¿Están los aeropuertos enfermos?

Los virus no tienen fronteras. Hace menos de una década apareció la gripe aviar H1N1 en constante mutación. Fue un aviso, un pánico.
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A passenger passes an Ebola warning sign in London's Gatwick Airport, Tuesday, Oct. 21, 2014. A new study published in the Lancet medical journal has found that more cases of the deadly Ebola virus will inevitably be exported on flights out of Guinea, Liberia and Sierra Leone, but screening at airports in those three West African countries has stopped the export of an estimated three cases per month. The report says the countries most at risk of getting Ebola cases imported on flights are neighboring Ghana and Senegal, followed by Britain and France. (AP Photo/Shawn Pogatchnik)
A passenger passes an Ebola warning sign in London's Gatwick Airport, Tuesday, Oct. 21, 2014. A new study published in the Lancet medical journal has found that more cases of the deadly Ebola virus will inevitably be exported on flights out of Guinea, Liberia and Sierra Leone, but screening at airports in those three West African countries has stopped the export of an estimated three cases per month. The report says the countries most at risk of getting Ebola cases imported on flights are neighboring Ghana and Senegal, followed by Britain and France. (AP Photo/Shawn Pogatchnik)

El campo aquella explanada, donde una vez despegaron en un pequeño aeroplano, pioneros los hermanos Wright para cambiar la historia del hombre y transformarlo en un pichón de pájaro, ¡qué tiempos! despertaba el siglo XX.

Definitivamente aquel momento, tuvo una connotación mágica. Ahora aquellas praderas, son aeropuertos, lugares de compartir por obligación y necesidad, un punto de encuentro donde se llega y se parte con demasiado movimiento, se pasa de caminar a volar, donde las brujas con escoba y todo, quedaron para la fiesta de Halloween, las alfombras voladoras dejaron de existir, y el deseo de ser pájaro desapareció, no en vano las películas de taquilla, aun tienen que ver con todo aquello.

De aeródromos a aeropuertos, actualmente como los hospitales, son laboratorios obligados, placas de Petri donde se producen día a día, reacciones a nivel biológico, los mecheros de Bunsen se encargan de la reacción, experiencias en toneles, virus que viajan por doquier con seres humanos, mercancías, desde todas partes del mundo, los fluidos en general, que se mueven , en los centros de esparcimientos, (restaurantes, tiendas), los sanitarios, las arañas de ductos de los aire acondicionado, transportando benceno, los restos de queroseno de los aviones, motivos muchos, y después para colmo, la gota que derramó el vaso, el impacto causado a nivel mundial por los atentados terroristas suicidas del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos.

El planeta se volvió totalmente inseguro, ahora estos lugares de convergencia son nodos peligrosos, burbujas de miedo, dos líneas de acción, armas y virus, un mismo objeto, la destrucción de la vida humana, colocan el control migratorio como la panacea.

El aeropuerto es un campo de experimentación, conviven con una frecuencia permanente todo tipo de seres humanos, razas, edades, sexo, ya los virus mutaron, se dejaron de eso, no necesitan el contacto sexual como paradigma sino, fluidos: sudor, sangre, semen, orina, lágrimas.

Los virus no tienen fronteras. Hace menos de una década apareció la gripe aviar H1N1 en constante mutación. Fue un aviso, un pánico in crescendo personas mercancías.

De la noche a la mañana pasó de película de ciencia ficción trajes, guantes, gafas, mascarillas, a una realidad tangible, la expansión del virus ¿Qué contingencia puede con todo esto? cuando el síndrome es la fiebre, increíble, todos podemos tener fiebre.

Los temores biológicos, en el 2009 los asiáticos, la raza amarilla todos eran sospechosos con la gripe aviar, en el 2014, el ébola, los negroides, hay un hilo delgado casi imperceptible de racismo, al menos le ponen coordenadas: sudeste asiático, África occidental, no sé qué pasaría si la próxima posible pandemia tuviese su origen en América del sur, tendrían que arreglársela para ponerle América oriental.

Existen potenciales amenazas del azar biológico sumado a la premeditación creativa de los terroristas, habría que preguntarse de que sirven en verdad control y vigilancia, además del acecho permanente, si los aviones en definitiva son mosquitos mas grandes con las larvas adentro, terrible el paradigma pero cierto

Solo en el aeropuerto Hartsfield Jackson de Atlanta, en Estados unidos, circulan 92 millones de personas en apenas un año, un poco más de la población de Alemania.

La respuesta lenta de la Organización Mundial de la Salud, siempre cifras sobre cifras y no sobre acciones inmediatas, lentas y burocráticas donde a decir verdad se necesita una respuesta colectiva mundial.

Nada que venga del albur es fácil de resolver, y sobre todo el acto, los virus mutan, no es el hecho apocalíptico, ni la última profecía sino cuando no se hacen las cosas bien, es decisión de los que muchos tienen por su afán de avaricia, si no bajan recursos ingentes para prevenir semejante catástrofe, el búmeran biológico se devuelve, las consecuencias, el ocio del hambre. Todo parte de la necesidad originaria del hombre por sobrevivir, lo cual termina en obligaciones demoniacas, desde comer murciélagos hasta quitarse el calor con aguas llenas de bacterias.

El aeropuerto es un intercambio de grandes proporciones, basado sobre una sola idea un supuesto control, pero toda concentración implica cambios, con señales impredecibles.

Viajar un placer, volar la virtud, ver un don, los virus, acertijos cuánticos.

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