Sí chicas, eso que han experimentado y visto es cierto.
Conoces a un chic@, salen y llega el primer beso. En ese momento lo sabes. Sabes si quieres ir más allá en tu intimidad con esa persona, o si por el contrario, te acordaste que justo en ese instante tenías algo que hacer.
Porque hay una parte de ti que lo intuye: besamos como movemos la pelvis.
El tono muscular de las articulaciones de la pelvis está profundamente ligado con el tono muscular de los labios, y a si la mandíbula está o no apretada. Toda tú eres un sistema interconectado, y lo que haces con el dedo chiquito del pie afecta hasta cómo está tu pelo.
Si tú aprietas mucho la boca, la mandíbula, los labios y la lengua, es muy probable que también aprietes el ano y la vagina. Y no en el buen sentido, sino con la propensión a tener vaginitis o sentirte demasiado cerrada. Si tu chico aprieta demasiado la boca, esa misma tensión en el piso pélvico va a hacer que sus caderas no se puedan mover tanto en la vida y en la cama.
El mantener estas dos zonas, como todo nuestro cuerpo, fuerte pero flexible, nos asegura mayor disfrute para nosotras y para nuestro compañer@.
El soltar la boca, la mandíbula y los labios te ayuda a soltar la pelvis y viceversa. Somos un sistema interrelacionado y cada una de nuestras partes nos cuenta cómo estamos en todo el ser. Y claro, que mejorando entonces una parte de ti, mejoras toda tú.
Puedes mejorar tu performance en un área de tu cuerpo moviendo, flexibilizando y mejorando otra. Y lo más importante: para tener un profundo encuentro íntimo con alguien tienes que poder estar entero.
En el abrazo genital trascendental estás toda tú, no solo tu pelvis. El entender que tú eres un ser holístico en el cual tu cuerpo es la expresión de tu parte más profunda, es lo que te permite crear, brillar dar y recibir de manera generosa, presente y total.
Pero también tu cuerpo es en sí mismo un sistema, que cuando funciona como tal te da mayor salud, bienestar y por supuesto placer. Porque tu fuente de placer eres toda tú, no solo los genitales o la boca. El disfrutar con todo tu cuerpo es tu derecho y tu regalo al otro.
Una de las claves para ello es poder sentirte entera en tu propio cuerpo. Sentir, percibir y usar tus conexiones internas de la manera más eficiente, confiando en tu organismo. Sabiendo que tu organismo te sostiene puedes entregarte a otr@ con todo tu ser.
El primer paso es empezar a distinguir esas conexiones que viven en ti. Por eso en este video te muestro cómo ser consciente de la conexión entre la mandíbula y la pelvis, y cómo relajar ambas. Así vas a poder besar mejor, moverte mejor en tus encuentros sexuales, y lo más importante, disfrutarte mucho más a ti misma y al otr@.
En Twitter: @LeaFelden.
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