Comentaristas. Los nuevos paladines de la información

El termómetro de la calentura social ya no se puede medir por las crónicas, artículos o reportajes de los medios informativos. Algo ha pasado que la insipidez y la desprolijidad campea incluso en los grandes medios. Se percibe el miedo de los periodistas a perder el trabajo, se nota la premura por redactar sobre temas abarcadores en cosa de minutos, sin ahondar en reflexiones o cuestionamientos.
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El termómetro de la calentura social ya no se puede medir por las crónicas, artículos o reportajes de los medios informativos. Algo ha pasado que la insipidez y la desprolijidad campea incluso en los grandes medios. Se percibe el miedo de los periodistas a perder el trabajo, se nota la premura por redactar sobre temas abarcadores en cosa de minutos, sin ahondar en reflexiones o cuestionamientos.

Para enterarse de cómo va el mundo hay que pasar de largo hacia los blogs asociados, pero sobretodo hacia los comentarios. Ahí sí que está la selva humana dándose de trompadas, machacándose las bolas y entregando datos y reflexiones muy superiores a las exhibidas en los artículos.

Sólo hay que ver cómo se enfrentan los cubanos, venezolanos, argentinos, chilenos o estadounidenses. Las contiendas son feroces, pero entra tanta lanza y tanto yelmo siempre queda mucho conocimiento en pie.

Hay comentaristas que son verdaderas estrellas de la buena argumentación, y que deberían encabezar ellos las crónicas de los grandes medios, pero ya sabemos que al estrellato sólo se llega por vías nonc sanctas. Quien quiera ascender, debe considerar que el talento es lo que menos importa hoy en el mundo.

Extrañamente, los comentaristas de la derecha española, que solían ser muy diestros y arrogantes para embestir a lo que se les interpusiera por delante, hoy andan bastante silenciosos, como si un ratoncito les hubiera comido la lengua.

Un fenómeno aparte se da en Twitter. Tanto en Chile como en Argentina, y debo suponer que en muchos otros lados, se están contratando (informalmente por supuesto) verdaderos ejércitos virtuales, que detengan o aminoren las oleadas de críticas a los gobiernos, y que de paso contraataquen, para torcer a su favor las tendencias informativas.

Ser un trending topic por algo positivo es un sueño dorado para los gobiernos actuales.

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