Nuestro Virgilio

En su autobiografía, titulada La vida tal cual, el escritor cubano Virgilio Piñera (1912-1979) describe lo que él llamó sus tres gorgonas existenciales: la pobreza, el arte y la homosexualidad. Con ellas batalló antes y después de la revolución en 1959, evento histórico que lo crucificó en el altar de los marginados. Sumergido en la historia de su tiempo, el escritor elaboró una de las obras latinoamericanas más sugerentes del siglo XX por lo cual, este año, dentro y fuera de Cuba, se ha estado celebrando el centenario de su nacimiento.
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En su autobiografía, titulada La vida tal cual, el escritor cubano Virgilio Piñera (1912-1979) describe lo que él llamó sus tres gorgonas existenciales: la pobreza, el arte y la homosexualidad. Con ellas batalló antes y después de la revolución en 1959, evento histórico que lo crucificó en el altar de los marginados. Sumergido en la historia de su tiempo, el escritor elaboró una de las obras latinoamericanas más sugerentes del siglo XX por lo cual, este año, dentro y fuera de Cuba, se ha estado celebrando el centenario de su nacimiento.

Virgilio Piñera nació en la ciudad de Cárdenas, en la provincia de Matanzas, en una familia de maestros: su madre, su hermana y uno de sus hermanos lo fueron. Debido a la pobreza, la familia se mudó a Camagüey cuando Virgilio era un niño y finalmente se establecieron en La Habana en el año 1937. En esta ciudad, el joven escritor estudió Filosofía y Letras en la universidad y conoció a quien sería su némesis literaria, el también escritor José Lezama Lima (1910-1976). A través de este último, Piñera conoció a los integrantes de la revista Orígenes, interesados en la poesía y la cultura nacional.

En los años cuarenta, Piñera escribió varios de sus textos más conocidos: El conflicto (relato, 1942), La isla en peso (poesía, 1943) y Electra Garrigó (teatro, 1948). En 1946, viajó a Buenos Aires, donde se relacionó con Jorge Luis Borges (1899-1896) y Witold Gombrowicz (1904-1969), autor polaco este último de quien Piñera tradujo su novela más conocida Ferdydurke (1937). Puede decirse que en la ciudad argentina, donde vivió hasta 1958, Piñera completó su educación como adulto en la medida en que, como diría en carta a su hermana Luisa Joaquina, "aprendió a moverse" o sea a vivir de manera independiente.

Uno de los episodios más recordados del escritor es su enfrentamiento con Fidel Castro durante un encuentro en la Biblioteca Nacional en 1961. Ante la evidente intimidación a que la intelectualidad cubana estaba siendo sometida por parte de la burocracia revolucionaria, Piñera declaró que los escritores y artistas sentían temor. La osadía fue mayor, además de por su franqueza, por venir de un homosexual público, miembro en aquellos años del staff de un periódico estatal. Con ese diálogo, Piñera, ingenuamente, se había auto condenado al ostracismo por el resto de sus días, pero también a su resistencia contra el totalitarismo político y cultural que se impondría en los años siguientes.

Piñera trabajó incansablemente toda su vida con una sola idea en su cabeza: ser un buen escritor y un escritor libre. Defendió el derecho a la creatividad por encima de cualquier otra consideración y nada ni nadie lo distrajo de realizar su labor literaria. Su obra está llena de personajes forcejeando con la tradición y con los absurdos de la vida cotidiana. Escribió poesía, novela, relatos, teatro, ensayo, fue traductor y editó revistas. Sus textos han sido traducidos al inglés, al francés, al italiano y a otros idiomas; sus obras de teatro se estrenan con frecuencia en La Habana, Miami y Madrid y años atrás se estrenaron en Londres y la ciudad de México. Sus libros hoy vuelan de las librerías.

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