Robin Willimas: de la sonrisa a la tristeza del payaso

Mi primer contacto con la comedia y mi serie favorita de niño fue "Mork Y Mindy", me reía y me fascinaba las locuras de ese "ET" y la bella Mindy. Pero fue la película "Hook" la que me quedó en el corazón por muchos años... Ese grande que está aburrido de su vida y decide regresar al mundo de "NUNCA JAMÁS".
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Mi primer contacto con la comedia y mi serie favorita de niño fue "Mork Y Mindy", me reía y me fascinaba las locuras de ese "ET" y la bella Mindy. Pero fue la película "Hook" la que me quedó en el corazón por muchos años... Ese grande que está aburrido de su vida y decide regresar al mundo de "NUNCA JAMÁS".

Y ser PETER PAN... ¡Qué película!... ¡cuánto me sirvió para no dejar morir a ese niño nunca y seguir soñando!... Y yo soñaba con Hollywood, soñaba vivir la vida de esos grandes mounstros del cine mundial. Eran mis modelos, mis ídolos y nada me importaba más que correr esa suerte.

La de ser admirados, aplaudidos por el mundo entero, por sus extraordinarias actuaciones y sus increíbles personajes. Y para mí Hollywood era Robin Williams más que nadie. Era el gran mago y showman que podía hacerme reír como soñar, como emocionar en profundidad.

Su mirada y su leve sonrisa. Su carisma y expresiones me hacían volar como Peter Pan a la magia de esas historias. Robin Williams representaba para mí esos Titanes o Dioses del mundo superior de la actuación que eran intocables, nobles caballeros, reyes, apóstoles que marcaban el rumbo de los aspirantes a actores.

Todos los maestros de actuación del mundo nos mandaban de tarea ver sus películas y descubrir de dónde Robin sacaba en su interior o en su memoria emocional los recursos para que, en su rostro, se refleje la emoción real requerida del personaje, la mejor sonrisa o la más grande tristeza o profundidad.

Porque Robin era profundo. Tan profundo y libre de sentir como lo era el profesor de la "SOCIEDAD DE LOS POETAS MUERTOS". Para mí, como estudiante de teatro y actuación que fui junto a él, la muerte de Robin William y en un aparente suicidio, es una estaca en el corazón de esa ilusión y esa magia que uno siente por Hollywood y por los grandes GENIOS.

Es un dolor muy profundo que roza la desconfianza de la certeza que esa es una vida que vale la pena ser vivida. Si realmente Robin William logró lo que muchos deseamos con vehemencia pero sucumbió asfixiado en su fracaso personal, y se ahogó en una depresión profunda rodeada de adicciones y ataduras que no pudo superar, como encadenado a un destino que no supo zafar...

Es realmente angustiante pensar que ese es el precio. Que hay que ser un inestable emocional para ser artista. Que pudo vivir miles de vidas de sus personajes, pero no pudo vivir la suya propia. Que le compartió al mundo al entero su CARPEM DIEM, pero él no lo tuvo jamás.

Que realmente él quería escapar, tal vez, de una realidad que no soportaba y era mejor vivir en la fantasía que le brindaba la droga y el alcohol que lo hacía escapar y volar al mundo del NUNCA JAMÁS.

Descubrir la teoría de la tristeza de los payasos, descubrir que él, que nos hacía reír y soñar, se voló de este mundo, es terrible para el público y también para los que trabajamos en el entretenimiento.

Aunque yo ya crecí y no soy un niño, soy periodista y también artistas, hace años se que algunas estrellas de Hollywood y celebridades solo brillan en escena y que tienen una vida miserable y odiosa muchas veces.

Que no gozan con su trabajo ni son felices, comprobarlo en mi Icono de la niñez me destroza el alma y me desilusiona. Cómo me hubiera gustado ayudarlo, escucharlo, salir a tomar un helado con él y que me cuente como preparó cada uno de sus personajes. Qué es lo que le dolía de este mundo. Pero el vivió a full y lo hizo todo.

Recuerdo una crítica que él hizo a Oliver Stone sobre el documental de THE DOORS diciendo que cualquiera que haya vivido los 60' de verdad no se acuerda de nada. Ese fue su nivel de escape en realidad. Él no pudo ser su payaso salvador, tal vez no encontró el filamento de la resistencia entre ese mundo de brillo y oscuridad y el bombillo de su vida se quemó.

Duele, y crea desilusión , como un velo que descubre un mundo idílico que no existe, la función terminó y vimos a Robin sin maquillaje... La pantalla se rompió y vemos el artista contra la pared, era solo un ser humano más. Es tarde pero no para la memoria de este genio, mago, maestro y uno de los más grandes actores de muchas décadas.

Ahí están sus personajes, tal vez en cada actuación este pedazos de su alma, de sus emociones más hondas. Él sin duda buscaba el "Nunca Jamás", ser ese Peter Pan, ese niño que todos llevamos adentro. Pero crecer duele, la vida duele, y ese es el riesgo que corren muchos comediantes, que dibujan una sonrisa todo el tiempo cuando a veces hay que llorar, sino uno se vuelve loco.

Otra vez la droga y el alcohol a nuestros grandes artistas se los lleva, pero hay algo mas detrás de estos síntomas: los genios parecen venir a este mundo sin piel y no resistente el contacto con el mundo real o con demasiada LUZ que los hace estallar en un cortocircuito y tienen que desaparecer de esta galaxia oscura muchas veces.

Yo por lo pronto seguiré soñando y seguiré creyendo en mis genios porque él en uno de sus personaje decía: "Sólo al soñar tenemos libertad, siempre fue así, y siempre así será. El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante. Lo que no significa alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro, examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida", "La Sociedad de los poetas muertos".

DESCANSE EN PAZ ROBIN WILLIAMS.

Robin Williams, te vamos a extrañar

Robin Williams

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