EE.UU. debe transferir el programa de drones al Ejército

Un presunto plan para transferir el programa de ejecuciones selectivas estadounidense de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) al Departamento de Defensa podría optimizar la transparencia y rendición de cuentas, aunque subsistirían algunos aspectos preocupantes de este programa, señaló Human Rights Watch.
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[Un Draganflyer X6, helicóptero de seis rotores por control remoto, que vuela a 20 millas por hora, un cuarto de milla de distancia y 400 pies de altura. Foto: Reuters]

Un presunto plan para transferir el programa de ejecuciones selectivas estadounidense de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) al Departamento de Defensa podría optimizar la transparencia y rendición de cuentas, aunque subsistirían algunos aspectos preocupantes de este programa, señaló Human Rights Watch.

El gobierno de Obama estaría evaluando la posibilidad de realizar ese traspaso, según un informe de prensa publicado recientemente, que Human Rights Watch no pudo verificar de manera independiente.

La supervisión de las "ejecuciones selectivas" --ataques deliberados y mortales dirigidos a personas y grupos específicos-- por parte de la CIA ha tenido como resultado una cantidad aún desconocida de víctimas fatales entre la población civil y no ha proporcionado una adecuada rendición de cuentas ni tampoco ningún tipo de resarcimiento para las víctimas de abusos, manifestó Human Rights Watch.

"Una agencia de inteligencia secreta que no respeta las normas internacionales para investigar presuntos abusos no debería llevar a cabo acciones que, en definitiva, constituyen ataques militares de Estados Unidos", señaló Laura Pitter, asesora sobre lucha contra el terrorismo de Human Rights Watch. "Lograr que estos ataques sean controlados por militares podría aportar mayor transparencia y rendición de cuentas al público".

Después de los ataques a Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bush inició una campaña de ejecución selectiva contra supuestos miembros de Al Qaeda y las denominadas fuerzas asociadas. La frecuencia de las ejecuciones selectivas ha aumentado drásticamente durante el gobierno del presidente Barack Obama. Algunos de estos ataques se llevaron a cabo por el Ejército estadounidense en Afganistán, y se cree que muchos otros habrían sido ejecutados por la CIA en otros lugares, como Pakistán, Somalia y Yemen, utilizando aeronaves de combate no tripuladas equipadas con misiles y bombas guiadas por láser. Estados Unidos reconoce oficialmente el rol que desempeñaron militares estadounidenses en algunos operativos de ejecución selectiva, pero continúa negando la actuación de la CIA.

Aunque funcionarios del gobierno estadounidense sostuvieron que los operativos de ejecución selectiva cumplen plenamente con lo establecido en la normativa aplicable y han provocado un número mínimo de muertes de civiles, el gobierno de Obama no ha reconocido a los observadores independientes, ni tampoco a las comisiones del Congreso de Estados Unidos que tienen responsabilidades de supervisión, ninguna capacidad significativa para analizar estas afirmaciones.

En caso de que el programa de ejecuciones selectivas pase a estar bajo control militar, Human Rights Watch instó al Departamento de Defensa a que adopte la política de reconocer todos los ataques después de que se produzcan, y explique a quiénes se dirigieron y cuál fue su fundamentación jurídica.

"El objetivo que se busca al traspasar a las fuerzas militares estadounidenses los ataques teledirigidos se vería frustrado si también se traslada la práctica de la CIA de negarse a reconocer los ataques", expresó Pitter.

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