La verdad nos hará libres. ¡Siempre!

Cuando reviso momentos de mi vida en los que perdí mi centro, me doy cuenta que el comienzo de todo había sido cuando deliberadamente no dije una verdad, tal y como es.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

decirverdad

Cuando reviso momentos de mi vida en los que perdí mi centro, me doy cuenta que el comienzo de todo había sido cuando deliberadamente no dije una verdad, tal y como es.

No estoy hablando de decir mentiras. Me refiero a inventar historias fantásticas para ocultar alguna verdad que puede ser inconveniente. De decir las verdades a media porque pueden molestar a otros y poner en amenaza el respeto o al cariño que recibimos. O, simplemente, no decir las cosas como son porque no nos conviene.

Esto que aparentemente hacía para protegerme de un mal mayor, lo que lograba era lo opuesto. Me mantenía en una tensión constante con las personas implicadas, mezclando culpa, miedo y amenaza, y terminaba quebrando relaciones que aportaban a mi vida.

Es decir, tratando de evitar el sufrimiento, mío y de otros, terminábamos todos implicados en él.

Por eso aprendí que la verdad siempre libera. La verdad sana, ayuda a dar vuelta las paginas y, sobre todo, a aliviar la conciencia. Nos da paz.

También implica dolor, porque no siempre estamos listos para decir o escuchar las cosas como son. Así como las hierbas para sanar el hígado, el trago es amargo pero el resultado es sanador.

Animémonos a decir las cosas como las vivimos, como las sentimos y como creemos que son. Y permitamos que los demás también lo hagan. Cuando escuchamos las historias de los otros con respeto, y damos a conocer las nuestras, nos es más fácil ver el porqué de lo que está ocurriendo y nos da libertad para, con más conciencia, decidir que queremos hacer con una situación.

Porque si no te digo todo lo que realmente me está pasando, ni me dices todo lo que realmente te está pasando, es imposible crear un puente para conectarnos. Cada uno es su islita preso de una mentira.

Por eso, como podamos, de la manera más amorosa posible, cuando lo sintamos y de la forma más clara, digamos nuestra verdad, contemos lo que está pasando en nuestra mente....y en nuestra vida, tal como es.

Y si queremos seguir temiendo, mejor temámosle a la mentira, porque la verdad nunca será una amenaza.

TAMBIÉN VE:

ADEMÁS:

¡Adiós a la mujer perfecta y bienvenida la mujer libre!

Popular in the Community

Close

What's Hot