Practico deporte, pero no soy atleta. No tengo idea del significado que tiene ganar una medalla en una competencia - como mi hija lo ha logrado - pero, creo, debe ser una emoción indescriptible. Si a esto le sumo, el valor que tiene para un competidor una medalla olímpica, de oro, plata o bronce, entonces me quedo sin palabras.
Una medalla olímpica es la culminación de cuatro o más años de preparación, donde un atleta participa en diversos torneos y mundiales de su disciplina para lograr un boleto a la justa deportiva más grande en la historia, los Juegos Olímpicos.
Hoy vi en Londres algo muy diferente por parte de una competidora de los Estados Unidos, McKayla Maroney, quien ganara la medalla de plata en gimnasia en salto, pero quien en su rostro reflejó enojo, molestia, todo lo opuesto al gusto por recibir una presea olímpica.
La gimnasta estadounidense, campeona mundial de salto en 2011, era la gran favorita para repetir la hazaña en Londres, pero la historia no fue así y la bajaron del oro olímpico. Se esperaba que Maroney volviera a casa con la presea dorada después de que encabezara la clasificación con unos saltos casi perfectos, pero una falla la llevó a adjudicarse la plata olímpica.
Ésto parece que molestó de sobremanera a la campeona mundial, o al menos, eso se pudo observar en la transmisión televisiva. Mucho enojo, no sé si con ella o con la rumana Sandra Izbasa quien le arrebató la gloria, o con su entrenador o con quién sabe.
Lo cierto es que Maroney no estuvo en su mejor forma este domingo.
Una penalización por salirse de los límites marcó su caída. Nadie tiene la culpa, ni siquiera ella, lo cierto es que Maroney no pudo contra los saltos casi perfectos de Izbasa.
No soy, para nada, alguien calificado para hablar de su actuación, sólo considero que el enojo demostrado frente a sus compañeras competidoras, a los presentes en el gimnasio y a los millones de televidentes que vivimos la emoción olímpica, dejó mucho que desear si nos referimos al espíritu olímpico que debe prevalecer en la justa veraniega y que reza:
"No es importante ganar, sino competir"
No siempre se puede ganar el oro, como ella lo viviera el pasado 31 de julio acompañada de sus compañeras de la delegación estadounidense, pero lograr una medalla olímpica de plata o bronce, debe saber a gloria, una gloria que muchos países, como México, quisiera saborear en disciplinas como la gimnasia.
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