¿Qué pasa en una sociedad cuando la gente no lee?, el desarrollo no continua. Los niveles de lectura y escritura son buenos indicadores de todo tipo de desarrollo: político, psicosocial, económico. Por lo tanto, la lectura y la escritura son una responsabilidad que tenemos de multiplicar
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Presidential candidate for the Green Party Antanas Mockus, gestures during a speech after loosing the presidential election runoff with Juan Manuel Santos on June 20, 2010 in Bogota, Colombia. Conservative ex-defense minister Juan Manuel Santos handily won Colombia's presidential runoff vote Sunday with a whopping 69.2 percent of the vote. AFP PHOTO/ Guillermo LEGARIA (Photo credit should read GUILLERMO LEGARIA/AFP/Getty Images)
Presidential candidate for the Green Party Antanas Mockus, gestures during a speech after loosing the presidential election runoff with Juan Manuel Santos on June 20, 2010 in Bogota, Colombia. Conservative ex-defense minister Juan Manuel Santos handily won Colombia's presidential runoff vote Sunday with a whopping 69.2 percent of the vote. AFP PHOTO/ Guillermo LEGARIA (Photo credit should read GUILLERMO LEGARIA/AFP/Getty Images)

La cultura latinoamericana es conocida por su larga e intensa vocación social, de José Martí a Diego Rivera y Frida Khalo, a Gabriela Mistral y Gabriel García Márquez, entre muchos otros escritores y artistas. Sin embargo, en los primeros años del siglo XXI, el signo del arte en la región ha pasado de las plataformas tradicionales a materializarse también en los proyectos políticos e impactando las metodologías de enseñanza a nivel internacional, incluido los Estados Unidos. A continuación, la presentación de que hace unas semanas la profesora Doris Sommer de la Universidad Harvard ofreció como parte de un fórum académico en su institución. Por su originalidad e importancia me permito traducirla para nuestros lectores.

La cultura cambia el mundo

La gran idea que quiero presentarles esta noche es muy simple como son las grandes ideas y es que la cultura cambia el mundo. Uso (el término) Cultura de una manera muy particular, tiene dos usos en general: uno es el uso científico con el que estamos familiarizados en sociología, antropología y un poco en historia; y Cultura como un sistema, un organismo que evoluciona, pero que puede ser predecible. Cuando los humanistas y los artistas usan ese significado de la palabra Cultura, significa una interrupción de ese sistema, una disrupción, significa algo nuevo.

Otro nombre para el arte es "aquello que no tiene un nombre todavía". Emmanuel Kant desarrolló ese concepto del arte, es pre-conceptual, puede comunicar, hacer palpable lo que no tiene un nombre todavía por eso es el nombre de la innovación. Sin el arte es difícil pensar fuera de los paradigmas. Esta es la idea: si queremos asumir la responsabilidad de cambiar el mundo para bien, una de las mejores oportunidades que tenemos es relacionar las artes y las humanidades. El arte porque significa cambio y las humanidades porque siempre ofrecen un giro (en la historia).

Les doy un ejemplo de cómo las artes y las humanidades trabajan juntas: uno de nuestros mentores en (el proyecto) Actores Culturales es el ex-alcalde de Bogotá, Colombia, Antanas Mockus. Mockus es un hombre muy extraño, es un filósofo y un matemático, fue elegido alcalde de Bogotá en 1995, cuando la ciudad era la peor ciudad en el hemisferio, tal vez en el mundo; los ciudadanos estadounidenses podían viajar a cualquier lugar en Latino América con ayuda del Departamento de Estado excepto a Bogotá, ibas a riesgo personal. Muchos niños a finales de los años noventa iban a la escuela sólo con guardaespaldas, estudiaban en casa o no estudiaban. Bogotá era la más caótica, violenta y corrupta ciudad en las Américas.

Una población desesperada eligió a un extraño profesor de filosofía, que el primer mes se preocupó con lo que haría para hacer una diferencia; preguntó a sus aliados, consejeros y consultores sobre lo que debía hacer y nadie le supo dar una buena idea. Al final, su secretario de cultura le comentó: "¿Sabes algo Antanas? Le pregunté a mi suegro anoche qué debía hacer y me respondió que era el momento de sacar los payasos a la calle". Mockus se sorprendió y dijo: "Esa es una gran idea".

