Manifiesto de una mujer de casi 40

Hace unos días una persona conocida, al parecer preocupada por mi bienestar social, compartió conmigo una opinión: "Debes expresarte con mayor tacto en público, ser más parca y diplomática", me dijo. "¿Tacto? ¿Yo? ¿Me está diciendo grosera?".
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Hace unos días una persona conocida, al parecer preocupada por mi bienestar social, compartió conmigo una opinión: "Debes expresarte con mayor tacto en público, ser más parca y diplomática", me dijo. "¿Tacto? ¿Yo? ¿Me está diciendo grosera? ¡Cómo es posible, si yo he leído mil veces el manual de etiqueta de Emily Post!", pensé. "¡Qué fuerte que me diga esto, si yo soy una chica de corazón blandito! Pero yo no voy a cambiar, ya estoy demasiado vieja", declaré.

Aun así, esta acusación disfrazada de consejo me ha dado mucho que pensar sobre la mujer que soy a mi edad, sobre lo que represento para mí misma, para mi familia y para la comunidad en la que vivo. Entiendo que ya tuve mi momento de liberación existencial con el nacimiento de mis hijos y ese día mi voz adquirió otro matiz, otro propósito. Desde ese día el principio básico de mi vida ha sido la honestidad. No que no lo fuera antes, pero sí se afianzó en este momento el sentimiento de vivir sin tener nada que esconder.

Quiero pensar que por el bien de mis hijos debo ser totalmente honesta conmigo misma y con los demás. No puedo ser una buena madre, con integridad, si vivo hipócritamente, alejada de quien verdaderamente soy. Tampoco quiero ser falsa con los demás. Por eso muchas veces se me hace imposible callar lo que pienso sobre el mundo, la vida, la sociedad, la gente y las culturas con la que existo. Al pan, pan y al vino, vino.

Ahora bien, si tomo este momento de liberación como la línea que divide mi antes y mi después; si considero que estoy en mis casi 40 años, lo que espero represente la mitad de mi vida ¿cómo es que debo vivir y expresarme en los años que me queden? ¿Cómo debo ser para mi futuro, no para complacer a los que pretenden censurarme? ¿Cómo debe ser una mujer de mi edad con una trayectoria como la mía? Para tratar de responderme a todas esas preguntas comencé a redactar lo siguiente.

Manifiesto de una mujer de casi 40, en 12 puntos que no son los únicos...

1. Todas las noches, cuando deposita su cabeza de cabellos pintados sobre la almohada, una mujer de casi 40 años debe haberse lavado bien la cara para que las bacterias no se apoderen de las envejecientes células de su cutis. Pero más importante aún, debe tener la conciencia bien limpia. Debe poder sentir la paz de haber sido justa, la alegría de haber sido buena y compasiva, la satisfacción de haber sido luchadora y trabajadora, la tranquilidad de haber sido recta, considerada y decente.

2. Cuando la mañana siguiente se levanta, una mujer de casi 40 años debe ir directo a orinar, quitarse la ropa --si es que duerme con ropa de algún tipo-- y subirse en la balanza. De acuerdo a los números que arroje la maquinita, tiene dos opciones: puede decir OK o pensar en qué va a hacer ese día para mejorar su alimentación, su condición física y su salud. Todavía le quedan algunos años por vivir y debe vivirlos bien.

3. Una vez terminado el pesaje de esta púgil de casi 40 años, debe mirarse desnuda en un espejo grande, de esos que van del piso al techo. Debe ver toda su celulitis, incluyendo la de la panza y la de los brazos. También tiene que fijarse en las estrías que le han salido en las caderas y el vientre, palpar la textura de la piel de sus muslos; debe analizar cómo sus senos han caído y sus pies tienen callos ásperos que no tenían hace 10 años. Sus piernas y manos empiezan a mostrar a relieve ciertos capilares azules y rojos. Y cuando se acerque al espejo podrá estudiar en su rostro las arruguitas debajo de los ojos, alrededor de la boca y en la frente. También ha analizar los pelos que le han crecido en las piernas, brazos, línea del bikini, axilas y bigote. Debe entonces retroceder unos pasos y exclamar: "éste es mi cuerpo, lo amo tal y como está". Tiene también la opción de declarar "éste es mi cuerpo y hoy voy a trabajar en él para que no siga estando como está".

4. Para no abundar en el tema gastado de la aceptación corporal, una mujer de casi 40 años debe saber apreciar que, precisamente, toda esa celulitis quizás se la deba a la buena vida que ha vivido, a los gustazos que se ha dado comiendo y bebiendo lo que le ha dado la gana. Debe saber apreciar que si tiene la barriga plagada de estrías, la piel de la panza un poco fina y los pechos flojos es porque quizás es madre. Todas estas decadencias son el pequeño precio que ha pagado por la maravilla de darle vida a sus hijos. Si sus pies tienen callos, es por todas las millas que ha recorrido por el mundo viendo, oliendo, tocando, gustando, oyendo, sabiendo, gozando, a veces montada en unos súpertacones, otras veces descalza. Debe reconocer que las arrugas que tiene en la cara marcan cada sonrisa que ha cautivado su boca, cada enojo que ha sentido, cada epifania, cada momento de placer y cada lágrima.

