchos años, despertó a los habitantes de Cleveland con su humo color acre pero también ayudó a prender la chispa de un movimiento ambiental a nivel nacional.

Sin embargo los ríos en llamas no eran las únicas amenazas que enfrentaban las ciudades estadounidenses en 1969. Las políticas fracasadas de un nuevo desarrollo, el surgimiento de los suburbios y la injusticia racial habían convertido a las ciudades en microcosmos de problemas mayores enfrentados por nuestra nación. Ese mismo año, el soldado raso Frank Jackson regresó a Cleveland después de servir en la guerra de Vietnam. Durante las siguientes décadas, Jackson ayudó a Cleveland a retomar su camino, primero como activista comunitario, luego como concejal de la ciudad y, finalmente, como su alcalde, cargo que ocupa en la actualidad.

Si bien están lejos de la perfección, gracias al alcalde Jackson y otros como él, muchas ciudades hoy en día se están convirtiendo en excelentes lugares para vivir, para la innovación, la cultura, las artes y el desarrollo inteligente. Pero las ciudades de hoy comparten algo con sus predecesoras de 1969: de nuevo son lugares donde se inicia una revolución. Esta nueva revolución silenciosa no aparece en las revistas o noticieros de la noche, aunque debería. Pero como todas las revoluciones, es cuestión de poder; en este caso, la electricidad.

A primera vista, la electricidad no parece ser materia de revolución. Silenciosamente hace funcionar nuestros iPhones, luces LED y cepillos de dientes. A través de los vehículos eléctricos, la electricidad limpia incluso puede ayudar a reemplazar el petróleo contaminante que propulsa nuestros vehículos. Pero, lamentablemente, en los Estados Unidos la mayor parte de nuestra electricidad es sucia y destructiva para el planeta.

Debido al carbón y el gas usados en la mayoría de las plantas de energía, la generación de electricidad representa el mayor contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero, produciendo un tercio de nuestra contaminación anual por carbono. En su conjunto estas plantas emiten mucha más contaminación que la mayoría de los otros países y son un importante impulsor de los impactos climáticos de los que ya somos testigos: tormentas más fuertes, olas de calor más mortales y sequías sin precedentes. Por lo tanto, la electricidad está lista para una revolución y un cambio hacia energías limpias.

En este momento la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) está trabajando en un conjunto de estándares para ayudar a limpiar las plantas de energía más sucias, iniciativa que puedes apoyar aquí. Pero la EPA no está liderando el movimiento; está siguiendo a la multitud ya que una revolución silenciosa de nuestro sistema energético está ocurriendo actualmente. Más alcaldes, grandes corporativos, así como muchas madres de familia ya están liderando el camino. Resulta difícil no oír el gran cambio que se aproxima. De diferentes maneras, estos tres grupos están optando por excluirse de la electricidad sucia y utilizar su poder adquisitivo para revolucionar la forma en que generamos y distribuimos la energía en los Estados Unidos.

La ciudad de Cleveland, administrada por el alcalde Jackson, y otras ciudades como Cincinnati están aprovechando leyes estatales de opción comunitaria - en gran medida pasadas por alto - para agrupar la demanda eléctrica de los residentes y pequeñas empresas y comprar créditos de energía 100% renovable. En el proceso, están disminuyendo los costos de electricidad en comparación con la energía sucia que usaban anteriormente.

La opción comunitaria no es sólo para las grandes ciudades. Tan sólo en Illinois, más de 90 ciudades y poblados de todos los tamaños hicieron el cambio a electricidad 100% renovable comprando créditos de energía renovable a través de la opción comunitaria. En California, los residentes de los condados de Sonoma y Marin están optando por energía renovable. Otros estados como Massachusetts, Nueva Jersey y Rhode Island también permiten la opción comunitaria. El estado de Nueva York, pobre en energía, podría ser el próximo. ¿Acaso tu estado no debería también permitir la opción comunitaria?

Los alcaldes no son los únicos revolucionarios. Las madres de familia también lo son y lo hacen de manera sencilla: si conectarse a la red significa emisiones nocivas generadas por electricidad sucia, ellas simplemente van a generar su propia energía limpia. Ya que el precio de los paneles solares ha bajado un 99% desde la década de 1970 y 60% en los últimos 5 años, los sistemas solares de energía en las azoteas tienen un sentido económico simple; mientras que salvar al planeta es sólo un beneficio marginal. Las nuevas opciones de pago, incluyendo la renta, eliminan la inversión inicial, facilitando el cambio más que nunca. Incluso en lugares como Washington, D.C., ahora es posible entrar en el juego de la energía renovable ¡sin necesitar una azotea! ¿Crees que podrías cambiar a energía solar?

Pocos ven a los grandes corporativos como revolucionarios, incluyendo las compañías mismas, sin embargo cada vez más se están uniendo al juego del cambio. Grandes consumidores de energía como Mars y Walmart ya han decidido cambiar a energía 100% renovable, pero al igual que las madres de familia y los alcaldes a menudo no pueden obtener energía limpia con sólo comprar lo que su empresa eléctrica está vendiendo. Es por eso que algunos están llevando su demanda de energía al mercado libre, invirtiendo directamente en sistemas solares o de viento. Sin embargo en muchos estados, las reglas del servicio público prohíben o limitan estos acuerdos de compra de energía.

Al toparse con obstáculos a cada paso, las empresas están empezando a levantar la voz. Este verano, 12 grandes corporativos, incluyendo a Mars, Walmart, Sprint y Facebook, entre otros, identificaron públicamente estos obstáculos e hicieron un llamado a nuevas oportunidades de colaboración con las empresas de servicios públicos y proveedores de energía para aumentar su capacidad de comprar energía limpia y renovable.

Al comprar una porción de la economía de energía limpia del Siglo XXI, los alcaldes, madres familia y grandes corporativos están promoviendo una conversación bastante retrasada con respecto al futuro del sistema eléctrico de nuestro país. Por ejemplo, a medida que más y más consumidores instalan paneles solares y dejan de comprar electricidad sucia de su empresa de servicios públicos, el modelo tradicional de recuperación de costos de muchas empresas de servicios públicos se vuelve más y más difícil de sostener. Este cambio silencioso está empezando a enviar ondas de choque a través del sistema.

Toda revolución tiene sus opositores. Algunos te dirán que los bajos precios del gas natural dictan la verdadera ruta para el cambio de nuestro sistema eléctrico. No les creas. Estas madres, alcaldes y grandes corporativos están avanzando correctamente en dirección a un futuro real de la electricidad: limpia, cada vez más barata y sin duda más segura y generada por el sol, el viento y otras energías renovables.

Y si necesitas algo de inspiración tan sólo recuerda a la ciudad de Cleveland dirigida por el alcalde Jackson: lo que era un clásico ejemplo de contaminación ahora lidera una silenciosa revolución de energía limpia que ya está sucediendo a tu alrededor.

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