"Y tú, ¿eres la esposa o la novia?"

"Y tú ¿eres la esposa o la novia?", me preguntó el "caballero", ganándose automáticamente la medalla de oro de la mala educación.
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"Y ¿eres la esposa o la novia?", me preguntó el "caballero", ganándose automáticamente la medalla de oro de la mala educación. Apenas habíamos entrado mi marido y yo por la puerta del restaurante, muy contentos de estar disfrutando una noche de salida en pareja --muy maquilladita yo y montada en mis taconazos-- cuando fui abordada por semejante "genio de la investigación popular". ¡Qué soberano idiota!

"¿Yo? Soy la paletera que vende los chicles, los cigarrillos y los profilácticos en la esquina de la calle. Los vendo bien baratos y al por mayor", me dieron ganas de responderle con mi lengua viperina tan pronto sentí que me empezaba a hervir la sangre. "También vendo boletos de la lotería", siguió elaborando rápidamente mi cerebro de diablilla sobre cómo mejor responder a esa pregunta tan inapropiada. "En realidad soy la chaperona, porque a mi marido, su esposa no lo deja salir solo", pensé buscando la comedia en la escena. ¡Qué soberano idiota, este individuo!

Porque, hablando en serio amigas y amigos, ¿qué clase de pregunta es esa, para hacerle a una dama, así de entrada, de sopetón? ¿Acaso no es mejor decir un "hola, qué gusto el conocerte"? ¿No será más sabio para un hombre quedarse calladito o conversar y llegar a sus propias conclusiones sobre quién es la acompañante de un caballero de la edad de mi esposo? Eso lo digo suponiendo que el soberano idiota no se había enterado de que mi esposo y yo llevamos ¡casi 20 años juntos! Yo pienso que a veces la simpatía mal llevada resulta totalmente un riesgo para la personalidad.

Pero yo sé lo que en realidad estaba pasando por la cabeza del señor del "confesionario" nocturno. Se trataba, al fin y al cabo, de una reunión de amigos de la adolescencia, de esos que no se ven frecuentemente. Yo sé perfectamente lo que le daba el contexto sociocultural a esta pregunta indiscreta de un hombre de cierto perfil: un varón de mediada edad, que anda solo sin acompañante femenino en un restaurante, en medio de una fiesta.

A estas alturas del juego, yo creo que todos hemos estado en una de esas reuniones de los personajes de historias pasadas y conocemos bien de qué se tratan en realidad. Los antiguos compañeros nos convocan, dizque para recordar los buenos tiempos, gozar de la nostalgia, de cuando la juventud nos privilegiaba con una vida despreocupada. Pero todos sabemos que el fin verdadero de volverse a ver las caras 25 años después incluye también otro grado de perversión maquiavélica. En este caso, eran puros hombres comparando secretamente estados de calvicie, población de canas, surcos de arrugas en la frente, panzas cerveceras y flacidez de bíceps. Porque sí, los hombres aunque lo nieguen también padecen de ese tipo de morbo.

Y es precisamente considerando el morbo en esta ecuación social lo que me lleva al próximo nivel de análisis. En un contexto machista, las mujeres somos como terneritas, de esas que no hay que comprar si ya dan la leche gratuitamente. En un contexto falocrático, se da por sentado que un hombre de la edad de mi esposo es divorciado o, si es casado, tiene una amante. Eso es lo obvio, el promedio, la norma.

También se da por sentado que el hombre que tiene una "querida" no la va a estar escondiendo. Todo lo contrario, la va a llevar para lucirla como trofeo a una reunión de viejos "amigos" mientras su mujer está en casa enrolada viendo la telenovela o en otro restaurante pasando el rato con "sus muchachas". Al menos esa parece ser la moda, lo chulo, el gol ganador para la cultura de la soberanía del macho. Por eso termino siendo yo "la novia" en la percepción del "amigote del pasado", aún teniendo casi toda una vida de matrimonio al lado de mi querido esposo.

"En realidad soy la novia perpetua de mi esposo", fue lo que finalmente atiné a responderle al chismoso. "Para que lo sepas, ya que tanto te interesa", y por ahí mismo seguí con la frente en alto.

Joselly Castrodad está en Facebook en: www.facebook.com/mujeratiempocompleto

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