España y la rebelión minera

Verdaderas batallas campales se han producido entre los mineros españoles atrincherados en el pozo del Sotón (Asturias) y la policía antidisturbios. Los mineros han dejado en claro que su huelga es indefinida y han confeccionado armamento para resistir. Protestan porque se incumplió el acuerdo que extendía las ayudas del gobierno hasta 2018. Los mineros defienden sus derechos y el alimento de sus familias, así como el de toda una zona económicamente deprimida que depende directa e indirectamente de la extracción minera.
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asturias mineros

Verdaderas batallas campales se han producido entre los mineros españoles atrincherados en el pozo del Sotón (Asturias) y la policía antidisturbios. Los mineros han dejado en claro que su huelga es indefinida y han confeccionado armamento para resistir. Protestan porque se incumplió el acuerdo que extendía las ayudas del gobierno hasta 2018. Los mineros defienden sus derechos y el alimento de sus familias, así como el de toda una zona económicamente deprimida que depende directa e indirectamente de la extracción minera.

Hasta hace tan pocos años, la ideología neoliberal difundía a los cuatro vientos que este tipo de conflictos pertenecían al pasado y que en lo posterior sólo disfrutaríamos de la paz social y el bienestar que traían aparejadas las democracias liberales extendidas por el mundo. Hoy vemos con claridad que la historia es repetitiva, que sigue cabalgando con todas las contradicciones humanas a cuestas, que el aprovechamiento de algunos redunda en el despojo de muchos, que la lucha de clases sigue más viva que nunca y que la paz social se aleja en la misma medida en que se agranda la injusticia.

En Chile tuvimos huelgas mineras memorables, como la Gran Huelga del Carbón de 1947, que se inició en la mina de Lirquén y que se extendió rápidamente a toda la zona del carbón, sumando en el camino el apoyo de importantes sindicatos de la industria. Militares y mineros se enfrentaron violentamente en el interior de las minas. Estos últimos respondieron a dinamitazos. El gobierno de entonces, presidido por Gabriel González Videla, respondió con una feroz represión que incluyó el fusilamiento, encarcelamiento y relegación de dirigentes sindicales y políticos al campo de concentración de Pisagua. (Un joven capitán llamado Augusto Pinochet, destinado por esos años en Coronel, participó con gran saña y profesionalismo en el sofocamiento de esa huelga).

En 1960, los mineros del carbón iniciaron otra gran huelga que duró 96 días. Sobre 20 mil mineros marcharon bajo la lluvia hacia Concepción para presionar al gobierno de Jorge Alessandri. El gobierno desoyó las demandas hasta que el terremoto de Valdivia, que asoló todo el sur de Chile, obligó a los mineros a deponer la huelga sin haber conseguido absolutamente nada.

Otro caso donde los mineros no lograron su objetivo ocurrió en Gran Bretaña, en 1984. El gobierno de Margaret Thatcher recortó la ayuda estatal a los mineros y de paso anunció el cierre del pozo de Cortonwood (norte inglés). Los mineros iniciaron la huelga el 1 de marzo y la mantuvieron durante un año, hasta el 3 de marzo de 1985, llegando a convocar a más de 200 mil mineros de todo el país. El 18 de junio de 1984, en Orgreave, se enfrentaron 7 mil mineros contra más de 3 mil policías. Pero los huelguistas perdieron fuerza ante la habilidad del gobierno y de los mismos Tories que lograron dividir y debilitar al movimiento hasta desgastarlo por completo.

Casos más complejos de analizar son las huelgas mineras de 1989, 1991 y 1996 en Unión Soviética (posteriormente Rusia) Ante la magnitud que podía generar un paro generalizado de la minería, los respectivos gobiernos hicieron sucesivas concesiones a los huelguistas, aunque la baja productividad minera y el ascendente costo de la vida incidieron en que la situación de los mineros no mejorara significativamente.

Pero no siempre las huelgas fueron infructuosas. Sólo recordemos la huelga de los 300 mil mineros ingleses en 1893, que logró doblarle la mano a la tozudez de los grandes capitalistas y dejó el precedente imborrable de que una huelga sí puede cambiar el curso de la historia.

Video con imágenes del enfrentamiento
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