Cuba: El ébola como arma política

Los cuerpos de los médicos enviados, en caso de contagio, no volverán. Serán quemados allende los mares.Sin protestar, que ese derecho no ha sido dado todavía.
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In this Sept. 24, 2014 photo, nurse Dalila Martinez, trainer of the Cuban medical team to travel to Sierra Leone, practices proper disposal at a training camp, in Havana, Cuba. Cuba's health ministry is sending more than 160 health workers to help stop the raging Ebola outbreak in Sierra Leone in early October. They will stay for six months. (AP Photo/Ladyrene Perez, Cubadebate)
In this Sept. 24, 2014 photo, nurse Dalila Martinez, trainer of the Cuban medical team to travel to Sierra Leone, practices proper disposal at a training camp, in Havana, Cuba. Cuba's health ministry is sending more than 160 health workers to help stop the raging Ebola outbreak in Sierra Leone in early October. They will stay for six months. (AP Photo/Ladyrene Perez, Cubadebate)

De nuevo, la gerontocracia habanera ha dado un golpe de efecto a su favor: Esta semana organizó una cumbre urgente en La Habana -con sus socios de la Alianza Bolivariana para los pueblos de América Latina, ALBA- para coordinar acciones contra el ébola, no solo en el territorio, sino también en África.

Con esto, un prestigioso diario como El País se animó a decir que "Cuba se coloca a la vanguardia en la lucha el ébola".

El texto del matutino español, firmado por Maye Primera y Lucía Abellán, se basa en el envío de contingentes médicos cubanos a Liberia, Guinea y Sierra Leona y además se dedica a rebuscar qué ha hecho Europa en este sentido, dejando a los países del Viejo Continente muy mal parados, comparativamente, teniendo en cuenta que Cuba es un país pequeño y, a todas voces, bloqueado.

Hasta ahí, la información tendría sentido si no solapara que los médicos cubanos enviados a África no forman parte de un voluntariado. Todo lo contrario. Debido a las presiones de la dictadura, se trata de profesionales que, o bien buscan una vía de escape hacia un tercer país, o se estarían jugando la vida por algún beneficio material ofrecido entre bambalinas que para nada correspondería con el peligro que corren.

Esto es muy sencillo de explicar. Tanta es la miseria material de la población cubana -incluyendo a los profesionales- que cualquier alternativa a su vida monótona y desgastante podría parecer interesante, más tratándose de una misión fuera de sus fronteras.

Tal es así, que el gobierno cubano advirtió públicamente que los galenos cuentan con un 90 por ciento de probabilidades de muerte. También se les dijo que, de morir, sus restos no regresarían. Así y todo, dieron el paso al frente.

¿Cómo se explica esto?

Cuando se juntas dos componentes fundamentales que la dictadura cubana ha sabido manejar durante décadas, hasta el suicidio funciona. Estos componentes son el chantaje emocional mezclado con la política, y la miseria material.

Por supuesto que los beneficiados son aquellos que han contraído o estan a punto de contraer el ébola. La realidad es que ellos necesitan ayuda, pero en un mundo tan globalizado como el de hoy es preciso que las cosas no queden claras.

Cuando Raúl Castro anunció que Cuba enviaría contingentes de médicos a África la gente con sentido común se alarmó. Dos cosas: ¿Cómo es posible que un país cuyo sistema de salud está en ruinas sea capaz de invertir recursos primeramente en otro país antes que en el suyo?, y la segunda: ¿por qué no se dedica primero a combatir el cólera que tiene dentro y sanear la vía pública, los basureros que pueblan el paisaje y que crían mosquitos Aedes aegypti, los trasmisores del dengue que tiene a la isla casi completa en cuarentena?

¿Qué controles sanitarios, pues, podría tener Cuba para confinar a portadores de ébola si llegaran a la isla?

La respuesta quedó clarísima: Los cuerpos de los médicos enviados, en caso de contagio, no volverán. Serán quemados allende los mares.Sin protestar, que ese derecho no ha sido dado todavía.

Sin un mínimo interés por respetar los derechos humanos, cualquier gobierno podría montarse fácilmente su estrategia geopolítica.

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