Ocupados en descifrar lo que pasará en el futuro inmediato (el 21 de Diciembre en el calendario maya) o en el lejano (la colonización de Marte) muchas veces perdemos de vista lo que está sucediendo en el presente, donde, a fin de cuentas, reside la semilla de todos los futuros. Sin dejar de aprender del pasado e incluso usándolo para entender y profundizar en lo que vemos a diario, es el aquí y el ahora el que esconde los códigos de los próximos caminos...
Del Medio Oriente a Europa y al Caribe, específicamente República Dominicana, las clases vivas de las sociedades han tomado la calle exigiendo una manera diferente de hacer negocios. No pasa una semana sin que en España haya manifestaciones contra los llamados ajustes sociales; en Egipto el movimiento popular le ha cortado las alas al nuevo presidente y en Santo Domingo la población están saliendo a la calle a protestar contra la reforma fiscal.
Por acá, el huracán Sandy llamó la atención sobre los temas del medio ambiente, ausentes de la reciente campaña presidencial, pero que junto a otros eventos como el escape de petróleo en el golfo de México hace un par de años y el deshielo acelerado en zonas de la Antártica, ha comenzado a preocupar a más personas. En México, la presidencia de Peña Nieto se inició con protestas sociales durante la inauguración, lo que adelanta un período aún más tenso en un país, literal y metafóricamente, al borde de un volcán. Sudamérica, sin embargo, en general, consolida sus procesos democráticos y avanza en la erradicación de la pobreza.
Si tuviésemos que buscar un patrón de conducta en todos estos procesos sería el cuestionamiento ético de las raíces de los problemas. La chispa viene de la consciencia moral del ciudadano: no a los desahucios en España, no al poder faraónico en Egipto, no a la corrupción en República Dominicana, no a la manipulación de las elecciones en México; no a la pobreza en Bolivia, Ecuador, y Nicaragua, entre otros países. En cierto sentido, estos son reclamos más radicales porque reconocen en las decisiones de los individuos la causa del conflicto social y no necesariamente en la estructura económica.
Quizá por primera vez a nivel global, gracias a las nuevas tecnologías, estamos presenciando en directo un cambio de consciencia y de mentalidad más allá de la sustitución de un sistema económico por otro. El presente explota ante nuestros ojos con una brillantez inusitada, repartida además, por las diferentes capas de las sociedades sea cual sea su nivel de desarrollo. En ese sentido nuestro presente, el aquí y el ahora es único e irrepetible. No conoceremos otro y por eso es más importante.
Lo que va a pasar ya está pasando y sólo necesitamos brindarle más atención.
Deshielo en Antártica
Contra los deshaucios en España
Oposición al decreto de Morsi en Egipto
Prostestas contra la reforma fiscal en República Dominicana