5. Una vez bañada, vestida y perfumada, una mujer de casi 40 años debe tener la convicción de que tiene que vivir su día con el mayor interés, la energía y el ímpetu posible, como si fuera su último día sobre la faz de la tierra. Y si a estas alturas del juego no tiene definida su personalidad --haya escogido ser la "delicada flor" o la "fiera indomable"; la "chica correcta" o la "mujer de vida alegre"; la "fashionista" o la "naturalista", entonces tiene un serio problema y debe sentarse cuanto antes a completar un ejercicio en introspección.

6. Una mujer de casi 40 años ha tenido el tiempo, las oportunidades y las vivencias suficientes para haber reflexionado, sentido, considerado, comparado, experimentado, consolidado y así saber exactamente lo que le gusta y lo que no le gusta. Esto es lo que se llama independencia emocional. También tiene una buena idea de lo que está dispuesta a probar o intentar en el futuro. Por lo mismo, ha vivido lo suficiente para saber lo que es capaz de negociar, aceptar, tolerar, respetar y lo que no tiene lugar a negociación o queda descartado. Esto aplica tanto a su selección de postres, como de pareja.

7. Una mujer de casi 40 años tiene un vocabulario completo. Por lo mismo, tiene la capacidad de decir con su idioma materno o cualquier otro que haya aprendido, exactamente lo que piensa. Y debe siempre decirlo. No debe tener miedo o inhibirse de usar lenguaje considerado soez, si así lo considera necesario y útil. Lo de soez, vulgar, chabacano, cafre o como lo quieran llamar es totalmente relativo. Cuando una ocasión amerita legítimamente decir una "mala palabra" una mujer de casi 40 años debe tener la gracia, la elegancia, la seguridad de que usa su idioma a conveniencia y a placer para ser totalmente precisa en su comunicación.

8. Debe siempre decir lo que piensa y siente, sin complejos ni temores algunos, sin preocuparse por el "qué dirán", el chisme, el morbo, las apariencias sociales, el estatus, porque a una mujer de casi 40 años en realidad le conviene que las demás personas sepan cuál es su propósito y meta en la vida. Si es madre, le conviene que sus hijos sepan que es humana, con virtudes y muchos defectos, para que estos no la pongan en un pedestal y esperen de ella lo que no puede dar. Le conviene que su pareja sepa bien por donde puede partir la soga y cuales son los eslabones más resistentes que la hacen una excelente compañera.

9. Una mujer de casi 40 años debe ser, ante todo, fiel a su verdad. A su edad, esta verdad cuenta con muchos años de haberse formado. Esta verdad, a su vez, debe ser regirse por sus principios, ser leal a todos esos momentos de pruebas y análisis, a sus estudios, a su educación, a sus cavilaciones, a sus experiencias y a las conclusiones derivadas de todas ellas. Ese cúmulo de verdades es lo que se llama sabiduría. Y una mujer de casi 40 años ha tenido el tiempo y las oportunidades para adquirir bastante. También ha tenido el tiempo de coger lo que se llama coloquialmente como "calle" o malicia. Una mujer de casi 40 años no tiene excusas para ser ingenua o para que la cojan de idiota. Una mujer de casi 40 años sabe que se aprende algo nuevo todos los días.

10. De la misma forma en que una mujer de casi 40 años debe ser fiel a su verdad, debe poder entender y respetar las verdades de otros. Eso se llama honrar la diversidad, tiene una mente abierta, receptiva que la hace útil como ciudadana del mundo. También debe poder reconocer los momentos en que su verdad le falla en el camino práctico de la vida y se equivoca. Y debe ser capaz de pedir perdón. Una mujer de casi 40 años debe saber ser humilde --ojo, que no digo sumisa-- sino humilde.

11. Una mujer de casi 40 años debe también haber aprendido a escoger sus batallas. El tiempo es oro a esta edad en la que la agenda está tan cargada. El espacio mental también es preciado porque escasea. La paz hay que defenderla porque está visto que en el mundo en que nos ha tocado vivir, está en peligro de extinción. A los casi 40 años una mujer debe saber que el fin no es siempre ganar y que no siempre se puede ganar porque el cosmos se acomoda de lado que más pesa, sea por la razón que sea. Hay que saber escoger en qué uno invierte tiempo, espacio mental y energías. Escoger las batallas significa estar dispuesta a intentarlo, tener un buen argumento, está preparada y con repuestos. Y con la derrota, pues, se maneja. Una mujer de casi 40 años se cae, pero sabe que puede levantarse.

12. A estas alturas, y por asociación al punto anterior, una mujer de casi 40 debe ser hábil en la virtud de reírse de sí misma. Y reírse mucho, todos los días, casi todas las horas es lo más recomendable. La vida es muy corta para tomársela demasiado en serio. Y la mujer que no se disfruta a sí misma, sus metidas de patas, sus ocurrencias, las cosas fortuitas que le suceden en la misma o no ve las ironías, los sarcasmos y los absurdos de su existencia, está echando por la tubería mucho de ese sazón que hace la vida más interesante o hasta fácil de tragar.

Así que a reírse, compañeras --y compañeros también-- que la vida es un minuto.

Mientras tanto, sigo escribiendo, que esto aquí no termina.

Joselly Castrodad está en Facebook en: www.facebook.com/mujeratiempocompleto

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