El buen tiempo y las altas temperaturas invitan a pasar un buen rato en playas y piscinas e inclusive para los más deportistas, invita a salir a correr. Debemos recordar que aunque el sol y el calor pueden ser muy agradables, debemos tomar precauciones para que no nos produzcan lesiones.
- Utiliza una protección solar adecuada. Los especialistas recomiendan no bajar de un SPF 15, salvo en las personas con un tono de piel oscura o muy bronceadas que pueden bajar a un SPF 8. Nunca tomes el sol sin protección más de 5 a 10 minutos. Asegúrate que la crema protectora sea resistente e impermeable al agua y que tenga espectro total: que proteja de los rayos UVA y UVB.
- Aplica la protección solar antes de salir de casa. No esperes a llegar al lugar donde practicarás deportes. Aplícate la protección de forma generosa sobre la piel seca 30 min. antes de la exposición al sol.
- La cara merece mayor esmero que el resto. No está de más que tu crema protectora sea también hidratante y antiarrugas. Debes proteger también los labios con cremas hidratantes específicas para la zona y los ojos, como los sticks o lápices de crema.
- La exposición al sol debe ser progresiva.
- Evita las horas centrales del día.
- Aunque esté nublado, no te olvides la crema protectora, porque los rayos atraviesan las nubes.
- Debemos prevenir la deshidratación.
- Utiliza gafas de sol. Los lentes de sol deben tener protección 100% frente a los rayos ultravioletas y frente al azul del visible.
- Protege la cabeza de los rayos solares para evitar la insolación. Es recomendable la utilización de sombreros, gorras, etc.
- La alimentación es muy importante, algunos alimentos vegetales son ricos en sustancias protectoras como los betacarotenos de los alimentos anaranjados, la luteína de la yema de huevo o la vitamina E de los aceites. Un mes antes de tomar el sol lleva una dieta rica en frutas y verduras coloreadas o toma un suplemento específico para preparar la piel.
- Consulta con tu médico si: - Estás tomando un medicamento "fotosensibilizante". - Tras un día en la playa, en la piscina o en el campo, notas que tu piel está enrojecida y te duele de manera importante, o tienes sensación acusada de cansancio, mareos, naúseas, vómitos o fiebre (posible "insolación").
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