Si el dicho "tú eres lo que comes" es cierto... entonces, la mayoría de nosotros podemos decir que somos maíz.
Aunque no te des cuenta, el maíz (y las comidas a base de maíz) le agregan una gran cantidad de porcentaje a nuestra ingesta diaria de comida. Lo comes todos los días aunque nunca pases por el pasillo de los vegetales.
El maíz se utiliza en casi todas las comidas que consumimos. Es tan barato de producir, que se encuentra en cada tipo de comida procesada que encuentres en el supermercado.
Pan, cereal, refrescos, aderezos para ensaladas, salsa de tomate ketchup, mermeladas, salsas, comidas congeladas y helados. Todas esas comidas son las que contienen maíz como ingrediente principal.
En algunas comidas, se utiliza como relleno, para extender el período de vigencia del alimento. En otras comidas, se convierte en un edulcorante conocido como jarabe de maíz con alto contenido de fructosa (sólo lee las etiquetas nutricionales y es casi seguro que lo encontrarás). Es similar al azúcar de mesa, lleno de carbohidratos simples que hacen subir el nivel de insulina. Y no hay ningún secreto acerca del daño que el azúcar produce en nuestros cuerpos.
Pero aunque evites la comida procesada... aunque hagas el esfuerzo de solo consumir comidas frescas, las probabilidades de que estés consumiendo maíz son altas.
Pero, no solo lo encuentras en comidas de caja, hasta la carne que consumimos contiene altos niveles de maíz.
Como dije anteriormente, tú eres lo que comes. Pero, ¿adivina qué? Eso mismo aplica a ese trozo de carne que tienes en la parrilla, o a ese pollo que tienes horneándose. El ganado se encuentra en un sitio encerrado y lo alimentan con granos. El ingrediente más popular que utilizan para alimentar a este ganado es el maíz.
Ahora, estamos ingiriendo maíz aunque comamos pollo o carne. A pesar de que para los granjeros es más barato comprar el maíz, éste baja la calidad de la carne. El ganado nació para comer hierba. Por eso tienen cuatro estómagos, para que puedan digerir toda esa fibra que consumen. Pero los están alimentando con granos. Como ellos no están destinados para esto, entonces tienen problemas de salud y se les cura con antibióticos. La carne de res alimentada con granos contiene un nivel más bajo de grasas saludables omega-3, lo cual explica por qué muchas personas están con deficiencia de estos ácidos grasos.
El problema con el maíz es que está lleno de carbohidratos. La mayoría de la gente ya consume suficientes carbohidratos en su dieta diaria, así que cuando comes alimentos que contienen carbohidratos escondidos, solo haces que todo empeore. Esto aumenta el nivel de azúcar en la sangre y disminuye la habilidad del cuerpo de quemar grasa.
¡Por eso es a que a tantas personas se les dificulta perder peso!
Entonces, ¿qué pasos debemos tomar para eliminar el maíz de nuestras dietas? Bueno, un buen comienzo es eliminando la comida procesada. Los refrescos, jugos de frutas, tortas, galletas. Todo lo que contenga jarabe de maíz de alto contenido de fructosa debe consumirse en muy pocas cantidades. Es mejor consumir comidas de verdad como frutas frescas y vegetales.
Y acerca de la carne, es mejor comprar la carne orgánica de ganado alimentado con hierba. Sí, es un poco más cara, pero la calidad y el impacto que tiene sobre la salud vale mucho más.
Estos dos pasos a seguir te llevan a evitar que consumas estas grasas escondidas.
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Ingrid Macher es entrenadora de salud holística, entrenadora de fitness y motivadora. Después de encontrar la clave de cómo perder 50 libras en 90 días, ella sintió que era su obligación ayudar al mayor número de personas a tener una vida más saludable y feliz. En su página web ella revela cómo lo hizo a través de su libro electrónico gratuito: "Los 9 secretos" que la ayudaron a perder 50 libras de grasa en poco tiempo.
Ingrid Macher
10 súper alimentos para adelgazar
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