En los últimos dos años me he estado dedicando a rastrear la herencia sefardí en la ciudad de Zamora, en parte porque mi familia paterna emigró a Cuba en la segunda década del siglo pasado desde un pueblito llamado Gema del Vino, a 8 millas al sureste de la ciudad, y también porque el tema de los judíos en España siempre me ha fascinado desde el punto de vista histórico y cultural.
La investigación me ha llevado a constatar, no sólo la existencia de una aljama zamorana de gran importancia a finales del siglo XV, con una sinagoga mayor y un cementerio registrados ante las autoridades políticas y eclesiales de la época, sino el florecimiento de una Academia Talmúdica o Yeshiva, lídereada por Isaac Campantón (1360- Peñafiel,1463).
¿Por qué esto es importante? Cuando pensamos en las ciudades míticas de Sefarad - como los judíos llamaron a España- las que nos vienen a la mente son: Córdoba, Granada y Toledo, centro espiritual de los sefardíes hasta hoy. Poco o casi nada se menciona de Zamora, cuyo única conexión con los judíos españoles pareciera ser el Concilio de 1313, uno de los tantos cónclaves para "separar", siempre infructuosamente, a los judíos del resto de la población.
Sin embargo, como se desprende de la compilación que he hecho de la documentación y eventos relacionados con la presencia sefardí en la ciudad, esta se revela como uno de los centros, sino el más eminente, de la vida de la comunidad en la península ibérica. Toda esta información está siendo organizada en el documental Zamora sefardí con el propósito de dar a conocer un capítulo oculto en la historia peninsular que, de forma azarosa y laberíntica, se expande hasta hoy a ambos lados del atlántico.
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