Votar no será suficiente

Votar, aunque vital para el despertar social de los latinos, no será suficiente para que la comunidad logre el lugar que le corresponde como segunda fuerza política en los Estados Unidos del siglo XXI.
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Votar, aunque vital para el despertar social de los latinos, no será suficiente para que la comunidad logre el lugar que le corresponde como segunda fuerza política en los Estados Unidos del siglo XXI. La consciencia cultural es igual de importante y las familias, los líderes comunitarios y los representantes en el congreso deberían también estar hablando de ella.

Dos noticias en los últimos días me han llamado particularmente la atención con respecto al asunto de la cultura latina. La primera un mapa interactivo creado en la Universidad de Texas en Dallas atribuyendo a ciertas zonas de Europa y el este de Estados Unidos la prominencia cultural en los últimos 2600 años.

En el video (ver aquí) la figura más representativa es Leonardo Da Vinci y la ciudad más prominente es París. Uno se pregunta si al venir de una institución académica este proyecto es sólo el resultado de la mala información o algo más; quiero decir, un residuo colonialista donde, otra vez, la historia de los latinos se queda fuera solo por haber llevado la peor parte en los últimos dos siglos.

No voy a mencionar los muchos fallos garrafales que el proyecto tiene, sólo me concentraré en un aspecto relativo a las carencias que muestra con respecto al hemisferio occidental.

El mapa no menciona a ninguna de las personalidades involucradas en la llegada de los europeos -los españoles y portugueses en este caso- a las Américas y su relación con los pueblos originarios. Por supuesto que admiro y disfruto la obra y biografía de Da Vinci, pero su importancia histórica no es mayor que la de Cristóbal Colón, ni siquiera que la de Hernán Cortés y el emperador Moctezuma en México.

Si es un mapa creado a partir de personalidades influyentes, perdón, pero nos guste o no, estos individuos influyeron más la historia -y la historia del arte en particular- que la Mona Lisa o la Dama del Armiño. ¿O es que dar a conocer cientos de nuevas culturas y sus protagonistas no tiene ninguna importancia en historia cultural de la humanidad?

La otra noticia se refiere a cómo siendo la comunidad latina una de las que más va al cine y por lo tanto entre las primeras sosteniendo la industria, los latinos, sin embargo, continúan siendo poco y mal representados en las producciones hollywoodenses. (leer noticia)

Dentro del número de roles latinos representados en el 2013, un 37.5 por ciento de las mujeres aparecen desnudas (o casi) mientras que a los hombres se les representa "ligero de ropas". En otras palabras, la imagen del latino aparece sexualizada, lo cual fuera totalmente normal si no se comportara como un patrón, cuyo mensaje todos los que vamos al cine conocemos: relájate y goza con los latinos, no pienses o tengas una conversación inteligente.

No debemos ser ingenuos con respecto al efecto que este tipo de propaganda visual tiene incluso al interior de nuestras comunidades, donde muchos jóvenes comienzan a imitar su propia representación hecha por los medios a los que la sociedad moderna otorga autoridad. Pensemos, por ejemplo, en el efecto que esto puede tener en los índices de delitos, violencia y abandono de la educación.

Sé que también hay buenas noticias en relación con la comunidad latina, sus logros y su resistencia a la injusticias. Lo que está sucediendo ahora mismo con la valentía de los Soñadores, las voces de muchos activistas a favor de la reforma de inmigración y muchas otras causas son un ejemplo evidente.

No obstante, los prejuicios que una parte de la sociedad estadounidense sostiene acerca de los latinos están enraizados en lo profundo de sus mentalidades -¿tengo que mencionar a los Arpaios y los vigilantes de la frontera?- y en no pocos casos en el funcionamiento de instituciones como las universidades y la industria de Hollywood. Debemos estar conscientes de ello, alertas para denunciarlo y dispuestos a educar críticamente a los niños y jóvenes para que no caigan en la trampa de creer en la definición que otros han establecido para ellos.

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