La esperanza de una imagen

La foto de Obama y Raúl estrechando las manos representa una esperanza para quienes nos gustaría ver amistad entre estos países que a su manera marcan nuestras existencias y a los cuales le debemos una porción de nuestro futuro
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JOHANNESBURG, SOUTH AFRICA - DECEMBER 10: (EDITORS NOTE: Retransmission of #454753083 with alternate crop.) U.S. President Barack Obama (L) shakes hands with Cuban President Raul Castro during the official memorial service for former South African President Nelson Mandela at FNB Stadium December 10, 2013 in Johannesburg, South Africa. Over 60 heads of state have travelled to South Africa to attend a week of events commemorating the life of former South African President Nelson Mandela. Mr Mandela passed away on the evening of December 5, 2013 at his home in Houghton at the age of 95. Mandela became South Africa's first black president in 1994 after spending 27 years in jail for his activism against apartheid in a racially-divided South Africa. (Photo by Chip Somodevilla/Getty Images)
JOHANNESBURG, SOUTH AFRICA - DECEMBER 10: (EDITORS NOTE: Retransmission of #454753083 with alternate crop.) U.S. President Barack Obama (L) shakes hands with Cuban President Raul Castro during the official memorial service for former South African President Nelson Mandela at FNB Stadium December 10, 2013 in Johannesburg, South Africa. Over 60 heads of state have travelled to South Africa to attend a week of events commemorating the life of former South African President Nelson Mandela. Mr Mandela passed away on the evening of December 5, 2013 at his home in Houghton at the age of 95. Mandela became South Africa's first black president in 1994 after spending 27 years in jail for his activism against apartheid in a racially-divided South Africa. (Photo by Chip Somodevilla/Getty Images)

La foto de Barack Obama saludando a Raúl Castro en el funeral de Nelson Mandela ha alentado las esperanzas en muchas direcciones. No es la primera vez que un presidente estadounidense en funciones estrecha la mano de un gobernante cubano. Lo hizo Bill Clinton a Fidel Castro en las Naciones Unidas en septiembre del año 2000, apenas unos meses después de que el hoy expresidente ordenara el rescate violento de Elián González de casa de sus familiares en Miami.

Obama, por su parte, ha flexibilizado las relaciones con Cuba al mismo nivel que hubo durante la administración Clinton y hace apenas unas semanas, durante un encuentro con disidentes cubanos en la Florida, afirmó que su país observa con atención las reformas económicas en la isla, las cuales considera positivas. Como en toda América Latina, en Cuba, Obama tiene un ascendiente cultural que lo convierte en un interlocutor único al ser miembro de una minoría históricamente oprimida que alcanza el más alto puesto en la nación norteamericana.

A veces pienso que Obama o no conoce el simbolismo de su presidencia para América Latina o lo sabe y tiene miedo de usarlo a profundidad para impulsar la democracia. Durante su encuentro en Trinidad y Tobago con el difunto presidente Hugo Chávez en el año 2009 reconoció que era el momento de pasar página y abrir nuevas vías en las relaciones y hace apenas unos días el secretario de estado John Kerry dio por terminada la época de la Doctrina Monroe. Luego las condiciones para un acercamiento con Cuba no parecen ser mejores y una acción de apertura hacia la isla abriría las puertas para una normalización histórica entre Estados Unidos y América Latina.

Dos acciones entregarían la garantía suficiente para el deshielo hemisférico: de parte de Estados Unidos la liberación de cuatro espías (héroes para Cuba) condenados a varios años de cárcel de los cuales ya han cumplido más de diez; y de parte de la isla, la liberación del contratista Alan Gross, acusado igualmente de espiar mediante la instalación de una red ilegal de conexión a internet. Ambos gestos pondría las cartas sobre la mesa de negociaciones y de una vez y por todas, Cuba y Estados Unidos comenzarían a curar sus heridas y fomentarían una relación hemisférica de la que sólo podría venir progreso continental y ejemplo para el mundo.

Por todo ello la foto de Obama y Raúl estrechando las manos representa una esperanza para quienes nos gustaría ver amistad entre estos países que a su manera marcan nuestras existencias y a los cuales le debemos una porción de nuestro futuro. Más de un millón y medio de cubanos-americanos residimos en Estados Unidos, una comunidad que, según cálculos conservadores, envía cerca de un billón de dólares cada año a la isla, mientras que el gobierno cubano ayuda y asesora a varios gobiernos latinoamericanos, proyectando su experiencia política en oposición al vecino del norte.

Es hora de que ambos gobiernos, como Mandela en su día, practiquen un liderazgo social y político de cara a un futuro de convivencia, cooperación y paz hemisférica.

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