20 cosas un tanto horribles que les hago a mis hijos y de las que no me siento para nada culpable

20 cosas horribles que les hago a mis hijos sin sentir culpa alguna
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La siguiente lista fue recopilada por mi esposa, yo, y algunos otros culpables cuyos nombres protegeré hasta el día de mi muerte. Ellos saben quiénes son, y ellos tampoco se sienten culpables.

  1. He estado tratando de usar la mantequilla de maní genérica que compré hace un tiempo. Cuando hacemos sándwiches, a los niños les toca genérica. A mí me toca Jif. Soy melindroso... y egoísta.
  2. Si llegamos al final del paquete de pan, a los niños les toca la tapa. Ellos creen que es la pieza "especial".
  3. Me como el relleno de las Oreos, y luego le doy a mi hijo la asquerosa parte de la galleta.
  4. Cuando los niños piden más comida después de la cena, les digo que la comida antes de irse a la cama les provoca pesadillas. En cuanto ponen sus cabezas sobre la almohada, preparo una segunda cena -una cena con helado. Duermo como roca.
  5. Les quitamos las baterías a los juguetes molestos y les decimos que están descompuestos. Luego, cuando les ponemos de nuevo las baterías, actuamos como si fuéramos dioses que arreglan juguetes. ¡ÁMANOS, PORQUE HEMOS ARREGLADO TU JUGUETE!
  6. Si alguien en una fiesta les da jugo a mis hijos, me escabullo para rebajarlo con agua hasta que lo único jugoso sea su color. Si mis hijos prueban alguna vez el jugo de verdad, sus cabezas tal vez exploten.
  7. Le robo a mi hijo sus juguetes favoritos para que tenga que sentarse conmigo.
  8. Me como todos los dulces buenos de Halloween. Mis hijos no saben de la existencia de los Peanut Butter Cups de Reese.
  9. Me le quedo mirando a mi hija mientras duerme durante cantidades anormales de tiempo.
  10. Tengo una señal especial que le indica a mi esposa que desconecte el módem inalámbrico. Luego pretendo estar realmente triste cuando no podemos ver "Winnie the Pooh" en Netflix por tercer vez el mismo día.
  11. He evitado enseñarles a mis hijos sobre relojes y la hora, solo para ponerlos a dormir a las 6 p.m. en invierno. Espero que esto dure hasta el principio de su adolescencia.
  12. No le he dicho a mi hija que escribe la letra J al revés cada vez, porque secretamente no quiero que deje de hacerlo. Nunca.
  13. Les digo a mis hijos que Santa existe. No porque me guste que crean en la magia y darles regalos, sino porque encuentro conveniente tener a un ser mitológico inventado cuyo juicio arbitrario sobre el bien y el mal puede usarse para controlar el comportamiento de mis hijos.
  14. Mi hijo más chico insiste en que a él solo le gusta el pollo. De hecho a él le gusta todo. La hamburguesa es "pollo marrón". La lechuga es "pollo verde". Las zanahorias son "pollo de zanahoria". En nuestra casa, cenamos "pollo" todas las noches.
  15. Cuando estoy enojado con mi hija, me echo un pedo al salir de su cuarto luego de meterla a la cama.
  16. A veces arruino la última frase e una canción de cuna y le digo que no contó, solo para poder cantar una canción más con ella.
  17. Me quedé dormido con un marcador Sharpie en la mano y todo el sofá se manchó. Les dije a todos que fue mi hijo de tres años.
  18. Ocasionalmente, cuando juego a ser otra persona con mi hijo, solo le digo que mi personaje está pretendiendo hacer una siesta. Batman hace muchas siestas en nuestra casa.
  19. Cuando nuestro hijo era pequeño, solíamos aplaudir y animarlo cuando se caía. Descubrimos que si nos angustiábamos y corríamos hacía él, él lloraba, pero si lo animábamos, se paraba de nuevo, orgulloso del show que acababa de dar. Ahora no tiene miedo de nada, y hemos creado un monstruo.
  20. Amo a mis hijos demasiado. Como, realmente demasiado. El tipo de amor que es como una herida abierta. El tipo de amor que es como un nervio expuesto. Soy 100 por ciento vulnerable. Mis hijos podrían destruirme, y a veces actúo un poco más enojado de lo que necesito estar, para alejarlos de la verdad. La verdad es que ellos ganan incluso cuando ellos no saben que están ganando. Y la verdad es que estoy extrañamente BIEN con eso.

Ok. Tu turno. ¿De qué no sientes culpable? ¡Comenta!

Una versión previa de esta pieza apareció en el blog personal de John Kinnear, Ask Your Dad. También puedes encontrarlo tratando de ser divertido en Facebook.

Este blog fue traducido del inglés.

En Twitter, @AskDadBlog.

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