A la mañana siguiente despidió a veinte policías del tráfico, corruptos, como muchos eran y los reemplazó con mimos que, literalmente, hacán burlas de quienes cruzaban la calle sin esperar el semáforos, no les daban multas, no tenían autoridad para eso, usaron el tiempo de la luz roja y las áreas de paso como espacios teatrales públicos. En un año, las muertes de tráfico fueron reducidas a más de la mitad y las estadísticas continuaron cayendo. Mockus continuó permitiendo actos teatrales públicos uno tras otro para la mayor cantidad de ciudadanos que pudo atraer. En sus dos administraciones, los homicidios se redujeron en un 70%, los ingresos de los impuestos se incrementaron y el servicio público se adueño de la ciudad: mejor transporte, mejor servicios médicos y educativos.

Lo que aprendimos de Mockus y de otros Actores Culturales fue que: primero, sin placer, no hay cambio cultural duradero, no hay cambio político duradero porque cuando se trata de forzar el cambio también se construye resistencia y resentimiento, pero el placer surge de la participación, del reconocimiento del trabajo como parte del arte colectivo. Mockus es uno de nuestros maestros y una de nuestras inspiraciones. Tenemos varios. Al principio la Iniciativa Actores Culturales que fundé hace alrededor de doce años, se interesó en estudiar el trabajo de estos maestros del cambio a través del arte y la interpretación porque, como Mockus diría, "cuando me siento estancado, me pregunto '¿Qué haría un artista?' y si no funciona me digo 'reinterpreta, piensa en esto de otra manera, si no puedes cambiar el paradigma, cambia tu perspectiva'.

Lo que las humanidades traen a las artes son esos cambios de perspectivas. Podemos usar todas las interpretaciones simultáneamente y no tener que escoger una sola respuesta correcta. Si piensan sobre la necesidad de este tipo de agilidad mental, emocional y política en un mundo multicultural tengan en cuenta la idea de la participación humanística. Como mencioné antes, empezamos mirando el ejemplo de Antanas Mockus en Bogotá, Augusto Boal (en Brasil), quien hizo del teatro interactivo un fenómeno internacional en su vida. Miramos a Cicero, defendiendo a sus maestros, a Voltaire que se desesperaba con los estudios sin propósitos porque para él la investigación era parte del proyecto iluminista; mirábamos a Rousseau, a Gramsci, y a otras grandes figuras.

Pero entonces me encontré en Lima, Perú, con un grupo de jóvenes como Uds, en sus veinte, veintiuno, veintidós años, que estaban haciendo algo extraordinario con probablemente menos talento que esas grandes figuras y menos alcance porque no tenían la audiencia todavía, pero igual de profundos y cambiaron mi práctica como educadora. Estos jóvenes habían fundado una casa editorial que hacía libros de cartones y los vendían en el barrio, pero la gente no los compraba, a pesar de que eran libros hermosos y baratos; se dieron cuenta de que en Lima, Perú, a diferencia de Buenos Aires, donde esta tradición comenzó, la gente no lee y ¿qué pasa en una sociedad cuando la gente no lee?, el desarrollo no continua. Los niveles de lectura y escritura son buenos indicadores de todo tipo de desarrollo: político, psicosocial, económico. Por lo tanto, la lectura y la escritura son una responsabilidad que tenemos de multiplicar. Si somos serios acerca de desarrollar nuestro mundo, solucionar temas importantes como el hambre y la desigualdad, el acceso a servicios médicos no disponibles en muchos sitios, la multiplicación de las habilidades de lectura y la escritura es lo que podemos hacer porque es eso es lo que somos, esa es nuestra contribución inmediata.

Esta iniciativa en Lima decidió que antes de hacer libros debían hacer lectores y ellos me sorprendieron en cómo crear lectores porque yo he estado enseñando por más tiempo del que ellos han estado vivos. Lo que hicieron y ahora hacemos en Harvard University, en Boston y sus alrededores, en toda Latino América y también en Hong Kong y en Zimbawe para empezar fuera de Latino América, es enseñar a los maestros cómo usar un texto como la materia inicial del arte. Es decir, el arte es nuevo, la interpretación cambia el paradigma y cuando tienes maestros que permiten a los niños elaborar arte a partir de textos difíciles consigues lectores detallistas y críticos innovadores. Así vuelvo a la gran idea inicial de la cultura cambiando el mundo a través esta manera simple de multiplicar la actividad llamada Pre-Texto, que es parte de la Iniciativa Actores Culturales, y que es cambiar el mundo mediante lo que mejor sabemos hacer que es aprender y enseñar.

Gracias.

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