MéxicoPolítico: Por qué debe perder Peña Nieto

Nunca como antes, un movimiento social había tomado las calles para cuestionar no a un gobernante en funciones, sino a un candidato que a todas luces ha sido impuesto por la élite política y sus intereses económicos, a través de la eficaces herramientas que proveen los medios de comunicación, en particular la televisión.
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enrique pena protesta

"No hay mal que dure 70+12 años", enunciaba una pancarta en una de las tantas manifestaciones que en los últimos días han ocurrido en diversas plazas del país en contra de la imposición de Peña Nieto por parte de la televisoras. Nunca como antes, un movimiento social había tomado las calles para cuestionar no a un gobernante en funciones, sino a un candidato que a todas luces ha sido impuesto por la élite política y sus intereses económicos, a través de la eficaces herramientas que proveen los medios de comunicación, en particular la televisión.

No obstante, el termómetro de las calles indica que existe un hartazgo inconmensurable entre la población mexicana por la imposición de Enrique Peña Nieto en la silla presidencial, aunado al torpe y violento gobierno de los últimos doce años, y por ello, diversos sectores de la sociedad han reclamado que la sucesión presidencial está siendo manipulada no sólo en los medios de comunicación, sino además, en el silencio cómplice de la autoridad electoral que es ciega y sorda a los despilfarros de recursos económicos de la campaña de Peña Nieto, pero también en la falta de seguridad en la entrega de paquetes electorales en los diversos distritos del país.

Adicionalmente, la casas encuestadoras -la mayoría contratadas por partidos políticos y medios de comunicación- siguen siendo instrumentos propagandísticos y no informativos, pues es evidente que ofrecen sus resultados al juego de la opinión pública que "curiosamente" siempre beneficia al candidato priista.

Pero, ¿cuál sería la razón o intencionalidad de esta estrategia diseñada desde la época en que Peña Nieto despachaba como gobernador del Edomex? La respuesta es simple, regresar a México a un estado de autoritarismo, corrupción, impunidad e inseguridad.

En ese sentido, el problema no es precisamente Peña Nieto como tal, sino todo lo que él representa, es decir, reinstalar al PRI en el gobierno, es incrementar la pobreza de los ciudadanos y sólo privilegiar a un grupo reducido de individuos que amasan fortunas con el trabajo de muchos. La leyes no serán respetadas por quienes desfalcan las estructuras económicas y acostumbran cada sexenio dejar al país sumido en la miseria.

Con el PRI, el sistema educativo no tendrá la oportunidad de incrementar su calidad, al contrario, seguirá imperando el dominio de la corrupta líder sindical que tiene a la mayoría de los profesores en un estado de letargo formativo que no les permite actualizar sus conocimientos y por consecuencia se convierten en analfabetas funcionales. El conocimiento que transmiten a sus alumnos, es y será deficiente y seguiremos siendo un país mal educado.

Algo que caracterizó al PRI de siempre, fue su peculiar forma de silenciar a los medios de comunicación. Nada indica que esto no se repita, la prueba es contundente, el día siguiente al trágico viernes negro en la universidad Iberoamericana, el equipo de Peña Nieto investigó a una de las jóvenes que participaron en la protesta, más tarde vinieron las amenazas, los hostigamientos y demás estrategias del miedo para silenciar a los manifestantes, por ello, si eso puede hacer con un grupo de activistas ¿qué podría hacer con los medios que lo critiquen o ventilen sus corruptelas? Existe evidencia que diversos portales informativos han sido temerariamente hackeados para poner en lugar de información veraz y objetiva, propaganda de Peña Nieto. Uno de los casos de hackeo fue la progresista Revista Emet, que expuso a la opinión pública a la autora material de la grabación de los seis millones de dólares en contra de López Obrador y la complicidad con el priista Carlos Casillas.

Peña Nieto, representa el engaño, el cinismo, la desvergüenza, la desfachatez. Su idea de gobierno tiene por objetivo simplemente servirse del poder, pero en su proyecto no estamos contemplados los mexicanos. Quienes lo siguen o simpatizan con él, lo hacen únicamente por tres razones, porque quieren un "hueso" para vivir "del" presupuesto, por miedo a perder lo que no tienen, es decir por cobardes, o simplemente por estupidez.

Nadie con un mínimo de inteligencia y sentido común podría defender las tropelías de PRI corrupto que desfalca la economía de un estado como Coahuila y su ex gobernador corrupto Humberto Moreira; nadie puede avalar la pederastia del ex gobernador Mario Marín y su vínculo con traficantes de infantes; difícilmente alguien podría aceptar los vínculos del ex gobernador Yarrington y su relación con el lavado de dinero de los narcotraficantes; tampoco nadie podría defender la muerte de 49 niños en Sonora bajo el mandato del ex gobernador Bours; nadie pondría las manos al fuego para defender al ex gobernador de Veracruz Fidel Herrera quien más de una ocasión ha sido señalado como cercano al crimen organizado; tampoco nadie salvaría al asesino Ulises Ruiz ex gobernador de Oaxaca; y por supuesto quién podría ignorar la insultante cifra de feminicidios en el Estado de México con el ex gobernador Peña Nieto al frente del gobierno.

¿Ese es el PRI que -según las encuestas- queremos reinstalar los mexicanos? Lo dudo mucho, pero es posible entender que la estrategia de la televisión es precisamente hacer creer que Peña Nieto va ganando y que el resultado será irreversible. Las personas que aparecen en los spots de Peña recitando que votarán en su favor, son personas que recibieron un pago a cambio; nadie de los que aparecen en pantalla grabaron el anuncio por convicción, el sueldo para cada uno de ellos fue de 3 mil a 7 mil pesos.

Y precisamente hablando de dinero, el PRI de Peña Nieto pretende ganar la elección "regalando" (pongo entrecomillas la palabra porque no es ningún regalo, pues es dinero público con el que se supone compran los artículos de regalo) enseres como licuadoras, sartenes, vajillas, y materiales de construcción, tinacos, despensas, y ofreciendo de 3 mil quinientos a personas que lleven a diez más a votar en su favor. Ese no es el PRI nuevo, es el mismo de siempre que ve en el poder la forma de enriquecerse acostas de la miseria de la mayoría.

México tiene potencial de crecimiento, contamos con recursos naturales, económicos y lo mejor, tenemos recursos humanos debidamente capacitados que unidos todos podríamos despegar hacia un verdadero estado de bienestar social. Mucho nos ha costado la democracia, es tiempo de que la hagamos valer y no aceptemos por ninguna razón la imposición de un presidente fabricado en el set de televisión que no tienen ni siquiera la capacidad de recordar el título de un libro o conocer al menos el precio de un kilo de tortilla.

Nota al margen: Muchos de los lectores de esta columna radican legal o ilegalmente en los Estados Unidos y por alguna extraña razón son defensores a pie juntillas de los gobiernos priistas y panistas y demuestran un increíble odio hacia Andrés Manuel López Obrador. La democracia nos permite disentir de opiniones o ideologías, pero les preguntaría, ¿más allá de haber sido seducidos por el sueño americano, en sus tierras alguna vez sintieron el verdadero apoyo del PRI o del PAN para evitar su migración?

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