Los acontecimientos de estos últimos meses, sobre cómo juzgar e interpretar las políticas de Dios a través del internet, pueden tener consecuencias impredecibles en un mundo convulsionado, pues la ubicuidad del creador per se, acentuada ahora a través de la web, y vista desde varios puntos de vista, llama a enfrentamientos religiosos muy graves entre las distintas creencias.
El internet está compuesto de redes descentralizadas de comunicación interconectadas; y la religión, son redes de creencias y practicas comunicacionales asociadas al destino del hombre después de su muerte. Las dos ejercen un poder por separado sobre el ser humano, imaginemos actuando juntas. Ha habido intentos inconscientes de hacerlo, que pueden ser el tizón con los vientos de internet que aviven el fuego de la destrucción.
Hace solo 50 años, el cristianismo genero un gran impacto al modificar el oficio de la misa. Nunca más, el sacerdote de espaldas a los fieles, y nunca más, la misa en latín, letra muerta, hay que decirla que sea comprensible en el idioma de cada pueblo. Esto, se debió a la visión del papa Juan XXIII, de abrir las ventanas de la iglesia.
Es cada vez más frecuente tener presente en la red la degradación del culto religioso, ejemplos sobran. El caso de Rusia del grupo de música punk Pussy Riot, una protesta musical agresiva, donde mezclaron de forma muy inteligente y persuasiva, política y religión, en la letra, imploran a Dios que los proteja de Putin, sobre un escenario sagrado y conocido, la iglesia ortodoxa de Cristo Salvador en Moscú, para poner el contexto; chicas enmascaradas con vestuario extravagante, un performance de provocación política, usando los tentáculos de la red. El mensaje feminista, buscando el destape ruso, de forma espontanea, desde el nombre pornográfico Pussy, el centro del problema y como se revela.
Lo interesante es como en segundos lo ven millones de personas, mensajes de esta naturaleza, ponen al descubierto de manera instantánea alrededor del planeta de que se trata, algo inverosímil hace varias décadas, pues despierta la conciencia por medio de colocar el mensaje sobre una plataforma religiosa usando como arma la red de internet.
Pongamos sobre el tapete, otro caso, la pederastia clerical como por medio de la web se conoce del abuso sexual infantil de miles de casos cometidos por sacerdotes, la web funciona como el juzgado y el cibernauta puede darse una opinión más o menos veraz. ¿Cómo queda la feligresía? Llena de estupor y vergüenza, no son lo sacerdotes quienes administran 3 de los 7 sacramentos a los niños, bautismo, penitencia, eucaristía, en la búsqueda de su santidad. ¿Cómo es posible el uso de la inocencia para tal fin?. Culpa de quien lo comete y vergüenza de quien lo padece.
Y finalmente el más grave pero más reciente, el video colocado en la web que ocasiono el "el viernes de la ira ", un video anti islámico, "la inocencia de los musulmanes ", genero hechos de violencia en muchas partes el mundo, al grito de "Ala es el más grande y con nuestra alma, nuestra sangre defenderemos el Islam".
El respeto a las creencias, y a los modos de la gente, atenta contra la cacareada libertad de expresión, ¿Qué es más importante, despertar un yihad comunicacional entre Occidente y Oriente, o hacer una censura previa? Se trata de la tolerancia, así como las Naciones Unidas, tiene un consejo de seguridad para mantener el orden, podría tener también un consejo supremo de inspección sobre internet, pero ¿con qué sabiduría y rapidez debería actuar?
Las redes sociales, son un arma muy poderosa para generar un conflicto, credibilidad máxima, lo ves y en el momento de suceder. Este tipo de conexión puede generar una guerra santa informática, que podría transformarse en violencia, una bola de nieve imposible de detener.
La yihad, guerra enviada por Dios para llevarnos a la salvación, según algunos podrían de manera subliminal usar el internet para lograr una confrontación que roce con lo ideo lógico , colectivizar odios, virus encubiertos hacia dañar lo originario de cada quien.
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