Libertad, libertad... No creo que haya una palabra más bella o que me haya identificado tanto a lo largo de mi vida y mi carrera. Más en el mercado hispano en el que trabajo en Estados Unidos, que aunque vivo en Miami, una ciudad que se muestra open, todavía está llena de miedos, prejuicios y discriminaciones. Y por eso quise hacerle este homenaje a Caitlyn Jenner, aplaudir su libertad, con respeto, con admiración y con lo que soy yo: un transgresor.
Los latinos venimos llenos de miedos de nuestros países, fuimos censurados, controlados, o muchas veces vivimos condicionados por miedo a ser rechazados o marginados por nuestra propia gente o gobiernos.
Siempre se dijo que América es la tierra de la libertad y ahí está esa maravillosa estatua en New York, alzando la antorcha orgullosa. Ya hay bodas gays en muchos estados, conductores de televisión declarados gays, o lesbianas que conducen shows en prime time para toda la familia en el mercado americano, y en los Premios Oscar.
Pero al ver la foto de la portada de la revista Vanity Fair de un típico americano, campeón olímpico, deportista, y padre de familia, con una edad avanzada, convertido en su decisión de ser una mujer, en su imagen y en su sentir, es realmente un hecho histórico, que yo no quiero pasar por alto. Por eso cuando el fotógrafo de las celebridades, Enrique Tubio, me llamó y me propuso hacer una foto homenaje, no lo dudé.
Caitlyn Jenner, más conocida tal vez hoy a nivel mundial o mediático por su relación familiar con las Kardashian , tiene hoy la imagen de una mujer. No es un transformismo artístico como lo hizo Rupaul, el famoso Drag Queen americano. No es simplemente un hombre vestido de mujer: es una persona de de 64 años que vivió toda su vida siendo tal vez lo que "tenía que ser" en ese momento, y que hoy puede tomar una decisión que tal vez hace 20 años hubiera sido una tragedia, para la familia, para la sociedad, que un gran atleta americano usara faldas y tacones.
Esto refleja que, gracias a Dios, el mundo cambió, cambiaron las miradas juiciosas, pero también todavía tenemos mucho que aprender y abrirnos. Muchos hombres hubieran querido ser Caitlyn , todos debemos ser Caitlyn , en el mensaje de que cada uno tiene que ser lo que quiera ser.
No importa nada, ni el bullying, ni el qué dirán, la vida es de uno y de nadie más. Nuestros antepasados deben haber sufrido mucho por tener que aparentar una vida o llevar dos vidas.
Muchas familias hubieran evitado muchas mentiras y engaños si cada uno hubiera podido decir su verdad sin ser juzgado, criticado o muchas veces rechazados. Caitlyn tiene derecho a ser lo que quiera y yo la apoyo. Como apoyo la libertad en todos los sentidos.
Yo soy un transgresor, y la transgresión está para estirar los límites para una convivencia mejor, siempre respetando a los otros e invitando a todos a mi alrededor a expresarse, animarse, jugar , vivir, hasta soñar lo que quieran.
Caitlyn representa muchas cosas en el mundo de hoy que no debemos dejar pasar. En esta maravillosa producción que hice con una transformación mágica del estilista top de las celebridades, Migue Fernández, me acompañó el programa de Telemundo, "Al Rojo Vivo". Su reportero Quique Usales me preguntó si considero que los americanos son más abiertos que los hispanos. Yo le contesté que los latinos tenemos mucho por hacer todavía para aprender a disfrutar de la diversidad de razas, edades, sexo y formas. Recién con Ricky Martin tenemos uno de los primeros artistas nuestros que están saliendo a contar su verdad.
¿Qué pasaría si nuestros galanes de novelas salieran a decir que son gays? ¿o nuestras conductoras de TV salieran a decir que son lesbianas? ¿Si nuestros políticos o alcaldes se mostraran en actos públicos con sus parejas del mismo sexo?
Yo he entrevistado a miles de travestis y transgéneros, he hecho personajes en el teatro vestido de mujer, pero la portada de Caitlyn en Vanity Fair marca un gran cambio en general, y tenemos que abrirnos a esa experiencia. Sea parte de un reality o sea por marketing, ahí esta ese ex atleta, mostrando la mujer que tenía adentro, la femineidad que siente independientemente de la sexualidad.
Estoy convencido de que todos tenemos algo en nuestra vida que ni locos nos atreveríamos a mostrar, por miedo a los otros, a la familia, o a los amigos. Todos tenemos un Caitlyn ESCONDIDA, que muchas veces es nuestro SER, nuestra verdadera personalidad, nuestro verdadero mundo, y cuánta energía gastamos al día para taparla y aguantarla; porque esconder nuestra verdad es agotador, es una tarea titánica, y muchas veces se nos va la vida en eso sin darnos cuenta. Y cómo se siente el precio al final del camino.
Caitlyn pudo, a los 64 años, hacerlo, pero muchos se van sin experimentar la gloriosa sensación que te da la palabra LIBERTAD. Y por todos ellos que la desean, la anhelan, la piden, la buscan, en este es mi homenaje lúdico que hice como transgresor que soy y que verán en mis redes sociales esta transformación del hombre atleta a mujer. De alguien que se mostró como quiere ser y declaró su propia día de la independencia. Para mostrar que acá no hay nada malo, ni nada que discutir. Cada uno de su vida hace lo que le da la reverenda gana, y no hay nadie que pueda levantar el dedo para acusarlo, o acusarla.
Porque todos tenemos una Caitlyn que esconder. Todos somos Caitlyn. Que viva la diversidad en este mundo. Por todos los que se sienten discriminados, raros, sucios, incómodos con lo que sienten, por todos los que quieren gritar su verdad, no pasa nada. SE LIBRE, SE TÚ, JUGA, SIENTE, VIVE. Aquí mi homenaje a Caitlyn.