Sí se puede, filosofía global

Sí se puede, filosofía global
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Cuando en los lejanos años sesenta César Chávez arengaba a los campesinos californianos y pronunciaba su enérgico y esperanzador Sí Se Puede lo más seguro es que no imaginara que la frase llegaría a convertirse, no sólo en un slogan simple y rápido de recordar, sino en una filosofía internacional que adoptarían las fuerzas democráticas en los primeros años del siglo XXI.

Pero ¿qué significa Sí se puede hoy? En los años del dirigente México-Americano la frase refería concretamente a reclamar mejores condiciones de trabajo para los trabajadores agrícolas; no equivalía a una revolución de las estructuras capitalistas de la sociedad, una idea muy en boga en el continente en aquella época, sino a un cambio de consciencia de los patrones y de los ejecutivos de las compañías agrícolas. En otras palabras, mejores salarios y condiciones de trabajo, derecho a organizarse, poder de negociación.

En el año 2008, la campaña de los demócratas escogió la traducción al inglés del Sí Se Puede para acompañar la candidatura presidencial de quien sería el primer presidente afroamericano en la historia de Estados Unidos.

El Yes, We Can de Obama se expandió por los medios de comunicación como nunca antes y con el triunfo en la elecciones estadounidenses de ese año, la frase de César Chávez ascendió también a una filosofía política global en el campo de las fuerzas progresistas del planeta.

La más reciente transformación de esta manera de hacer política la estamos viendo en España en estos momentos con Podemos, el movimiento que impulsa Pablo Iglesias y que se ha metido en la cúpula de las fuerzas partidistas del país ibérico. Hasta este momento, como César Chávez y Obama -salvando las posibles distancias históricas- Podemos se declara en defensa de la democracia y su fuerza radica en la implicación masiva de sectores sociales previamente alejados de las urnas.

A diferencia de la ideología revolucionaria -Libertad o Muerte-, la propuesta del Sí Se Puede apela a la consciencia de los poderosos, busca educarlos en la justicia social y presionar desde los mecanismo democráticos hasta conseguir el cambio en el área deseada. El éxito de esta estrategia es evidente y acompaña la evolución política de forma menos traumática que los modelos revolucionarios, cuyo fracaso es evidente en los sitios donde se implantó.

Con el avance de las grandes economías emergentes - China, India, Brasil-, las cuales se caracterizan por el uso extensivo de mano de obra barata es fácil pronosticar que el Sí Se Puede también llegará a esas latitudes en las próximas décadas, si no es que, como en Hong Kong recientemente, ya se está manifestando.

Como en los Estados Unidos de finales del siglo XX, el movimiento que empezó César Chávez llegó para quedarse y rediseñar el mapa democrático del nuevo siglo, integrando a millones de personas en la solución de los problemas derivados del desarrollo a escala mundial.

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