La Inclusión Financiera: Clave para el progreso de la población latina en Estados Unidos

El llamado es simple. No importan tu profesión, tu edad, tu trasfondo cultural o social, el idioma que hablas, o las dificultades que se presenten a la hora de emprender y afianzarte financieramente en este país; lo que hace la diferencia es que reconozcas el gran potencial de crecimiento que tienes y darte la oportunidad de aprender a ser el mejor administrador de tus recursos, talentos y dinero.
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Escrito conjuntamente con Andrés Chong-Qui Torres

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Una educación financiera de calidad es sin duda un ingrediente elemental en la carrera de cualquier emprendedor exitoso, pero es aún más importante a nivel macroeconómico cuando los hechos nos enseñan que aquellos que poseen fundamentos sólidos sobre cómo manejar su dinero demuestran tener mayores posibilidades de vivir económicamente estables o prósperos. ¿Pero de qué sirve que existan la información y el conocimiento para el buen manejo de nuestras finanzas si el ciudadano común no tiene acceso a dichas oportunidades de servicios básicos en el siglo XXI, como lo son la banca móvil, créditos para el consumo y facilidades para invertir o emprender?

Pues bien, pensamos que la clave para el desarrollo, capacidad y sustentabilidad del crecimiento económico en las comunidades hispanas en los Estados Unidos está en la inclusión financiera. "Inclusión financiera" es una tema muy popular en estos tiempos, dado que el mundo entero está más consciente que nunca, a raíz de las experiencias vividas durante las crisis económicas globales, que el enfoque del desarrollo deben ser las personas y que es menester servir a más de ellas. Aunque muchos caractericen la inclusión financiera simplemente como acceso a servicios bancarios, creemos que es una combinación de políticas públicas que le permitan a las personas de bajos recursos, que recién se están asimilando a la sociedad estadounidense, poder cultivar programas y hábitos educacionales de ahorro, pagos a tiempo, protección contra el fraude, préstamos para emprendedores e inversión.

La Administración del Presidente Barack Obama ha logrado avanzar mucho con diferentes programas federales que ahora se dedican de lleno a servir al consumidor, sin embargo, es obvio que la naturaleza marginal de muchos de los inmigrantes y residentes latinos en este país denota la necesidad de seguir trabajando en el tema porque hace falta mucho por lograr. Es posible que las diferencias culturales, la barrera del idioma, estilos diferentes de manejar el dinero, o desconfianza de las entidades del sistema sean algunas de las razones por las cuales la comunidad hispana y las minorías en general estén un poco rezagadas en la comprensión de esta materia. Pero también es cierto que las posibilidades y el potencial financiero de los latinos es inigualable, y que con programas estratégicamente establecidos en las comunidades de alto riesgo de pobreza, podemos cambiar tendencias dañinas y educar a la población desde temprana edad a dar valor a las cosas y no desperdiciar su dinero.

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Para que tengan una idea de nuestro potencial económico, el poder adquisitivo de los hispanos en Estados Unidos según un reporte de Nielsen es de 1.2 trillones de dólares; lo que significa que nuestra mera presencia en el ámbito comercial del país, representa un crecimiento económico sumamente considerable. Imagínense cuánto más se podría mejorar el estilo y calidad de vida de nuestras familias si pudiéramos optimizar el rendimiento de cada recurso y de cada centavo con un amplio conocimiento del sistema bancario y con oportunidades para aplicar lo aprendido.

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Podemos comenzar, todos juntos, a educarnos de una manera eficiente y entretenida. Por ejemplo, ciertas iniciativas del gobierno federal como la página de Internet de la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB) nos permite equiparnos con el conocimiento necesario para afrontar asuntos relacionados con tarjetas de crédito, hipotecas, préstamos estudiantiles, transferencias de dinero, informes y puntaje de crédito, cuentas, préstamos para vehículo o préstamos de consumo y servicios bancarios. Es verdad que existen muchos obstáculos, requisitos, permisos y un sinnúmero de quehaceres burocráticos que quizás nosotros los latinos no sabemos cómo maniobrar a la hora de intentar abrir un negocio o pedir un préstamo al banco. Sin embargo, es preciso notar que la falta de conocimiento no es excusa, al final del día las cuentas no esperan por nadie y los gastos hay que pagarlos de una forma u otra.

Entonces, qué mejor forma de dar la cara a estas dificultades que hacerlo unidos, usando todos los recursos a nuestro alcance. De esta manera, si en el camino encontrásemos aspectos del sistema que no tienen sentido, tendríamos la capacidad de defender argumentos convincentes ante nuestros líderes para exigir cambios razonables que de verdad ayuden a nuestras comunidades a prosperar económica y culturalmente. El llamado es simple. No importan tu profesión, tu edad, tu trasfondo cultural o social, el idioma que hablas, o las dificultades que se presenten a la hora de emprender y afianzarte financieramente en este país; lo que hace la diferencia es que reconozcas el gran potencial de crecimiento que tienes y darte la oportunidad de aprender a ser el mejor administrador de tus recursos, talentos y dinero.

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