Las sales minerales son moléculas inorgánicas. Suelen tener fácil ionización en presencia de agua. En los seres vivos aparecen tanto como precipitados como disueltas. Son elementos químicos imprescindibles para el normal funcionamiento metabólico. El cuerpo las requiere en pequeñas cantidades y no tiene función energética.
Todos los seres vivos poseemos sales minerales. Incluso dependiendo del órgano que se trate, la concentración salina varía. Los huesos son los tejidos que más concentración de sales poseen (20 por ciento). Tras la desecación y eliminación de la materia medular, esa concentración sube al 70 por ciento.
Tanto en animales como en vegetales, el contenido salino varía con la edad y con la fase de desarrollo.
Se las clasifica en dos grandes grupos: sales insolubles y sales solubles. Las primeras se encuentra en estado sólido, cristalinizadas y no ionizadas. Las segundas se encuentran disueltas en agua y disociadas en sus iones correspondientes.
Se las puede encontrar en los seres vivos además, de tres formas:
- Precipitadas: estructuras sólidas, insolubles, que tienen función esquelética.
- Disueltas: en forma de iones.
- Asociadas a moléculas orgánicas: a veces asociadas a proteínas.
Desempeñan funciones biológicas como:
- La regulación de fenómenos osmóticos.
- La regulación del Ph.
- La formación de estructuras duras y esqueléticas.
Las sales minerales presentes en el cuerpo humano son: calcio, cloro, fósforo, aminoácidos, hierro, yodo, potasio, cobalto, cobre, plomo, magnesio, manganeso, sodio, níquel, silicio, azufre, por citar los principales.
Cuando el cuerpo no posee suficiente sales minerales o residuos de ellas, se favorece a la aparición de enfermedades.
Fuentes:
- Consejo Latinoamericano de Información Alimentaria
- "Biología", sexta edición, de Helena Curtis
¿QUÉ TE PARECIÓ ESTE ARTÍCULO? DEJA TU COMENTARIO AQUÍ.
TAMBIÉN VE:
ADEMÁS:
