El lado oscuro del Mundial de Brasil

Del 12 de junio al 13 de julio el mundo se paraliza, millones de espectadores y televidentes, ponen su mirada en el deporte rey. Brasil acaparará la audiencia mundial en 12 estadios, jugarán 32 equipos, y solo un ganador se llevará la Copa de las dos figuras que sostienen la Tierra, Mundial FIFA 2014 .

Ésta es la cara buena de la moneda. La otra cara, la oculta, es que el espectáculo costará aproximadamente 60.000 millones de dólares, un impacto socioeconómico de grandes proporciones.

¿Qué quedará de todo esto?

Del pan y circo, práctica del gobierno para ocultar los verdaderos hechos, la pobreza crítica que cunde en el Brasil. Nunca queda nada, solo una emoción sin límites en la tierra del fútbol. Lo que se observa, es la parte social minimizada.Hasta ahora solo se ven paños calientes como entradas económicas para los lugareños, la discusión si se pueda vender alcohol o no en los recintos, autorización de vender artículos relacionados con el mundial, la mascota, el armadillo de tres bandas, y quizás el Brazuca falsificado.

El asunto de fondo es el siguiente: ¿Cómo ayuda este evento a mejorar el nivel de vida de los brasileños, sobre todo salud y educación de millones de brasileños sumido en las más vil pobreza crítica?

Se me ocurre sugerir, por ejemplo, que cada equipo como aporte social done la construcción de una escuela con el nombre del país, o un centro de salud modesto, clínicas de fútbol para los niños, becas, que la ilusión y los sueños se vuelvan realidad.

Ya a pocos días se asoma una ola de protestas, de agitación social, multitudinarias manifestaciones, incluso se habla hasta de una huelga general algo sin precedente en la historia del fútbol. El mundo está cambiando, y convulsiona, esos factores de riesgo había que haberlos tomado en cuenta, y no meter los espectadores, turistas, y estadios en una burbuja de cristal que solo se comunica con hoteles y aeropuertos, y ver por la TV solo el juego en sí mismo.

Se necesita mostrar todo para poner el mundo a reflexionar. La gente esta allí, además ve el derroche, y se preguntan que comerán al día siguiente.

Lo loable no está en haber diseñado el Brazuca, un balón inteligente que se estrenará en este Mundial para saber exactamente si fue o no gol. La exactitud está muy bien, ¿pero dónde está esa argucia volcada sobre la gente? Ése es el verdadero gol. La sonrisa de un niño porque acaba de comer.

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